Las tensiones de hoy nublan el homenaje a los 100 años del fin de la Gran Guerra
Las diferencias entre Europa y EE.UU. marcan las celebraciones que se realizan en París.
Cien años después del fin de la Primera Guerra Mundial, ni vencedores ni vencidos. Al menos 70 presidentes y premiers y 96 delegaciones extranjeros conmemoran en Francia este fin de semana en el día del Armisticio, al pie del Arco del Triunfo, la paz, la reconciliación, los millones de muertos civiles y militares en la Gran Guerra, la unidad de Europa y con la esperanza que el multilateralismo se imponga a la ola proteccionista.Solo el presidente chino y el premier japonés no están confirmados.
París será la capital del mundo.El almuerzo posterior en el Eliseo reunirá a todos en una foto para la posteridad multilateral , cuando el concepto está en crisis. Será el comienzo de las deliberaciones del Forum de Paris sobre la paz, que será abierto por la jefa de Gobierno alemana Angela Merkel y el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. El presidente Donald Trump prefirió no asistir y regresará a Washington antes.
En un París blindado, con francotiradores en los techos y 10.000 fuerzas de seguridad desplegadas como prevención a un atentado, las delegaciones comenzaron a llegar. Solo después de los ataques terroristas del 2015 hubo tantos jefes de estado en la capital francesa. El presidente Emmanuel Macron ya ha recibido a Trump y su esposa Melania, a Merkel, Guterres; el mandatario ruso Vladimir Putin , el canadiense Justin Trudeau, el turco Recep Erdogan y líderes de los países que protagonizaron la Gran Guerra. También, los países africanos. Encabezados por el presidente de Ruanda, Paul Kagame, su par de Kenia, Uhuru Kenyattta, el rey de Marruecos Mohammed VI y el líder de Túnez, Beji Caïd Essebsi. El 45% de las tropas que combatieron fueron de las colonias francesas. Recién este año, en Reims, los fusileros negros senegaleses, malianos, cameruneses, que frenaron a los alemanes en el campo de batalla, tuvieron un monumento.
Un encuentro simbólico en París, que comenzó con un almuerzo entre Trump, su mujer y los Macron en el palacio del Eliseo. En un clima que se recompuso luego del ataque del norteamericano a los propósitos “insultantes” de su colega francés de construir un ejército europeo. Macron eligió no discutir los temas que los dividen, frente a un Trump gélido a la llegada al palacio, lejos de la camaradería inicial entre ambos presidentes. Más allá de las sonrisas de compromiso, los separa el acuerdo nuclear con Irán, la defensa europea, el medio ambiente, la gobernanza global, y la incertidumbre estratégica que representa Trump para el mundo. “Nosotros debemos distribuir mejor los cargos de cada uno dentro de la OTAN”, admitió Macron.
Trump canceló su visita al cementerio norteamericano de Bois Belleau a causa de la lluvia. La primera dama Brigitte Macron participó en las conmemoraciones, a pesar de la muerte de su hermano mayor anoche.
Cargados de emoción, Merkel y Macron asistieron a una conmovedora ceremonia en Clairière de Rethondes en Compiegne, en la réplica del vagón de tren donde se firmó el armisticio el 11 de noviembre del 1918, del que queda solo una foto. Al vagón original lo destruyeron en Berlín por orden de Hitler. Sus dos manos unidas y una Merkel emocionada con el gesto son el espejo de los nuevos tiempos: la necesidad de una Unión Europea unida y fuerte, a pesar del Brexit, con el marco de la derrota alemana de 1918 en ese vagón de tren. La placa lo sintetiza: “El valor de la reconciliación franco alemana al servicio de Europa y de la paz”.
Serán cuarenta y ocho horas de
Gélido y distante, se presentó el mandatario norteamericano frente a su colega francés
conmemoraciones. La primera reunió a los líderes en una comida en el espectacular Museo de Orsay en la noche del sábado, previo a una visita a la exposición “Rosa y Azul” de Pablo Picasso. La solemne ceremonia en el Arco del Triunfo, será hoy por la mañana. Los líderes caminarán juntos los últimos 100 metros hasta el Arco, en medio de francotiradores, y culminará con un discurso de Macron. En el mensaje insistirá en el relato que aplicó a lo largo de su recorrida del “camino de memoria” por los campos de batalla. “No se trata simplemente de conmemorar el armisticio, pero de intentar mantener jun- tos la promesa hecha de que “nunca jamás”, dijo.
Por eso en la ceremonia no habrá desfile militar. Se celebrará el fin de esa matanza de millones de soldados, olvidados en las trincheras, con el gas mostaza y los obuses, y aprender las lecciones de una paz fracasada de 1918, que humilló a los vencidos. Uno de cada cinco soldados franceses no volvió a casa. Después de la muerte de Lazare Ponticelli, el último “poilu” sobreviviente hasta los 110 años, la memoria de la Gran Guerra pertenece a los historiadores y a los familiares de estos héroes anónimos, nunca suficientemente honrados. El Forum de la paz es el proyecto de la diplomacia francesa, con el Davos de como modelo o el de Munich para la seguridad colectiva y nunca mejor que iniciarlo en este aniversario.
Macron compara los años 29 y 30 con el actual clima, que quiere combatir con la multilateralidad, la unidad europea y un ejército de la UE. Especialmente cuando las elecciones europeas se celebrarán en mayo en medio de un crecimiento del populismo nacionalista, el miedo al otro, la crisis migratoria y el rechazo a la élite política tradicional y la consolidación de movimientos soberanistas en Europa. ■