“Me voy contento pero en Brasil tenemos que jugar con esta misma actitud”
Elogió al equipo, dijo que Palmeiras es “un rival durísimo” y por supuesto celebró el momento de Benedetto
Sonrió levemente, sólo por un mo- mento, cuando le recordaron aquel gol de Martín Palermo en los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000, cuando el Titán volvía de una lesión ligamentaria y pegó un grito histórico en la historia de los Superclásicos. “Puede ser por el significado”, dijo Guillermo Barros Schelotto. La referencia tenía que ver con el doblete de Darío Benedetto. “No es buena la comparación. Palermo hizo una carrera extraordinaria y Benedetto está haciendo la suya”, dijo y le quitó pre- sión a un número “9” al que le costó volver, pero terminó ganando el partido por su fenomenal clase.
Fue pura mesura el Mellizo en una noche en la que acertó con los cambios. Tal vez no eran los que pedía el partido. A Boca le faltaba juego en la mitad de la cancha y el ingreso de Sebastián Villa por Mauro Zárate le había dado mayor verticalidad, pero poca claridad. Había quedado afuera del banco Edwin Cardona y el único talentoso en el banco era Fernando Ga- go. Pero algo intuyó el técnico cuando mandó a la cancha a Benedetto por Wanchope Abila. Creyó en Pipa y le respondió con dos goles que pueden determinar la clasificación a la final.
“Benedetto venía de una lesión grave, tuvo un problema muscular antes del partido con Gimnasia por la Copa Argentina y mostró el gran mérito de no caerse. Venía jugando en la Selección, tenía futuro europeo... Hoy pagó en la cancha lo que generó”, reflexionó Barros Schelotto sobre el gran héroe de la noche.
Después, analizó el partido: “Sabíamos que teníamos que mantener el nivel de juego, de intensidad, no podíamos caer en ningún momento por la calidad de los rivales. A esta instancia llegaron cuatro equipos que pueden ganar en cualquier cancha y ser el campeón de la Copa. Palmeiras es un rival muy duro, tiene jugadores de primer nivel, ya lo mostraron en la fase de grupos en esta cancha”.
De cara a la vuelta del miércoles en San Pablo, Guillermo no dio por ganada la serie, más allá del resultado holgado y de no haber recibido goles como local. “Tenemos que jugar con esta actitud, va a ser durísimo, ellos demostraron tener una fortaleza anímica muy buena en toda la Copa. La verdad, me voy contento, pero todavía no hemos logrado el objetivo principal que es jugar la final”.
Sobre el armado del equipo y la decisión que tuvo que tomar respecto a Cardona, quien terminó afuera del banco, el Mellizo apuntó: “Este es un plantel amplio y todos los jugadores pueden estar jugando (sic). Edwin puede ser titular, pero uno tiene que hacer lo mejor para el partido. Tevez tampoco entró. Tenemos un plantel de jugadores importantes, con trayectoria, con calidad. Tengo 18 que poner y trato de ser justo y hacer lo mejor con lo que siento”.
Le salieron bien a Barros Schelotto los movimientos que hizo. Y se fue feliz, pero serio. Con la tranquilidad del deber cumplido y a la esperar de sacarse la espina de la semi de 2016, cuando perdió con el ignoto Independiente de Valle ecuatoriano. ■