Otro gesto del Papa: firmó y bendijo una remera del acto de Moyano en Luján
Francisco. Estuvo con una gremialista que trabajó en la organización de la misa que tuvo fuertes críticas a Macri.
Ximena Rattoni y Gustavo Vera pasaron las últimas 48 horas hospedados en Santa Marta, el lugar reservado para los cardenales que necesitan estadía efímera en Roma, muy cerca de la Capilla Sixtina. El martes habían participado de las deliberaciones sobre el futuro del trabajo en el coloquio que organizó la Academia Pontificia de Ciencias y Ciencias Sociales en la Casina Pío IV, que contó con la participación de personalidades religiosas, políticas y gremiales. Rattoni, una dirigente gremial enrolada en la CTA y Vera, el nexo entre el Vaticano y Pablo Moyano, no hubieran llegado hasta allí sin el guiño del Papa.
Sin embargo, el verdadero gesto de Francisco -el que fueron a buscar- llegó ayer por la mañana, en la tradicional audiencia de los miércoles en la Plaza San Pedro, donde el Papa suele intercambiar pequeños diálogos con invitados especiales. El Sumo Pontífice les bendijo y les firmó una remera con las consignas del “Lujanazo”, como los organizadores llamaron a la masiva misa que comandó el clan Moyano, doce días atrás, en la Basílica de Luján. Hubo no menos de diez fotos de la escena con Francisco.
Algunas las tomaron dirigentes de la agrupación La Alameda y otras son del Observatorio Romano, pero lo que demuestran es que no fueron tomadas a las apuradas. “El Papa sabía perfectamente qué estaba firmando”, dijeron fuentes que participaron del encuentro.
La remera decía: Comité Nacional Multisectorial. 21F. Paz, Pan y Trabajo. La Multisectorial estuvo al frente de la organización de la misa en Luján. Es un espacio que comparten las dos CTA, gremios moyanistas y kirchneristas y movimientos sociales como el CTEP que conduce Juan Grabois y Barrios de Pie. Sus principales dirigentes ocupaban la primera fila de la misa. Clarín reveló el domingo que el Papa se mantuvo conectado por teléfono y por mail con sus amigos en Buenos Aires en los días previos a la misa y que, incluso, esos contactos se mantuvieron después de la ceremonia. Las fotos de ayer hablan por sí solas.
“Hemos tenido el orgullo de llevar la remera que usamos para ir a Luján los trabajadores, que pedía por ‘paz, pan y trabajo’ para todos en Argentina”, contó Ximena por Twitter, apenas terminó de ver a Francisco. La dirigente confió que la bendición papal no fue casual: “Es una hermosa muestra de apoyo a estos trabajos por la unidad del campo popular y el movimiento obrero que estamos haciendo entre todas las organizaciones, de cara a poder seguir planteándole al Gobierno y a la oposición que es necesario un diálogo social urgente que cambie el modelo económico”. A buen entendedor, pocas palabras.
Las noticias que llegan desde Roma no hacen más que tensar la cuerda Iglesia-Gobierno. En la Rosada ven al Papa cada vez más pegado a dirigentes con demasiadas cuentas pendientes en la Justicia. Pero la orden es evitar polémicas con Francisco. ■