Venta récord en la Ciudad: parte del Tiro Federal se subastó por $ 5.600 millones
Es la operación con tierras públicas más cara de la historia. Lo adquirió un fideicomiso que podrá construir hasta 100 metros en altura. Lo recaudado se invertirá en el proyecto del Parque de la Innovación y en obras para la Villa 31.
Las tierras del Tiro Federal Argentino ya tienen nuevo dueño. Por un valor de 151,5 millones de dólares -el equivalente a 5.600 millones en pesos argentinos-, el fideicomiso Buenos Aires Landmark adquirió uno de los terrenos mejor cotizados del mapa porteño y, en esa operación, configuró la compra de tierras públicas más costosa en la historia de la Ciudad de Buenos Aires.
En el tercer piso del Banco Ciudad, en un auditorio más poblado por observadores que por oferentes, se gestó la compra. Dos fideicomisos se habían inscripto la semana pasada para participar. Uno era TF Towers, con vinculaciones con el Fideicomiso BAP, que en otras oportunidades compró terrenos a través de subastas públicas. El otro, el ganador Buenos Aires Landmark, una firma integrada por inversores de la familia Werthein (La Caja de Ahorro y Seguro, entre otros) y de la familia Sielecki, con un pasado en los laboratorios, luego diversificado a otros negocios.
Poco después de las 11 de ayer, el martillero del Banco Ciudad inició lo que sería una subasta apretada, con dos jugadores con poco ánimo de arriesgar. Aunque lo que había en puja era la venta del denominado Polígono A del Tiro Federal Argentino. Un terreno en la esquina de Libertador y Udaondo, en Núñez, que a su vez comprende dos manzanas, frente a la cancha de River. Ahí el valor del metro cuadrado cotiza en poco más de 3. 929 dólares.
“Señores, ¡mirada al frente!”; “A ver quién persevera más, ¿quién va a ofrecer con reales ganas de comprar?”; “Después del tercer golpe de martillo, pierden el terreno”; “Vamos 150 millones 500 mil, ¿mejoramos?”; “La subasta está muy conversada y poco ofertada”. Las frases de Ricardo Vitaliti, el jefe de martilleros del Banco Ciudad que manejó el remate, eran por momentos parecidas a una actuación, pero también a un reto ante propuestas que, a su consideración, no estaban a la altura. Es que la compulsa se extendió por 46 minutos, pe- ro en ningún momento incluyó picos. Los representantes de los fideicomisos fueron subiendo el monto de a 100 mil dólares y poco se creció desde la base que marcó Vitali: 141 millones de dólares.
Y, si bien, la subasta fue, según fuentes del Banco, la más grande de la historia de la institución, y la más alta hasta el momento en la Ciudad, es el mismo monto que en dos días, allá por junio, el Banco Central ofertó para contener la suba del dólar, que entonces estaba a $ 27,75. “Hubo demasiada especulación”, dijo a Clarín un participante del proceso, que prefirió no ser identificado.
A un costado, los seis representantes de Buenos Aires Landmark, sonreían y se sacaban selfies, en grupo, mirando a la pantalla del celular y con la paleta con el número “43” en alto. Pese al clima de festejo, en ningún momento quisieron adelantar cuáles son los planes para el predio en el que pueden construir hasta 150 mil metros cuadrados y 100 metros de altura.
El pliego de venta establece además que por lo menos el 65% de la superficie debe destinarse a uso público con espacios verdes y calles que se abrirán una vez que tengan acceso a la tierra. Algo que ocurriría recién en 2020, cuando está previsto que se terminen las obras de las nuevas instalaciones del Tiro Federal, en la desembocadura del arroyo Medrano.
En tanto, el fideicomiso deberá pagar el 10% del monto en el plazo de 14 días, el 23% en 50 días, el 33% en un año y el saldo restante en dos años. Por la crisis económica, en forma previa se había aceptado el pago en cuotas de la parcela.
Con la plata de la venta se financiará parte de la construcción del futuro Parque de la Innovación, que se hará en otro lote del Tiro Federal, y donde se mezclarán viviendas con oficinas, instituciones educativas y empresas. También se destinará a obras de urbanización de la Villa 31 y 31 bis de Retiro, a pesar de que los asentamientos tienen su ley, con el correspondiente presupuesto asignado y un crédito también para esos fines del Banco Mundial. ■