Clarín

Amplia ventaja de Bolsonaro sobre Haddad en los principale­s Estados de Brasil

En Río de Janeiro, el líder de ultraderec­ha tiene 65% de apoyo y el candidato del PT, 35%. En San Pablo, 63 a 37%.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

“Estamos con una mano en la banda presidenci­al”. La frase del diputado Jair Bolsonaro no fue jocosa sino asertiva. La pronunció en la sede de la Policía Federal en Río de Janeiro e involucró a los jefes de ese cuerpo, como sus seguidores. El candidato está convencido de que su adversario Fernando Haddad “no llegará a juntar los 18 millones de votos que le hacen falta para ganarme”. En una conferen- cia de prensa improvisad­a, el ex capitán del Ejército dijo que no lo asusta una campaña más agresiva del PT en este último tramo. “Ellos pueden agredirme, pero ¿por qué no hacen un mea culpa? Creen todavía que Lula es un preso político”.

Según un nuevo sondeo de Ibope difundido anoche, Bolsonaro lleva amplia ventaja en los principale­s Estados del país. En San Pablo, cosecha el 63% de intención de voto, frente al 37% de Haddad. En Río de Janeiro, la diferencia es de 65% a 35%, y en Río Grande del Sur, 59% contra 41%.

Con todo, el diputado ultraderec­hista no se anima a participar de un debate con su rival. “Va a depender de la evaluación médica”, insistió, mientras sus colaborado­res dejaban trascender que la negativa a debatir “es un asunto estratégic­o”. La única vez que estuvo en TV con sus rivales, al inicio de la campaña por la primera vuelta, reveló dificultad­es para oír y replicar críticas a sus propuestas. Esta vez, ante la prensa, optó por agredir a su oponente: “No quiero debatir con un poste puesto por Lula”.

La visita a la Policía Federal fue, en gran medida, para reparar la mala evaluación que había hecho del cuerpo en relación a las investigac­iones del ataque que sufrió el 6 de septiembre. A diferencia de los días que siguieron al atentado, en los que Bolsonaro insistió en su desconfian­za, esta vez trató de ser suave: “Confío en que ellos van a llegar a una solución al final del proceso”.

Así como tenía que limar asperezas con esa fuerza de seguridad, también creyó convenient­e pasar por la Arquidióce­sis de Río de Janeiro y saludar al obispo Orani Tempesta. El apoyo conseguido de los evangélico­s, básicament­e de la Iglesia Universal, puede ser un sesgo negativo entre los votantes católicos. En ese contexto se comprometi­ó con algo elemental: “La libertad” de confesione­s religiosas. Y añadió: “Ese compromiso se extiende a defender la inocencia de los niños en las aulas; rechazar el aborto e impedir la legalizaci­ón de las drogas. Eso es lo que está en el corazón de todos los brasileños de bien”.

En el momento en que ingresaba a la sede del Arzobispad­o, tres fanáticos de Bolsonaro lo recibieron con el símbolo que el candidato difundió a través de las redes: las manos que simulan armas de fuego. Es el aspecto que más preocupa a los católicos.

También asusta una polémica que se generó alrededor una de sus propuestas: dar inmunidad a los policías de los estados provincial­es que cometan asesinatos mientras están de servicio. En la Procuració­n General brasileña ven esa iniciativa como “dar licencia para matar”. El candidato de la ultraderec­ha pretende que se apruebe el texto de una norma que presentó el año pasado en el Congreso por el cual, en caso de muertes de personas por culpa de operativos policiales, entra a regir automática­mente el principio de “legítima defensa”, que de por sí elimina cualquier intento de investigac­ión de los hechos.

En una notable columna en el diario O Globo, el historiado­r Elio Gáspari advirtió que “el alma retórica del ex capitán” no lo coloca cerca de Donald Trump sino de Rodrigo Duterte, el presidente de Filipinas. Según el escritor, “éste se hizo célebre no tanto por sus reformas económicas como por su combate a la criminalid­ad, especialme­nte al tráfico de drogas”. El filipino llegó a decir: “Hitler mató seis millones de judíos. Tenemos tres millones de drogadicto­s; me gustaría matarlos”. Como recuerda Gáspari, en los dos años que lleva en el gobierno de Filipinas, el régimen de Duterte asesinó cerca de 12.000 personas, según organizaci­ones de la sociedad civil. De éstas, 4.500 muertes fueron reconocida­s oficialmen­te. ■

 ?? AFP ?? Saludo. Bolsonaro visitó al arzobispo de Río, Orani Tempesta.
AFP Saludo. Bolsonaro visitó al arzobispo de Río, Orani Tempesta.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina