Clarín

La esquina porteña que reúne cinco cúpulas con casi un siglo de historia

Están en 4 edificios, en Diagonal Norte y Florida. Muestran una altura pareja, que le marcó el tope al propio Obelisco, y la variedad de estilos arquitectó­nicos típica de Buenos Aires.

- Silvia Gómez sgomez@clarin.com

Algo más de cien años atrás, cuando la Ciudad tenía tanto espacio que era posible trazar amplias avenidas y boulevares, se inició un proceso transforma­dor que buscaba darle grandilocu­encia a espacios puntuales. Se logró con avenidas como Del Libertador y Figueroa Alcorta, auténticos y amplios paseos que aún se conservan; y claro, con la Avenida de Mayo, que se transformó en el eje que vincula a la Casa Rosada con el Congreso, al Poder Ejecutivo con el Legislativ­o. Un concepto similar se dio en torno a la traza de la avenida Roque Sáenz Peña o Diagonal Norte. Pero aquí el diseño fue más allá porque, por sobre todas las cosas, domina la armonía. La de las alturas - edificios de estrictos 67,5 m- y la de fachadas. Incluso el símbolo total de Buenos Aires, el Obelisco, debió ajustarse, aunque se construyó luego.

En la traza de la Diagonal Norte hubo también una búsqueda por relacionar dos poderes, el Ejecutivo con el Judicial, hoy el Palacio de Tribunales, destacado por la obra de restauraci­ón en su fachada y por la re- novación de la Plaza Lavalle.

Y en medio de este dibujo se generó una situación única, donde cuatro edificios fueron diseñados con cúpulas. Una es la del antiguo Bank Boston, ahora sede central del gigante chino ICBC, de un notable estilo plateresco. Por estos días tanto la fachada como la cúpula se ven algo deteriorad­as. Incluso tiene plantitas creciendo en algunos sitios, símbolo de problemas y falta de mantenimie­nto. La otra cúpula es la del edificio La Equitativa del Plata; construida ya sobre el final de la década del ‘20, tiene la firma de unos de los grandes exponentes del art decó en la Ciudad, don Alejandro Virasoro. Con menos ornamentos, más áspera a la vista, aunque bella y de formas sintéticas.

Los otros dos edificio son Bencich. Uno de ellos posee dos cúpulas. Y el que está ubicado en el 616 de la avenida tiene una increíble cúpula de cuatro pisos, con una terraza que hoy casi no se usa pero en el futuro podría transforma­rse en un bar roof top o, simplement­e, en un mirador. Siempre que el consorcio se ponga de acuerdo y lo permita.

Esta cúpula tiene dueño, Diego Belli, y le contó a Clarín: “Fue una fan-

tasía que se transformó en realidad poder tener una cúpula. Cuando la compramos, funcionaba­n oficinas, así que la planta estaba compartime­ntada, llena de tabiques. Liberamos todo, reconstrui­mos los pisos de mármol, recuperamo­s los cerramient­os y entonces nos preguntamo­s ‘y ahora qué hacemos’. Durante años estuvo vacía, sin uso. Hasta que se nos ocurrió algo”. Hoy la cúpula de cuatro pisos es la sede de Workey, un espacio de coworking.

Cuenta Belli -que impulsó este proyecto junto a su pareja, Ana Fenochiett­o- que la cúpula tiene una cualidad. Si bien se encuentra ubicada en una avenida muy transitada y escenario de frecuentes protestas, “el diseño hace que el sonido se propague. Y las paredes ayudan, claro, porque tienen entre 30 y 45 centímetro­s de ancho”, detalló. El fin de semana que viene se podrá visitar, porque sus dueños -a sabiendas del tesoro que poseen- decidieron participar del evento Open House, en el que más de 100 propiedade­s privadas y públicas abren sus puertas. Por la cúpula se podrá pasar el sábado 27, de 10 a 14 y de 15 a 19.

Más allá de los edificios públicos, o de gobierno, los mentores de este tipo de torres fueron los arquitecto­s más famosos de Europa; en su mayoría, franceses, alemanes e italianos, los mismos que construyer­on los palacios y residencia­s porteñas. Y detrás de ellos, las familias más encumbrada­s de la Argentina. Muchas, terratenie­ntes; otras, en cambio, llegaron al país en momentos en que to-

do estaba por hacer. Y lo hicieron. Ya entonces considerab­an que la mejor inversión estaba en los ladrillos. Por otra parte, no existía la ley de propiedad horizontal, motivo por el cual eran únicos dueños de los edificios.

Y allí estaban los hermanos Miguel y Massimilia­no Bencich con su cons

tructora para erigir tres de las cúpulas de esta esquina, además de decenas de edificios que son joyas de la arquitectu­ra local. Sólo en el área central, vale la pena detenerse a mirar el de avenida Córdoba al 800 (y Esmeralda) y con sus tres torres color rojo, y los dos Bencich de Arroyo al 800. Uno fue hotel hasta hace meses y el otro, uno de los pocos edificios curvos de la Ciudad. Para muchos de sus proyectos contaron con el gran arquitecto francés Eduardo Le Monnier, el mismo que construyó el Yacht Club Argentino o lo que hoy es la Nunciatura Apostólica, pero que fue el Palacio Fernández Anchorena. Como sucede en Avenida de Mayo, sobre Diagonal Norte el mobiliario público sobre las veredas invita tomarse unos minutos, levantar la vista y descubrir estas cúpulas en particular y la bella uniformida­d de fachadas. Uno de los placeres que depara la Ciudad.

En Diagonal Norte domina la armonía: edificios de estrictos 67,5 metros de altura.

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FOTOS: SILVANA BOEMO Edificio Bencich. En Sáenz Peña 615, con sus cúpulas gemelas. Lo construyer­on en 1927.
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 ??  ?? Miguel Bencich. Elegancia clásica al 616 de Sáenz Peña.
Miguel Bencich. Elegancia clásica al 616 de Sáenz Peña.
 ??  ?? Equitativa del Plata. Art decó, en Sáenz Peña 550.
Equitativa del Plata. Art decó, en Sáenz Peña 550.
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Edificio First National Bank of Boston. De 1921.

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