El futuro control del Parlamento europeo, un eje de la disputa
Detalle. Los grupos de ultraderecha apoyan al italiano Salvini para los comicios europeos de mayo. Bruselas intenta limar su poder recortando alas a Roma.
La colisión entre el único gobierno populista en el Viejo Continente y Bruselas va mucho más allá de las discrepancias sobre las maniobras financieras. Está en juego el control del poder de la misma Unión Europea (UE) por parte de los llamados movimientos soberanistas de extrema derecha, que están creciendo rápidamente.
El 26 de mayo de 2019 habrá elecciones de diputados -que prometen ser históricas- en el Parlamento Europeo de Estrasburgo. Matteo Salvini es apoyado por los soberanistas como nuevo presidente de la UE. Los partidos tradicionales que controlan el Parlamento son los populares europeos de raíz cristiano social, y los socialdemócratas de la Internacional Socialista.
Un neto triunfo de los soberanistas de extrema derecha cambiaría dramáticamente los equilibrios políticos. De allí la importancia del resultado del enfrentamiento actual entre la comisión europea, controlada por los partidos tradicionales, y la Italia populista que bajo la guía de Salvini pretende convertir a la UE en una “asociación de patriotas” que centrarían el poder en los Estados nacionales y no en el multilateralismo actual. De hecho, haría desaparecer la identidad de la comunidad nacida hace 61 años.
El crecimiento con déficit del presupuesto del nuevo gobierno está repercutiendo además muy seriamente sobre la estabilidad financiera italiana. El “spread”, que mide como un termómetro la temperatura de las tasas de interés, señalaba ayer miércoles 314 puntos, un nivel más bajo que el del martes, que llegó a 326 puntos. Los especialistas consideran que, por encima de los 300 puntos, la coyuntura se va haciendo insoportable. Italia debe pagar cada vez más por los intereses que abonan sus títulos públicos.
El aumento del “spread” está presionando fuertemente sobre los bancos italianos, que tienen en su vientre bonos de la deuda por 400 mil millones de euros que valen cada día menos. Los especialistas de la UE consideran que éste es “un camino insostenible”.
En una reciente reunión de los 19 países miembros de la zona del euro, la moneda única, Italia quedó totalmente aislada. Los otros 18 socios señalaron su alarma ante una situación que debilita a la divisa europea y ni siquiera gobiernos de talante soberanista, como el de Austria y el de Holanda, apoyaron la maniobra financiera italiana y respaldaron en cambio la posición de la UE.
Las continuas peleas internas entre los dos gigantes populistas en el gobierno han “deteriorado seriamente la coalición”, asegura Silvio Berlusconi, que guió durante dos decenios la coalición de derecha con su principal aliado, la Liga Norte, hoy en manos de Salvini. Berlusconi cañoñea a diario al gobierno porque busca revivir el “centrodestra”. Salvini está cada vez más convencido que su hora se avecina. Los sondeos indican que la línea intransigente contra los inmigrantes y por la seguridad que pide la gente lo han convertido con el 52% en el político más popular del país. Si en mayo próximo las elecciones europeas demuestran que su caudal de votos es superior al del Movimiento de 5 Estrellas, habrá llegado el “momentum” de romper el gobierno e ir a elecciones generales, aliado con Berlusconi y otros conservadores.
Acusado de tintes neofascistas, Matteo Salvini saldría victorioso de las urnas catapultado a jefe del gobierno. Los contragolpes de la colisión con la UE se proyectarían hasta ese acontecimiento que muchos desean y que otros tantos consideran el peor salto en el vacío. ■