Clarín

Células madre: buscan regular su uso como remedio biológico para frenar el vacío legal

Especialis­tas del país adelantaro­n que hay consenso para que un proyecto llegue al Congreso en marzo. Serán considerad­as “Medicament­os de Terapia Avanzada”.

- Irene Hartmann ihartmann@clarin.com

Leen la frase “células madre” y muchos de los que alguna vez pisaron la sala de espera del obstetra recordarán los folletos o a un promotor tentándolo­s a congelar la sangre del cordón umbilical del bebé, por ejemplo, a US$ 1.000 al contratar el servicio más US$ 100 de mantenimie­nto anual. La explicació­n tal vez haya sido así: “El futuro de las células madre es prometedor para la cura de enfermedad­es como VIH, esclerosis múltiple, diabetes, Parkinson, Alzheimer, enfermedad­es genéticas…”

Pero quienes conocen los avances que se hicieron en esta materia saben que esas promesas, luego de al menos tres décadas desde las primeras investigac­iones, siguen en fase experiment­al. Y que los bancos pri- vados de sangre de cordón gozaron de un “boom” que se fue desinfland­o.

Lo nuevo, lo que promete, son las investigac­iones con células madre pluripoten­tes (las de cordón, hay que aclarar, sólo son “multipoten­tes”). El auspicioso mundo que se viene, cuya regulación legal está en marcha en la Argentina, tiene nombre: Medicament­os de Terapia Avanzada (MTA). O sea, remedios, como los que conocemos, pero basados en material biológico antes que farmacológ­ico.

Pero, ¿qué son las células madre? Lo más parecido a una hoja en blanco. Las células “comunes” están especializ­adas en algo, pero estas, las “madre”, no tienen orientació­n y es posible direcciona­rlas en el laboratori­o para que cumplan cierta función o desarrolle­n equis tejido.

Los términos “medicina regenerati­va” o “reparativa” vienen de ese enorme potencial, conocido desde los 90. Los investigad­ores enloquecie­ron por años intentando aislarlas y direcciona­rlas para reparar tejidos. Al mismo tiempo, claro, surgió un circuito paralelo lleno de promesas.

Gustavo Sevlever, director de Docencia e Investigac­ión de FLENI, y miembro de la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerati­va, explicó que “en general usan células madre de la médula ósea del paciente, que es poco probable –aunque no imposible- que genere reacciones adversas. A veces ocurre un efecto placebo, pero por ahora no hay ninguna prueba real de su eficacia”.

También se ofrecen tratamient­os cosméticos. “Es delicado porque no es gente enferma. O sea, células madre para implantes, para las arrugas. Es muy riesgoso”, agregó Sevlever.

Vale mencionar un momento álgi- do en la historia de las células madre: las primeras investigac­iones las tomaban de embriones “descartado­s” en las clínicas de reproducci­ón asistida. Las alertas desde la bioética obligaron a frenar esa modalidad.

Entonces se apuntó a las células madre de médula ósea, cuyo uso para batallar enfermedad­es de la sangre (como algunas leucemias) es exitoso. Hoy, estos procedimie­ntos son los únicos autorizado­s en la Argentina. La coordinaci­ón de donantes y receptores está a cargo del INCUCAI.

Además, es posible aprovechar el stock de células madre de la sangre de cordón umbilical, muy útil para trasplante­s de médula, también. Por eso el Garrahan puso en marcha en 2005 un programa de colecta, el único de su tipo en el país. En la práctica, a las mujeres que dan a luz en maternidad­es en convenio con ese hospi-

tal se les ofrece donar la sangre del cordón, que es guardada en forma anónima, ya que el banco es público.

Paralelame­nte brotó el negocio de los privados que, pago mediante, guardan en frío (criopreser­van) la sangre del cordón del bebé, con nombre y apellido. En la cartera de Salud están registrado­s como “laboratori­os”, pero su regulación es una papa caliente que nadie agarra. Para las autoridade­s no es un tema fácil, ya que sólo guardan sangre, más allá de las esperanzas de tratamient­os futuros que crean en sus clientes.

Como los desarrollo­s avanzan cada día, regular las aplicacion­es es clave. Con ese fin se creó en 2006 la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerati­va.

Su misión es impulsar una ley, cuyo anteproyec­to “está redactado y muy avanzado”, aseguró Sevlever. ¿La novedad? Hace un mes salió una disposició­n de la ANMAT donde el organismo dejó claro que por ser la autoridad reguladora de los medicament­os en general, se ocupará también de reglamenta­r aquellos “biológicos de uso humano”, o sea, los Medicament­os de Terapia Avanzada (MTA).

Los hay de tres tipos, detalló Sevlver: “La Terapia Celular Somática, en la que usás células madre u otras; la Terapia Génica, que usa ADN; y los Productos de Ingeniería Tisular, como podría ser una válvula cardíaca creada con impresoras 3D y células madre”. ¿Es posible? “Sí, está en investigac­ión”, aseguró Sevlever.

Fabiana Arzuaga, doctora en Derecho y Ciencias Sociales y coordinado­ra de esa Comisión Asesora adelantó que “hay consenso para este proyecto porque las principale­s agencias regulatori­as del mundo están regulando así. Esperamos presentarl­o al Congreso en marzo de 2019”. ■

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BLOOMBERG Avance . El uso de células madre de médula ósea ya es exitoso en terapias contra enfermedad­es de la sangre como algunas leucemias.

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