Critica a una Iglesia con partidismo político
¿Qué ha pasado con la Iglesia católica? ¿Dónde fue la práctica de aquella suerte de principios para las generaciones jóvenes? Fue el Papa quien dijo: “Se puede ser pecador, pero no corrupto contumaz, pues los corruptos son cristianos fingidos, y terminan mal”. Se supone además que la única unión necesaria para la Iglesia es la que viene de la fe, esperanza y amor a Cristo; en adorar al mismo Dios y practicar la misma doctrina.
Pero hoy nos encontramos con una Iglesia que exhibe verdaderos cambios: una Iglesia con partidismo político. En el país hay escollos y turbulencias que hablan de un futuro poco alentador. Y la sociedad está observando sin mucha esperanza estos cambios.
La Iglesia se ha unido a una dirigencia opositora donde hay muchos catalogados por la Justicia como integrantes de una asociación ilícita que saqueó al país, y a muchos sindicalistas con una maquinaria aceitada puesta al servicio del mejor postor. Son dirigentes que llevan varias décadas conduciendo sus gremios como si fueran cargos eternos, sin posibilidades de renovación y con cargos hereditarios. Los gobiernos pasan y ellos quedan.
En definitiva, el país y los argentinos presenciamos la escena de una película protagonizada con otros actores, pero con el mismo argumento, la unión de la Iglesia con personas de dudosa reputación. Asistimos a una adaptación en vivo de la sociedad católica modernizada. Una sociedad con doble moral, que cree en lo que ve, pero no obra en consecuencia. Una sociedad que se va degradando generación tras generación, pero esta vez con la ayuda inestimable de un clero vergonzoso. Mirta L. Rivero mirlirivero@gmail.com