“Soy un poco culpable”
El santafesino Leopoldo Jacinto Luque tiene 69 años y hace rato que está radicado en Mendoza. Desde allí, le recuerda a Clarín lo que fue esperar la final: “La previa fue como la de todo clásico. Todos son importantes, a este se le agregaba que era la primera vez que se jugaba por algo tan importante, en un torneo que clasificaba a una competencia internacional. Boca -River es una cosa muy especial”.
Aunque ya pasaron 42 años, el delantero todavía reconoce su responsabilidad en el gol del Chapa Suñé “Soy un poco culpable del gol porque hay jugadores que tienen ciertas misiones que cumplir. Yo era uno de esos. Mientras se armaba la barrera tenía que estar tapando la pelota porque podían sorprender al arquero. Justo el Pato estaba acomodando la barrera y no llegué. No creí que le iba a pegar desde ahí. Y como no pidió distancia, le pegó de calladito. Perdimos 1 a 0 aunque había jugadores de mucha experiencia”, confiesa.
Campeón del mundo con Argentina en 1978, tenía 26 años cuando se jugó la final ante Boca. Había llegado el año anterior desde Unión y se quedó hasta 1980 (207 partidos, 84 goles). “Fue difícil el día después. No podés salir a la calle porque siempre hay algunos desubicados. Que te digan ‘ dale boca’ o ‘ gallina te ganamos’, no pasa nada. Pero los desubicados son los que te esperan cuando vas con tu hijo, yo tenía un hijo muy chiquito. Tuve que irme cuando estaba con él, no lo pude llevar al jardín. De todas formas, es parte del folclore. Te amargás muchísimo”, reconoce Luque.
Para esta primera final, transmite sus sensaciones en la Bombonera: “Vas a sacar un lateral y los plateístas están cerca. Escuchás todo, a algunos les afecta, a otros no. Yo me concentraba tanto que, la verdad, qué no sé qué me decían. Lo principal es estar muy concentrado para hacer lo que el técnico te pidió”.