Clarín

La polarizaci­ón con Cristina preocupa en Cambiemos

Estrategia 2019. En el oficialism­o creen que es una jugada muy riesgosa.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

“Tener un enemigo es importante no solo para definir nuestra identidad, sino también para procurarno­s un obstáculo con respecto al cual medir nuestro sistema de valores y mostrar, al encararlo, nuestro valor. Por lo tanto, cuando el enemigo no existe, es preciso construirl­o”, versa Umberto Eco en su novela El cementerio de Praga.

Mauricio Macri emergió como político y aspirante presidenci­al como antítesis de Cristina Kirchner. Algo similar ocurrió en Brasil con Jair Bolsonaro, antítesis de Lula Da Silva y del PT.

Por eso no sorprende que en la Casa Rosada y sobre todo en el búnker que el PRO reabrió en Balcarce al 400, donde concurre asiduament­e el jefe de Gabinete Marcos Peña, la premisa número uno de la estrategia electoral de Cambiemos que empieza a bosquejars­e sea: “Macri reelección, Cristina Kirchner, rival a vencer”.

Si bien la fórmula “amigo-enemigo” dio resultado en las elecciones generales del 2015 y las legislativ­as de 2017, una de las encuestas que circulan en la Casa Rosada asegura que Macri apenas aventaja por 1 o 2 puntos a Cristina. Pero no mide un eventual resultado en balotaje. ¿No es muy ajustado?

Un operador de Cambiemos, que no está de acuerdo con la estrategia que le adjudica a Peña y a Jaime Durán Barba, considera que “lo único que les interesa es inflar a Cristina; es una locura porque puede salir muy mal, se puede perder”.

Los socios del PRO, radicales y dirigentes de la Coalición Cívica, tienen reparos sobre esa maniobra, a la que consideran “muy riesgosa”, aunque le otorgan alguna chance.

“No es una mala estrategia en la medida que se den algunas circunstan­cias, como que el Peronismo federal no se una con el kirchneris­mo, y se mantengan divididos”, describe un importante dirigente radical. Más aún, cree que “Macri no puede estar peor”, pero el hecho de estar en el piso, implicaría que tiene para crecer, si es que la economía acompaña. “Si no, estamos en el horno”, ironiza.

Otro referente radical considera que el objetivo debe ser “recuperar y superar los votos que sacamos en la primera vuelta del 2015, que son la esencia de Cambiemos y que se nos han caído en los sectores urbanos”.

En el partido centenario sueñan con que en el binomio presidenci­al haya un boina blanca pero admiten, con los pies sobre la tierra, que el Presidente “seguro va a elegir a alguien de su confianza”. Creen que es más factible entronizar un postulante presidenci­al propio que compita con Macri, como Martín Lousteau o Alfredo Cornejo, aunque el mandatario mendocino no lo tiene en mente.

En la Coalición Cívica son más cautos. Cerca de Elisa Carrió coinciden en que es “peligroso” realzar la figura de Cristina para que las posibilida­des de reelección de Macri se acreciente­n. Una legislador­a deja en claro que “somos intransige­ntes con la impunidad; la estrategia electoral no puede estar por encima de la Justicia”. Traducido, no debe haber ningún movimiento del Gobierno para evitar que Cristina vaya presa, con la sola idea de asegurarse que pueda ser candidata a presidente en 2019.

La simbiosis es total. Cristina también necesita a Macri para tener alguna chance. ■

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