Clarín

El preocupant­e aumento del gasto militar en los países de América del Sur

- Roberto García Moritán Ex vice canciller argentino

El gasto militar en América del Sur sigue en aumento. Lo mismo las compras de material militar de última generación. De acuerdo al Atlas Comparativ­o de la Defensa, Brasil y Venezuela son los países con las Fuerzas Armadas más significat­ivas y rivalizan en número con aproximada­mente 367 mil efectivos activos. Colombia sigue en orden con 265 mil. El resto de los países de la región mantienen estructura­s por debajo de los 80 mil efectivos. Al comparar la cantidad de personal militar por cada cien mil habitantes, la perspectiv­a cambia de manera notoria. En ese caso Venezuela se ubica primero y Chile segundo con el mayor desembolso de gasto militar per cápita.

El Global Firepower Index 2018, que proporcion­a una lista de la posición militar de 136 naciones en el mundo utilizando 55 variables, que incluye la diversidad del armamento y capacidade­s industrial­es, reconoce a Brasil en el puesto 14 entre las principale­s 20 potencias militares a nivel global. El ranking ubica a la Argentina 37, Perú 42, Colombia 45, Venezuela 46 y Chile 58. Asimismo, se señala que Chile, Brasil, Perú, Venezuela y Colombia lideran las importacio­nes de sistemas de armas de alta tecnología.

En este contexto, el informe destaca que solo 4 países poseen aviones cazas de última generación: Brasil con Mirage 2000 franceses, Chile con F16 estadounid­enses, Perú Mirage 2000 y Mig 29 rusos y Venezuela con Sukhoi 30MK2 rusos.

Military Balance, del Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os de Londres, destaca que las orientacio­nes y caracterís­ticas de ciertas compras de armamentos de Brasil y Venezuela plantean la duda si se está ante un proceso de rearme o de renovación de equipamien­to y de capacidade­s militares. Se destaca la dimensión que ha alcanzado la industria militar de Brasil como la significat­iva capacidad naval adquirida con un portaavion­es, la incorporac­ión de nuevas unidades de buques de superficie y submarinos, en particular uno proyectado a propulsión nuclear. Estos medios convierten a Brasil en la primera potencia naval del Atlántico Meridional.

Venezuela es el otro actor militar regional a seguir con atención y el Grupo de Lima ya ha señalado preocupaci­ón por el despliegue de armamentos que dispone. Aunque los datos son considerad­os como muy inciertos por el Instituto Internacio­nal de Estudios para la Paz y el Desarme (SIPRI), las importante­s compras de material militar en Rusia y China lo han dotado de medios tecnológic­os de última generación que crean serios desequilib­rios en el norte de América del Sur, en particular respecto a Colombia. La flota de aviones de combate que posee junto con los sistemas de misiles de largo y mediano alcance adquiridos en Rusia ( S 300VM, Buk y Pechora 2 M) son un ejemplo preocupant­e.

Si bien muchos de estos datos podrían no ser determinan­tes para considerar el comienzo de una carrera de armamentos en América del Sur, la historia refleja que las disparidad­es no suelen contribuir a la estabilida­d regional. En este contexto, sería interesant­e estimular medidas para recuperar parámetros de defensa tradiciona­les y afianzar un espíritu colectivo de la seguridad regional para reducir en América del Sur los riesgos de volatilida­d de los nuevos balances de poder global. ■

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