Salió a defender a un amigo de un robo y lo mataron de un balazo
La víctima enfrentó a tres ladrones. Denuncian ola de asaltos en la zona.
Miguel Angel Gómez Huanca (34) había llegado de Bolivía hacía nueve años. Vendía telas y había adoptado varias medidas contra la inseguridad: cámaras, rejas, alambres de púa, vidrios partidos... Nada de eso le sirvió, porque lo terminaron ejecutando de un tiro cuando trató de impedir que tres ladrones asaltaran a un amigo que llegaba al lugar.
El crimen ocurrió el domingo, alrededor de las 22.30, en la calle Homero al 1500, barrio porteño de Parque Avellaneda, adonde los vecinos se quejaron de que “roban a toda hora, en bicicleta, a pie o en auto”.
Gómez Huanca advirtió que un amigo que acababa de llegar a bordo de un remís era atacado por ladrones. Entonces salió a los gritos para tratar de ahuyentar a los delincuentes que, de acuerdo a las imágenes del video (de una cámara de seguridad privada), fueron directamente sobre su amigo y sobre el conductor del vehículo, un utilitario Fiat de color negro, conducido por un remisero también de nacionalidad boliviana.
Dos de los ladrones se acercaron por el lado del acompañante, desde donde se bajaba el amigo de Gómez Huanca, y un tercero atacó directamente al conductor. Durante unos segundos se ve que forcejean, aún con las víctimas dentro del auto.
De repente aparece en escena Miguel Ángel, que va contra uno de los ladrones y recibe inmediatamente un disparo en el pecho.
Un vecino de la cuadra contó: “Era un hombre trabajador, muy bueno. En realidad estaba por cargar unos rollos de telas y ese amigo lo esperaba en la camioneta. Ahí fue cuando los atacaron. Tenía tres hijos, era muy laburador junto a su mujer”.
Gómez Huanca se dedicaba a la venta de telas y el crimen ocurrió frente al depósito que había alquilado unos meses atrás. Su casa está ubicada a unos metros, en la misma cuadra.
El hecho es investigado como “homicidio en ocasión de robo” por parte de la Fiscalía Criminal y Correccional N° 17, a cargo de Florencia Rey.
“No podés salir ni a tirar la basura, ni siquiera ir caminando a la casa de mi mamá que está a dos cuadras. O entran a tu casa o te roban el auto”, señaló un vecino a la prensa. Otro consideró que la situación “es una vergüenza” y destacó que los robos se hicieron más frecuentes en los últimos cinco años: “No podés ir a comprar el pan y entrar o sacar el coche siempre es un problema”.
“Estamos encerrados por la inseguridad y salimos con miedo. Hemos quedado aislados”, se quejó otra habitante del barrio, a metros de una solitaria agente de la Policía de la Ciudad. ■