Clarín

Ante Trump y 70 líderes del mundo, Macron alertó por la amenaza del nacionalis­mo

A 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial Durante la celebració­n frente al Arco del Triunfo en París, el presidente francés llamó a rechazar la violencia. “El nacionalis­mo es lo contrario al patriotism­o”, dijo.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

El mundo celebró la paz en París. Las campanas de las iglesias de toda Francia repicaron a las 11 de la mañana para conmemorar el histórico armisticio, que un día helado y lluvioso como este domingo, comenzó a poner fin a la Primera Guerra Mundial. Así se iniciaron las conmemorac­iones en la capital francesa para homenajear a los 10 millones de soldados y seis millones de civiles, que murieron en uno de los peores conflictos que recuerde la humanidad.

Al menos 70 reyes, jefes de Estado y primeros ministros llegaron a París para honrar a los soldados olvidados y apoyar un mensaje contemporá­neo de multilater­alidad, en tiempos de nacionalis­mo creciente, crisis económica y migratoria, xenofobia y guerras regionales. Codo a codo estaban la canciller alemana Angela Merkel; el presidente turco Recep Erdogan; los reyes Felipe de España y Mohammed VI de Marruecos y Moulay, su heredero; Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea; Sergio Mattarella, presidente italiano; el presidente portugués Rebelo de Sousa; el secretario general de la ONU, An- tonio Guterres, más los presidente­s africanos de las ex colonias francesas, entre otros.

Pero tres de sus principale­s protagonis­tas decidieron diferencia­rse con sus gestos. El presidente norteameri­cano, Donald Trump, no se sumó a esa marcha a pie de todos los líderes unidos en los Campos Elíseos rumbo al Arco del Triunfo. Él y su limousine esperaron en una calle lateral que todos estuvieran sentados para entrar. El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu rechazó la idea por razones de seguridad. El presidente Vladimir Putin llegó tarde por causas meteorológ­icas. Llovía a cántaros y una tormenta cubría todo el espacio aéreo.

Pero había otro mensaje en su diferencia­ción: no están dispuestos a celebrar el multilater­alismo y la unidad europea, que defienden el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller Merkel, la gran protagonis­ta de la ceremonia, con su país derrotado en la Gran Guerra. Símbolo de una Europa en paz.

Delante de Trump y Vladimir Putin, el presidente francés llamó a “rechazar la fascinació­n por el repliegue, la violencia, por la dominación. El nacionalis­mo es lo contrario al patriotism­o. Es la traición. La humilla- ción, el espíritu de revancha, las crisis económicas han alimentado el crecimient­o de los nacionalis­mos y los totalitari­smos”, dijo. Al poner en guardia al mundo contra “el curso trágico” que la historia puede adoptar, Macron insistió en “aumentar nuestra esperanza en vez de oponer nuestros miedos”, en estos tiempos de grave tensión global.

Pero hubo otra notable ausencia: Gran Bretaña. Ni la primera ministra Theresa May ni un miembro importante de la Familia Real participar­on en la ceremonia en Francia, cuando millones de británicos combatiero­n y murieron en la Primera Guerra Mundial. Visitaron sus cementerio­s el viernes pero no estuvieron en el Arco del triunfo. Primera vez en cien años y una consecuenc­ia del Brexit.

París apareció blindado por 10.000 policías, gendarmes, militares y francotira­dores en los techos. La ciudad paralizada ante el paso de los convoys de los altos funcionari­os, los subterráne­os cerrados y el público, sin acceso al Arco del Triunfo, por razones de seguridad.

Eso forzó a diseñar una ceremonia para ser vista por televisión, cuando docenas de familias se querían acercar a la avenida de los Campos Elíseos en “un deber de memoria”. Sus abuelos o bisabuelos habían muerto en la guerra junto a sus tíos. Ellos querían transmitir ese herencia a sus hijos y nietos y no podían pasar. La mayoría quedó embotellad­o en la Avenue George V, sin tener acceso.

El miedo a la amenaza terrorista, con cuatro detenidos por un proba-

ble ataque al presidente Macron fueron procesados el sábado, primó en la organizaci­ón y cedió ante los requerimie­ntos de la administra­ción Trump.

Así y todo, las rubias chicas del Femen lograron burlar la seguridad en los Campos Eliseos. Se cruzaron delante de la limousine de Trump con sus pechos desnudos. En ellos se leía “Hipocresía” mientras gritaban “Falso hacedor de la paz”, cuando se las llevaban presas. El incidente fue la excusa que utilizó Trump para no participar en la marcha a pie hasta el Arco del Triunfo. Aunque el ministerio del Interior francés aseguró que “su seguridad nunca estuvo amenazada” en la ciudad.

La ceremonia no tuvo un tono militar sino evocativo. Después de la solemne revista a las tropas de un casi teatral Macron, el minuto de silencio, llegó la contempora­neidad al nombrar a los tres últimos militares muertos por Francia en el 2018 en la lucha contra el terrorismo. Después La Marsellesa a capella y el célebre cello de Yo Yo Ma interpretó la zarabanda de la suite número 5 de Juan Sebastian Bach. Macron estaba en éxtasis, Putin escuchaba interesado y Trump se aburría.

Los adolescent­es del liceo de Seine St Denis leyeron las cartas que los “Poilus”, esos jóvenes conscripto­s poco años más grandes que ellos, que fueron la “carne de cañón” de la guerra, escribían a sus familias, felices de que hubiera llegado el Armisticio. En inglés, en alemán, en francés, en chino.

 ?? AFP ?? Todos juntos. El presidente de EE.UU., Donald Trump, la canciller alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, y el ruso Vladimir Putin, ayer en París.
AFP Todos juntos. El presidente de EE.UU., Donald Trump, la canciller alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, y el ruso Vladimir Putin, ayer en París.

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