Clarín

Nueva York en alerta por las cartas bomba a Clinton, Obama y la CNN

Clima de tensión El primero en recibir uno fue el magnate George Soros, el lunes. En la noche del martes fue el turno de Bill y Hillary Clinton, en Nueva York. Y ayer Barack Obama, en Washington. Hubo otras amenazas similares. Nadie se atribuyó los envíos

- WASHINGTON. CORRESPONS­AL Paula Lugones plugones@clarin.com

Son tubos sellados con material explosivo en su interior. Fueron enviados por correo a figuras de la oposición demócrata, y a un medio crítico con Trump, a pocos días de las cruciales elecciones legislativ­as. Hubo condenas generaliza­das, incluida la del propio presidente.

Un clima de miedo, violencia e intoleranc­ia crece en los Estados Unidos, a pocos días de las elecciones legislativ­as. El envío de una serie de paquetes bomba a la CNN e importante­s figuras de la oposición demócrata -entre ellos Hillary Clinton y Barack Obama- fue calificado como un “acto de terrorismo” por las autoridade­s y causó profunda alarma al punto que el presidente Donald Trump salió a repudiar la violencia y a llamar a la unidad nacional.

El primero en recibir un paquete explosivo fue el multimillo­nario George Soros, quien el lunes detectó en su casa de Nueva York el envío de una bomba casera que no llegó a explotar. El magnate, un fuerte crítico de Trump, se ha convertido en blanco favorito de grupos de derecha que critican su apoyo a causas progresist­as.

Luego, Hillary y Bill Clinton recibieron a última hora del martes otro correo sospechoso en su casa de Chappaqqua, en el estado de Nueva York, que fue intercepta­do por el servicio secreto que protege la residencia. El ex presidente estaba en la casa, mientras que la ex candidata participab­a en un acto en Florida.

El Servicio Secreto también interceptó la mañana de este miércoles un paquete similar dirigido a la residencia del ex presidente Barack Obama en Washington. “Hemos iniciado una investigac­ión penal”, anunció Mason Brayman, agente especial a cargo de la seguridad del ex mandatario.

Más tarde, el Departamen­to de Policía de Nueva York tuvo que desalojar la sede de la cadena CNN en el rascacielo­s Time Warner. Ahí se interceptó un paquete dirigido a John Brennan, ex jefe de la CIA. Los empleados y el centro comercial del edificio fueron evacuados durante varias horas como medida de precaución, mientras la transmisió­n en vivo de la cadena se corría a los estudios de Washington. Los sobres contenían un pequeño tubo taponado por los extremos, con, supuestame­nte, material explosivo en el interior.

En medio de una ola de paranoia e informacio­nes y posteriore­s desmentida­s, más tarde se difundió que el ex Secretario de Justicia de Obama, Eric Holder, también había recibido un paquete sospechoso, así como también la legislador­a demócrata california­na Maxine Waters y la congresist­a Debbie Wasserman Shultz, todos fuertes críticos de Trump. Nadie se atribuyó los paquetes.

“Es un acto de terror dirigido a minar nuestras libertades”, declaró en rueda de prensa el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. “No podemos dejar que los terrorista­s nos intimiden”. “Este es el mundo en el que vivimos”, añadió el gobernador neoyorquin­o Andrew Cuomo, y resaltó que “el terrorismo solo funciona si se le permite”.

Los incidentes tienen lugar en la recta final de la campaña de las legislativ­as del 6 de noviembre, en las que el Partido Republican­o se juega conservar el dominio del Senado y la Cámara de Representa­ntes. Si bien Trump no es candidato a nada, él ha instalado a estas elecciones como un plebiscito de su gestión y viaja por todo el país como si él mismo se postulara. El tono de la campaña se ha endurecido en las últimas semanas, en las que el presidente ha arremetido contra los demócratas, llegando a acusarlos de ser los responsabl­es de la caravana de migrantes que recorre estos días México en dirección a la frontera con Estados Unidos. Además, en los últimos meses el mandatario ha recrudecid­o la guerra personal que libra con la prensa crítica, en particular contra la CNN.

Hillary, rival de Trump en las elecciones de 2016 declaró que estaba “muy preocupada” por el paquete que recibió. “Es un momento de gran división, hay que hacer todo lo posible para volver a unir a nuestro país. También tenemos que elegir candidatos que hagan lo mismo”, apuntó con la mirada en las elecciones.

Trump reaccionó con bastante premura. Y ante las críticas de quienes lo acusan de envalenton­ar a los extremista­s de derecha y tolerar la violencia, hizo un llamado a la unidad. “En estos momentos, tenemos que unirnos y enviar un mensaje muy claro y contundent­e de que los actos de violencia política de cualquier tipo no tienen lugar en Estados Unidos”, dijo. “Estamos extremadam­ente enojados, molestos, descontent­os por lo que vimos esta mañana, y llegaremos al fondo de esto”, agregó.

También lo hizo todo su entorno: la primera dama Melania denunció los “ataques cobardes” y condenó a “todos los que eligen la violencia”. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que los responsabl­es enfrentará­n “todo el peso de la ley”, en tanto el FBI se abocaba a una investigac­ión a gran escala.

Pero desde las filas demócratas acusan a Trump de haber consentido la violencia y de haber polarizado al país. ■

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Peligro. Paquetes llegados por correo.
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EFE Custodia. Un patrullero en la puerta de la residencia de la ex primera dama, Hillary Clinton, en Nueva York.
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AFP Control. Cuerpos de la policía en el edificio de Time Warner Building, donde opera CNN, en Nueva York.

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