Messi puede recuperarse tranquilo: Barcelona gana con él en la tribuna
Leo fue ver el triunfo de sus compañeros en el Camp Nou. El equipo tiene un pie en octavos de la Champions.
Con campera oficial, gorra y el brazo derecho en cabestrillo, Lionel Messi se sentó en la platea del Camp Nou cuando los jugadores de Barcelona e Inter se formaban para el saludo protocolar. Las cámaras lo tomaron y subieron su imagen a las pantallas del estadio. “Me...ssi... Me...ssi...” atronó el coro en la fresca noche otoñal. Al lado de Leo, su hijo mayor, Thiago. Y en la otra butaca, Pepe Costa, inseparable del rosarino. La gente estuvo tan atenta a sus movimientos como al juego. Leo comentó varias acciones con Thiago y Costa y apenas movió el brazo derecho, ya está en plena tarea de recuperación con las sesiones de crioterapia. La victoria del Barça, mucho más clara que el 2-0 final le dejó una enorme sonrisa, no sólo por el nivel del equipo y los tres puntos.
Descartado para el clásico del domingo ante Real Madrid, del partido con el Cultural Leonesa por la Copa del Rey y del domingo 3 en la visita a Rayo Vallecano por la Liga, Messi hizo saber que estaba dispuesto a jugar antes de las tres semanas de recuperación recomendada por los médicos si el equipo no sacaba un buen resultado ayer. Iba a esforzarse para estar el 6 de soviembre en San Siro para visitar al Inter. El 2-0 lo exime de ese esfuerzo. Un punto de 9 por disputar asegurará la clasificación de los azulgrana a los octavos de final de la Champions. Y con tres será ganador del Grupo B. Mejor, imposible.
Además del dato concreto, Messi se llevó otras sensaciones positivas del triunfo ante los italianos. El equi- po dio la talla sin él, fue superior sin discusión sobre la pobreza del juego del Inter y llega en buenas condiciones al clásico del domingo. Por oposición, Real Madrid está “tocado” en todos los frentes y su técnico Julen Lopetegui se jugará el puesto ante los catalanes. Conviene decirlo, si “partidos son partidos”, “clásicos son clásicos” y nadie gana en la víspera.
Con Messi en la tribuna, Rafinha ocupó su posición por derecha. Tan bien le salió la jugada a Valverde que Rafinha hizo el primer gol. Luis Suárez se puso el equipo al hombro y dentro de sus características “jugó de Messi”. Su socio fue Arthur, de gran nivel y desequilibrante desde la elaboración por donde se iniciaban los ataques del Barça. El Inter hizo poco. Como en el derby que ganó sobre la hora, el 4-2-3-1 dejó solitario a Icardi solitario, esta vez bien marcado. Spalletti le sumó a Lautaro Martínez en la última media hora. Ya era tarde y todavía faltaba el gol de Alba. ■