Clarín

Volvió el goleador Boca sueña con Benedetto

En los últimos seis minutos, marcó dos golazos para el triunfo 2-0 ante Palmeiras en la ida por la Libertador­es.

- Enrique Gastañaga egastanaga@clarin.com

Sabe la Bombonera de sensacione­s. Hay que creerle. Excitada, caliente como nunca, ilusionada como siempre, ahora es una fiesta. Se canta con fe de campeón. Se grita por esas señales benditas emitidas por Darío Benedetto. Por algo ocurrió justo en este momento el reencuentr­o con ese fantástico goleador que tanto se añoraba...

Volvió el Pipa al gol para que todo Boca sienta de verdad que los milagros son posibles. Que un equipo que en ochenta minutos casi no armó una jugada con consistenc­ia y casi no pateó al arco, en apenas cinco puede pegar dos impactos colosales para quedar a un pasito de la final de esta Libertador­es transforma­da en obsesión.

Regresó Benedetto para regalarle gol y sabor a un equipo compacto, pero sin una idea. Más oportuno, imposible. Retornó también para darle la razón a Barros Schelotto. Nobleza obliga: en el instante del cambio, con Villa y Pavón en cancha, con dos extremos así, parecía una contradicc­ión sacar a un 9 como Wanchope con cabezazo y contundenc­ia. Pero Guillermo lo hizo. Y así como Gallardo tuvo su noche de errores, el Mellizo coronó uno de sus grandes aciertos.

Le salió redondo a Barros Schelotto. Córner y cabezazo estruendos­o del Pipa para el 1-0. Así como Gremio le ganó a River, empezaba Boca a quebrar a Palmeiras: en una jugada con pelota detenida. Y al ratito, Benedetto de nuevo: giro de crack para dejar a Luan mirando a la platea y derechazo desde afuera del área a media altura, contra un palo, imparable, para colecciona­r.

A ese Palmeiras que venía asustando de visitante, con todos sus parti- dos ganados, con una docena de gritos a favor y apenas con uno en contra, salió Boca a proponerle un partido similar al que le había planteado en la ida a Cruzeiro, con un mediocampo combativo, con aquellos intérprete­s escogidos para el duelo con los azules de Belo Horizonte.

Los dos goles del Pipa frenaron la angustia y desataron la euforia de los hinchas.

Guillermo sólo incluyó algunas modificaci­ones posicional­es: Nandez, que había estado bien abierto a la derecha para tapar las subidas de Egidio, esta vez fue más por adentro; Zárate, que había revolotead­o detrás del 9, ahora apareció casi siempre abierto por la izquierda; y Pavón transitó en general por la derecha cuando lo había hecho más que nada por el otro callejón.

Tal como en aquel primer tiempo frente a Cruzeiro, casi no le patearon al arco a Boca. Más allá de algún córner, Agustín Rossi, el arquero de los fantasmas, miró cómo todo transcurrí­a entre fricciones, presión y desproliji­dades. Hubo orden para impe- dirle sorprender a Palmeiras con salidas rápidas desde el medio. A diferencia de aquellos 45 minutos iniciales, nadie se inspiró ni siquiera para dibujar una construcci­ón con cierta fluidez.

Zárate quedaba aislado en la izquierda. Pablo Pérez encontraba poco la pelota y, cuando la hallaba, lo atrapaban las imprecisio­nes. Pavón nunca era ubicado en situación como para volar con su velocidad.

Boca era un equipo turbulento, vacío de claridad. Contagiaba pasión por el incansable Barrios y por el bravo Nandez, perfectos hasta el instante de pasar la pelota; a partir de ahí... De juego, nada. Con un rato de intensidad, generó en la etapa inicial un par de córners y dos remates desde afuera.

Como Zárate tampoco llegó al partido en el nacimiento del segundo tiempo, Barros Schelotto lo sacó para poner a Villa abierto a la derecha y mudó a Pavón a la izquierda. Igual Boca no sabía cómo perforar ese 4-23-1 tan paciente como cauteloso y mezquino ideado por Felipao Scolari, un viejo zorro en armar este tipo de sistemas.

Es más: Boca casi no había pateado al arco hasta ese tiro libre de Olaza que Weverton voló para mandar al córner, a ese tiro de esquina que derivó en el primer alarido de Benedetto. Y faltaba la perla...

Justo el día después de que River quedó envuelto en derrota y en dudas, Boca gestó otro milagro futbolero. La Bombonera, especialis­ta en sentir, lo recibió como una señal mágica. Por algo pasó... ■

Palmeiras fue cauteloso, no arriesgó y pagó cara su falta de audacia. Se llevó dos goles en contra.

 ??  ?? El héroe. Benedetto entró y definió. La revancha de la semi, el miércoles en San Pablo.
El héroe. Benedetto entró y definió. La revancha de la semi, el miércoles en San Pablo.
 ?? MARCELO CARROLL ?? Con el alma. Darío Benedetto se llena la boca de gol. Acaba de meter el cabezazo que puso en ventaja a su equipo. Izquierdoz y Magallán llegan al festejo.
MARCELO CARROLL Con el alma. Darío Benedetto se llena la boca de gol. Acaba de meter el cabezazo que puso en ventaja a su equipo. Izquierdoz y Magallán llegan al festejo.
 ?? SEBASTIÁN ALONSO ?? Arriba y adentro. La pelota pasa a Felipe Melo, Benedetto acierta el lugar y mete el cabezazo cruzado al palo derecho: es el 1-0.
SEBASTIÁN ALONSO Arriba y adentro. La pelota pasa a Felipe Melo, Benedetto acierta el lugar y mete el cabezazo cruzado al palo derecho: es el 1-0.

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