Habrá recuento de votos en Florida ante la estrecha diferencia en los resultados
Trump se mostró indignado y habló de “robo”. Se verificarán más de 8 millones de sufragios.
La cerrada elección en Florida, donde la diferencia entre republicanos y demócratas es sumamente pequeña, obligó a las autoridades a ordenar el recuento de los más de ocho millones de sufragios que hubo en este distrito clave. La medida despertó la indignación del presidente Donald Trump, quien daba por ganador a sus candidatos.
“Están tratando de robar dos grandes elecciones. ¡Estamos observando de cerca!”, tuiteó ayer el mandatario, quien se encuentra en París par- ticipando de los homenajes a los caídos en la Primera Guerra Mundial.
El secretario de Estado de Florida, Ken Detzner, determinó que, en razón de los resultados finales, los márgenes eran muy estrechos en algunas contiendas, incluidas las de senador nacional y gobernador, por lo cual ordenó un recuento automático de los votos. La legislación determina este procedimiento si el margen es menor a 0,5%, algo que ocurrió en este caso.
El recuento no oficial de votos mostró que Rick Scott, del Partido Republicano, aventaja al demócrata Bill Nelson por apenas 0,15 puntos porcentuales en la lucha por el Senado. En los comicios de Gobernador, en tanto, el republicano Ron DeSantis le gana al demócrata Andrew Gillum por 0,41 puntos.
De esta manera, unos ocho millones de votos deberán ser contados nuevamente. El plazo de finalización previsto por las autoridades es el jueves por la tarde.
Lo que está ocurriendo en el sureño estado norteamericano se asemeja al resultado de las elecciones presidenciales de 2000, cuyos candidatos fueron el republicano George Bush y el demócrata Al Gore, quienes tuvieron menos de 2.000 votos de diferencia. La contienda fue definida por la Corte Suprema en favor de Bush, pero después de que el recuento despertara grandes dudas.
La situación actual en Florida también está generando polémica, como sucedió hace 18 años. El senador Nel- son, que aspira a la reelección, había presentado demandas por la demora en la votación. Ayer fue más a fondo y prometió tomar medidas “para garantizar que cada voto se cuente sin interferencias ni esfuerzos para socavar el proceso democrático”. Agregó que desde el martes la brecha entre él y su rival se ha reducido sustancialmente, hasta llegar ahora a sólo 12.500 votos.
El republicano Scott, saliente gobernador estatal, entabló también demandas judiciales a las supervisoras electorales de los condados Broward y Palm Beach por las demoras en la contabilidad de votos, y durante una rueda de prensa llegó a sugerir la existencia de “un fraude”, en línea también con el presidente Trump. Pero las autoridades estatales han descartado totalmente cualquier indicio de hecho delictivo.
DeSantis, en tanto, supera por apenas 33.584 votos al demócrata Gillum, quien el día de las elecciones había reconocido su derrota. Ayer, ante este nuevo escenario, Gillum cambió de postura: “Reemplazo mi temprana concesión con una llamada sin remordimientos e inflexible a que se cuenten cada uno de los votos”.
Las elecciones del martes pasado se dieron en un agitado clima político, de mucha polarización. Los demócratas le arrebataron al gobierno el control de la Cámara de Representantes, pero mantuvieron el dominio de Senadores. Esto presenta un nuevo panorama político para el resto del gobierno de Trump. ■