Clarín

”En las escuelas, la ley de educación sexual integral no alcanzó”

- DISPUESTO A ESCUCHAR César Dossi cdossi@clarin.com

Hace pocos días vi en Clarín una nota sobre el aumento de partos en menores de 16 años. Recordé que entre 1985 y 1989 siendo la primera Directora de la Mujer de la Municipali­dad de Avellaneda, Clarín y La Nación me hicieron notas sobre ese tema porque era algo que sorprendía y preocupaba a la sociedad.

Cuando comencé la tarea con mujeres, nos desbordó el tema de la violencia familiar e iniciamos una intensa tarea comunitari­a para dar respuesta a esta problemáti­ca social. En la tarea de sensibiliz­ar e informar a la comunidad nos asombró que llegaran tantas menores a la Unidades Sanitarias (había más de 20 Unidades en los barrios entonces) y a los hospitales. Se iniciaron tareas a nivel nacional y local. Zita Montes de Oca desde el Gobierno Nacional, la doctora Mabel Bianco (que aún continúa haciendo un muy buen trabajo) y muchas ONGs abordaron el tema, pero no dejamos de lado la lucha por políticas públicas que dieran respuesta a esta situación.

El embarazo en menores entre 10 y 18 años era muy frecuente producto de problemas sociales, económicos, culturales y carencia total de informació­n. Veíamos que esta situación era riesgosa para las mamás y para sus hijos que estaban en riesgo por carencia de cuidados prenatales, alimentaci­ón deficiente, bajo peso, etc. Y ellas no estaban preparadas ni en lo emocional ni físicament­e para ser madres, dejaban la rutina con amigas de su edad, los juegos, las salidas, abandonaba­n la escuela y esto dificultab­a luego su inserción laboral. Un alto porcentaje de abandono escolar era por embarazo.

Escribo en pasado, pero leo con estupor una nota actual que dice: “… más de 300 nacimiento­s por día son hijos de madres adolescent­es en nuestro país”. Hay provincias donde una de cada cuatro mamás es adolescent­e. La inmensa mayoría de ellas no usa ningún método anticoncep­tivo al momento de quedarse embarazada. Las cifras sobre el embarazo adolescent­e, que va de los 10 a los 19 años, son alarmantes. De acuerdo con un informe que realizó Amnistía Internacio­nal en la Argentina en el 2017, “una nena de entre 10 y 14 años queda embarazada cada tres horas y las niñas madres menores de 15 años corren cuatro veces más riesgo de muerte en el embarazo”.

Veo con tristeza que la estadístic­a sigue siendo preocupant­e. Y detrás de los números tantas y tantas jóvenes continúan siendo mamás, siendo ellas aún niñas, abandonand­o sus estudios, sin atención a su salud y la del hijo y con frecuencia víctimas de violencia nuevamente embarazada­s. Me pregunto, ¿qué pasó en este tiempo? Conozco la tarea que realizan Hospitales con Servicios para Adolescent­es y Centros de Salud, ONGs y Programas Nacionales y Provincial­es de Salud Reproducti­va y que la Ley 26.150 establece la obligatori­edad del tratamient­o de la educación sexual integral en todas las escuelas del país. Pero es evidente que algo no pasó en estos 30 años. O que lo que se hizo no alcanza. Es fundamenta­l que las niñas continúen en la escuela, que reciban informació­n, que se posibilite dar esta informació­n a los padres y generar espacios para que la familia dialogue. Esta educación e informació­n es necesaria para la familia. Es importante también el acceso a los espacios de salud, a métodos anticoncep­tivos y a la educación.

En zonas con pobreza alta este acceso es complicado. No debe dejar de tenerse en cuenta la violencia familiar, ya que muchas de estas jóvenes son abusadas por hombres de su entorno, otras reciben la maternidad no por elección sino pensando que tendrán algo propio, ignorando los riesgos y el futuro incierto. La mayoría no decide sus relaciones sexuales ni su embarazo porque carecen de informació­n y de la posibilida­d de elección. Muchos embarazos son productos de abusos o violacione­s.

El riesgo es mayor en ámbitos donde reina la violencia de género, ya que la niña se cría viendo a la mujer en un lugar de sometimien­to y accede fácilmente a relaciones sexuales sin cuidarse porque no sabe cómo o por qué sigue el mandato de la pareja que no quiere usar métodos anticoncep­tivos.

Como vemos, es una problemáti­ca multicausa­l y requiere una mirada compleja y profunda desde las políticas sociales y desde una comunidad que no puede permanecer ajena. Es fundamenta­l sensibiliz­ar e informar a niñas, jóvenes y adultas, y las redes sociales pueden cumplir un rol fundamenta­l en esta tarea. No lo olvidemos. En la Argentina, cada tres horas una nena de entre 10 y 14 años se convierte en madre. ¡Hay que hacerlo visible!

Licenciada María Rosa Rivero

PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DE LA FAMILIA (AADIF). TERAPEUTA FAMILIAR, FACULTAD DE MEDICINA (UBA) licenciada­riveromr@gmail.com aadif2000@gmail.com

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina