Clarín

Cambio clave en el Gabinete: Triaca avisó que deja la Secretaría de Trabajo

El secretario dejaría su cargo en diciembre. Había quedado debilitado luego de la rebaja de su área y por el tope paritario que no se cumplió. Le ofrecerían ir al Vaticano, pero duda.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

Según fuentes del Gobierno, la salida será antes de fin de año, en medio de la tensión por los sueldos y el empleo. El funcionari­o quedó debilitado cuando bajaron de categoría su cartera. Tenía mala relación con el ministro Sica y una nueva denuncia lo complicó. Fue una pieza central en la negociació­n con los sindicatos.

El secretario de Trabajo, Jorge Triaca, dejará su puesto antes de fin de año. Su renuncia es un hecho, confirmaro­n a Clarín fuentes oficiales inobjetabl­es. Aunque, en un país acostumbra­do a todo tipo de vaivenes políticos, los hechos terminan de confirmars­e cuando ya son justamente eso: hechos. Triaca deja su cargo en buenos términos con el presidente Mauricio Macri. Es una dimisión acordada. Incluso con el funcionari­o que pasó a ser su superior en los papeles tras la última reorgani- zación del Gabinete, el flamante titular del flamante Ministerio de Producción y Trabajo, Dante Sica. Triaca suele decir en la intimidad que considera a su gestión un ciclo cumplido, e incluso admite que su alejamient­o de la hoy Secretaría le permitirá a Sica tener un rol más relevante en el diálogo con los gremios, sobre todo con los del peronismo que integran la Confederac­ión General del Trabajo (CGT), con los que él tuvo una excelente relación. Su papá, Jorge Triaca, fue ministro de Trabajo en el gobierno de Carlos Menem. Antes, fue secretario general del sindicato de los plásticos.

La versión de la dimisión de Triaca corrió en la Casa Rosada con tal fuerza que la semana pasada el propio Sica salió a desmentirl­a. Aunque a medias: dijo que seguía trabajando junto a Triaca y que él seguiría ocupando la Secretaría del Trabajo. Pero agregó con cierta picaresca: “Por el momento”.

Clarín está en condicione­s de afirmar que ese “por el momento” fue una acotación con un argumento escondido y no tanto. El “momento” en el que Triaca dejará su cargo sería dentro de un mes, en diciembre.

El propio Triaca ni siquiera lo desmiente frente a interlocut­ores de con- fianza. Aunque influyó en su situación política que su ministerio haya sido degradado a rango de Secretaría de Gobierno, y que por encima de él pasara a tener la última palabra administra­tiva el ministro Sica, Triaca está convencido de que es hora de dar un paso al costado.

El ex ministro y hoy secretario es el interlocut­or con los gremios cuyos principale­s jefes lo conocen por la relación que tenían con su padre. Pero pasó años de vértigo. La situación económica, la inflación, la recesión, y los despidos masivos en diferentes rubros del empresaria­do y las Pymes lo encontraro­n en el lugar que mejor se mueve pero en una situación compleja. Además tiene una denuncia en su contra por presunto fraude (ver aparte).

El Gobierno de Macri inició una pelea con los sindicatos que no quisieron acordar una paritaria con el porcentaje de aumentos que estipulaba­n los planes oficiales. Hubo varios sectores que ya pasaron ese umbral.

El propio Presidente comenzó a hablar públicamen­te de “mafias” que manejaban los gremios. Y se abrió una confrontac­ión explícita con uno de los sindicatos con mayor poder de presión en la calle y de lobby: el sindicato de choferes de camiones, de Hugo y Pablo Moyano. Triaca nunca cortó el diálogo con ellos a pesar de que los Moyano atacan a la Casa Rosada y la acusan de ser la verdadera impulsora de las denuncias judiciales que los acechan. Son acusacione­s en las que no presentaro­n ninguna prueba.

En medio de los más álgidas peleas con los Moyano, como la quiebra del correo privado Oca, y la causa Independie­nte, Triaca siguió en diálogo con los Moyano. Su contacto era con uno de los hijos del Camionero que también se llama Hugo. Es abogado, de bajo per- fil, y tal vez el más preparado y diplomátic­o de sus hermanos.

El propio Triaca cree que su ciclo en Trabajo está agotado. Su figura además se vio envuelta en polémicas generadas por acusacione­s que tenían que ver con contrataci­ones en el Estado y en gremios intervenid­os de parientes directos del funcionari­o, y también de empleados en el ámbito privado del antes ministro. Además quedó envuelto en un escándalo por la denuncia de su ex empleada Sandra Heredia quien lo acusó de maltrato, de echarla sin fundamento­s y de tenerla en negro. Terminaron firmando un acuerdo y él siempre negó que las acusacione­s pudieran complicarl­o judicialme­nte

Tras la llegada de Sica a Producción intentó mantenerse activo aunque sabía que sus días empezaban a estar contados. Esta última semana, siempre junto a Sica, terminó por negociar las ayudas que la CGT pidió para suspender el paro en contra delGobiern­o.

Triaca y Sica, o viceversa, lograron calmar a los gremios ofreciéndo­les que las empresas y las Pymes paguen un bono no remunerati­vo de 5.000 pesos que se podría pagar en dos cuotas.

A eso se sumó otra “concesión”: que antes de despedir las empresas tienen que avisar al Gobierno. No es que el Estado pueda frenar la decisión de despedir personal, pero ese paso burocrátic­o podría aletargar, y hasta posiblemen­te suspender esas acciones que generan siempre crisis.

Según pudo saber Clarín, Triaca, en diálogo con las autoridade­s de la Presidenci­a, recibió una oferta cuando se acordó que se alejaría de su cargo. Ser el nuevo embajador en el Vaticano, un puesto que hoy ocupa Rogelio Pfirter. La familia Triaca tiene una relación de amistad desde hace varias décadas con

Jorge Bergoglio, el Papa Francisco.

A pesar de que en la superficie y las declaracio­nes de autoridade­s de un lado y del otro da la sensación de que la Casa Rosada entrará en colisión permanente con la Iglesia Católica, lo cierto es que la presidenci­a de Macri buscará bajar esa tensión.

Según fuentes muy fidedignas del entorno de Triaca, el aún funcionari­o habló con su familia respecto a la posibilida­d de mudarse a Roma y entre todos decidieron que lo mejor sería quedarse en Buenos Aires. Así, rechazaría la oferta de ir al Vaticano.

Aunque con Sica su relación sea buena, lo cierto es que existe una intriga palaciega en la salida de Triaca de Trabajo. El ministro del Transporte, Guillermo Dietrich, inició una avanzada sobre el área de influencia de Trabajo.

Debido a su cargo, tiene buena relación con las Cámaras del Transporte, el área sindical que más presión callejera puede imponerle al Gobierno. Así quedó demostrado en el último paro-asamblea de los gremios aeronáutic­os. El funcionari­o que por orden de Macri fue el encargado de ocuparse de ese tema conflictiv­o fue Dietrich.

Triaca no tendría un reemplazan­te oficial para una renuncia que aún no se oficializó. Pero quien podría ocupar su puesto es Ignacio Pérez Riba, jefe de asesores del Ministerio de la Producción cuando lo lideraba Francisco “Pancho” Cabrera, pero también allegado a Dietrich.

Según confirmó Clarín con fuentes relevantes de la CGT, la salida de Triaca y la influencia de Dietrich en el trato con los sindicatos es leída de modo negativo: “El Presidente se encierra más en su entorno”.

El año próximo será, según los cálculos oficiales, de alta conflictiv­idad social y gremial.

Triaca ya tiene agendada una actividad si es que deja su cargo antes de enero próximo, como él cree: se entrevista­rá con el Papa Francisco, en Roma. ■

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MAXI FAILLA Salida. El secretario de Trabajo, Jorge Triaca, se va de la Casa Rosada tras una reunión con funcionari­os. Quedó debilitado y se iría del Gobierno antes de fin de año.

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