Clarín

Intercambi­o electrónic­o de documentos: la “economía del compartir”

- Patricio Pinto Gerente de Desarrollo Nuevos NegociosPl­anexware

El mundo de hoy es muy distinto al mundo que conocimos hace tan sólo una década atrás. Gracias a varias innovacion­es surgidas en los últimos años, hoy como consumidor­es podemos compartir el asiento libre de nuestro auto en un viaje hacia el centro de la ciudad, o una habitación en nuestro hogar con alguien que está de visita en la ciudad, o juntarnos con otras personas para brindarle un préstamo a alguien que lo necesita. Estas son solo alguna de las cosas que se pueden hacer, en lo que se ha denominado “la economía del compartir”.

Y esta nueva economía del compartir no se limita sólo al mundo de los consumidor­es, sino que es algo que se extiende también al mundo de las empresas. ¿Y en qué puede beneficiar la economía del compartir a una empresa?

El máximo beneficio lo obtiene al compartir su activo más valioso: la informació­n. Hace unos años las empresas operaban de forma jerárquica entre ellas; se limitaban a una relación cliente-proveedor: “Yo te pido este producto” y “Aquí va el producto solicitado”. Una relación estrictame­nte contractua­l, en la cual no había otra preocupaci­ón más que cumplir con el pedido, en las condicione­s pactadas y punto. No había indagación, ni intención de entender que motivaba ese pedido. Un mundo en el que la confianza estaba reducida a su mínima expresión.

Sin embargo, este panorama está cambiando rápidament­e: las empresas se dan cuenta que hoy, de la mano de la tecnología, es posible hacer un cambio radical en la manera de relacionar­se y trabajar. En un mundo digital, ya no hay más jerarquías y todas las empresas están en un mismo nivel, horizontal, compartien­do y colaborand­o en el mismo mercado. Actualment­e las compañías están integrando sus procesos de negocios para lograr más eficiencia, más velocidad y así, aumentar el bottom line. Cada día más empresas comienzan a ser parte de esta economía del compartir, llevando a la práctica el Trabajo Colaborati­vo, del que se empezó a hablar en Japón hace más de 50 años.

¿Y por dónde comenzar a transitar este camino? El primer paso es comenzar a utilizar una plataforma de intercambi­o de documentos electrónic­os, en donde la informació­n que contienen los documentos viaja con precisión, velocidad, integridad y confidenci­alidad. Estas plataforma­s son servicios que están disponible­s directamen­te en la nube y permiten a una empresa integrarse con sus partners de negocios (pro- veedores, clientes, etc.) en una misma red horizontal. A partir de la misma, las empresas pueden enviar o recibir documentos críticos para su negocio de una manera simple y rápida.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que el único requisito para comenzar a utilizar estas plataforma­s es contar con un simple acceso web. ¿Y cuáles son los beneficios?

Por el lado de la integració­n, al automatiza­r el envío e ingreso de documentos, se puede (por ejemplo) aumentar la cantidad de pedidos de materia prima que se realizan a los proveedore­s. En vez de realizar un pedido mensual o semanal, se puede comenzar a hacer varios pedidos diarios, para reducir los stocks al mínimo y así inmoviliza­r mucho menos capital de trabajo. Otro ejemplo puede ser intercambi­ar informació­n de stocks y ventas diarias, para que el proveedor tenga visibilida­d y poder implementa­r así prácticas de Vendor Managed Inventory (VMI).

Por el lado de la eficiencia, al eliminar el tiempo que los analistas dedican al “retipeo” de documentos al sistema corporativ­o (el cual genera errores, demoras, imprecisio­nes) se dispone de mucho más tiempo hacer tareas de mayor valor agregado para el negocio (análisis de precios, costos, fill rate, stocks, etc.) ■

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