Firme con su plan, la premier británica se reúne con los líderes de la Unión Europea
Un nuevo drama en el shakesperiano Brexit. Los euroescépticos estallaron y se partieron ayer en torno al voto de confianza de la primera ministra Theresa May, que podría removerla de su cargo. Unos lo quieren ya y otros prefieren esperar la votación sobre el Brexit en el Parlamento. Justo cuando un grupo de diputados conservadores amenazan con una enmienda de aprobar el acuerdo del Brexit de May, a cambio de que sea ratificado por un segundo referéndum. El Partido Demócratico Unionista de Irlanda del Norte (DUP) amenaza con abandonar a la primera ministra y los 12 votos que le aporta por diferencias en la solución con Irlanda del Norte.
En este caos, May se sintió más afianzada y viaja hoy a Bruselas para entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker y el premier austríaco, que ejerce la presidencia rotativa de la UE.
En otro día extraordinario en la política británica, el diputado conservador Jacob Rees Mogg devolvió a la primera plana a los desinflados euroescépticos, cuando las 48 cartas que habilitarían la moción de confianza contra la premier avanzaban a paso de tortuga o iban siendo discretamente retiradas. Para Rees Mogg, “el voto de confianza es ahora o ella va a liderar a los Tories en la elección general” del 2022.
Como presidente del European Research Groups (ERG), que nuclea a los euroescépticos, y tras una conferencia de prensa donde solo le preguntaban sobre un voto de confianza que no llegaba y si les costaba conseguir los 158 votos para derrocarla, Rees Mogg respondió: “Yo voy a esperar y ver”, afirmó Rees Mogg, que había desafiado en la Cámara de los Comunes a May, diciendo que él podía pedir su renuncia porque ella no había cumplido sus promesas sobre el Brexit.
Rees Mogg no ha conseguido aún que se ponga en marcha el voto de confianza. Muchos de los Brexitiers prefieren esperar el voto en el Parlamento o el abandono del DUP, del apoyo que le daban a la premier como mayoría parlamentaria, para exigirlo. Pero no se implementa rápidamente porque se necesita el 15% del partido para lanzarlo.
Lo cierto es que la expectativa que generó la posición de los Brexitiers para derrocar a May inmediatamente, la violencia de su discurso en el Parlamento, la orfandad de la jefa de gobierno con su acuerdo, las siete renuncias consecutivas de su gabinete fortalecieron a los euroescépticos.
Hasta ahora públicamente son 26 las cartas de diputados enviadas al Comité 1922 que se han mostrado a la prensa. Se necesitan 48 diputados que deben escribir a Sir Graham Brady, titular del Comité, que informa de su situación a la jefa de gobierno. Ella necesita 158 votos para ganar el voto de confianza o debe presentar su renuncia para dar paso a un desafío al liderazgo dentro de su partido, que la reemplazará como líder.
El desorden en el campo de los Brexitiers está siendo utilizado por May para avanzar con su proyecto, sin olvidar de la amenaza de las cartas para su voto de confianza. ■