Alumnos y arquitectos, del taller a la obra
Historias de la FADU. De los años ‘30 al 2000
Parece que a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA (FADU) le llegó el momento de salir de cierto anonimato y contar su historia. Y no es para menos, esa institución ha sido la usina de donde salieron cantidad de arquitectos que son, en parte, responsables de la ciudad que hoy tenemos. La que frecuentemente sufrimos y muchas otras veces disfrutamos.
Para realizar esa labor, los arquitectos Juan Molina y Vedia, Sandra Méndez Mosquera y Fernando Williams, de la Dirección de Archivos de Arquitectura y Diseños Argentinos (DAR) entrevistaron a unos 98 arquitectos formados entre los años 1930 y 2000. Y les hicieron colgar sus dibujos, planos, maquetas y fotos de obras en una serie de exposiciones organizadas por décadas que tuvieron lugar en la Sala Baliero de la FADU. De ahí surgió el libro De Alumnos y Arquitectos, cuya edición estuvo a cargo de Silvia Batlle y Sandra Méndez Mosquera, que fue presentado el jueves pasado en la FADU y próximamente estará en la web.
La carrera de Arquitectura recién se creó en el país en 1901 formando parte de la facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El domicilio original fue en Perú 294, en la Manzana de la Luces, junto al Colegio Nacional de Buenos Aires y a la iglesia San Ignacio. Eran muy pocos alumnos, hasta 1912 no superaban la decena. Recién en 1947 se creó la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, que continuó así hasta que en 1985 se le agregaron los diseños y se convirtió en la FADU.
La década del ‘30 está bien representada por Mario Roberto Alvarez (1932-36), uno de los arquitectos nacionales de mayor trayectoria, autor de obras como el Teatro San Martín y los edificios Somisa, IBM y el Hotel Hilton. De su época de estudiante cuenta que Buenos Aires era totalmente afrancesada y que en la Escuela de Arquitectura se seguían los lineamientos de la L’ Ecole des Beaux Arts. Pero como se informaba con revistas modernas que venían de afuera, se sentía “como un espía de otra época”.
Clorindo Testa (1940-47), autor del ex banco de Londres y de la Biblioteca Nacional, es el elegido de los años ‘40. Sus primeros trabajos fueron dibujar una voluta en estilo jónico y diseñar un templete en un parque. “De arquitectura moderna ni se hablaba, no existía”, cuenta.
El testimonio de la década del ‘50, una época signada por el golpe del ‘55, lo brindan Justo Solsona (1950-56) y Lala Méndez Mosquera (1949-59). Solsona dejó su sello en el edificio de la ex ATC, el “Rulero” y las sedes para el Banco Ciudad. Méndez Mosquera fue una de las mentoras principales de la legendaria revista de arquitectura Summa, que empezó a editarse en 1963 y de la cual se hizo cargo desde 1965 a 1992.
Solsona dice que siguió arquitectura porque le gustaba el edificio del Concejo Deliberante. Y que la facultad le cambió la vida: de ser monaguillo quedó atrapado por los nuevos vientos de la modernidad. De estar en una línea religiosa-humanista pasó a ser un reformista rabioso y a sumarse al grupo progresista, conocido como Organización de Arquitectura Moderna (OAM) que reunía a Horacio Baliero, Carmen Córdova, Manuel Borthagaray y Francisco Bullrich, entre otros, bajo la fuerte influencia de Tomás Maldonado.
Para muchos, como Manuel Borthagaray, ese período que se interrumpió en julio de 1966, en “La Noche de los Bastones Largos”, fue la “etapa dorada” de la facultad. Por entonces se diplomaron alrededor de dos mil arquitectos, el doble que en la década anterior y cuatro veces más que en las del ‘30 y el ‘40.
Algunos de los representantes de esa década son Jorge Aslan (1953-60), uno de los más prestigiosos proyectistas de establecimientos industriales; Teresa Egozcue (1961-68) coautora del Hospital de Pediatría Dr. Juan P. Garrahan; Roberto Frangella (1958-68), reconocido artista plástico y referente en Arquitectura de interés social; y Miguel Baudizzone (1960-66), Jorge Lestard (1960-66) y Alberto Varas (1960-66), ganadores de muchos concursos como el de Ciudad Universitaria, la Reurbanización de Retiro y un último ganado sólo por Varas para la urbanización del predio de Tiro Federal.
En la presentación del libro, uno de los ex decanos, Jaime Sorín, aprovechó para invitar a reflexionar sobre la década del ‘70. “Se ha hablado mucho sobre la dictadura y la recuperación democrática de los ‘80. Pero falta dar cuenta de este período en que desaparecieron una importante cantidad de estudiantes de la FAU”. Entre los representantes de esta generación que estudió en los convulsionados años ‘70 figuran en el libro nombres como Rubén Cherny (19631971), coautor junto al inglés Norman Foster de la sede de Gobierno porteño; Augusto Penedo (1965-1974), hasta hace unos pocos días presidente del Consejo Profesional de los arquitectos, y Edgardo Minond (1967-197), autor del recientemente inaugurado Centro de Exposiciones y Convenciones porteño.
La publicación, realizada con el apoyo de Mecenazgo, sigue con las camadas de arquitectos que estudiaron a partir de la “Primavera del 84” y en los ‘90, pero parece que esta movida no termina ahí. En la presentación, el actual decano Guillermo Cabrera planteó el desafío de extender este “documento importantísimo para la historia de la facultad” a las generaciones que siguieron y ampliarlo a las otras carreras de la FADU. ■