Con la seguridad en la mira, despliegan 22 mil efectivos de fuerzas federales
El Gobierno busca despegar la violencia del Superclásico de la Cumbre. Algunos presidentes traen sus propios refuerzos. Hoy arrancan marchas y cortes. Dudas de la oposición.
El Gobierno intenta despegar la violencia del Superclásico del operativo de seguridad de la cumbre de los países líderes. Algunos presidentes traen sus propios refuerzos. Hoy están previstas marchas y cortes que se extenderán durante toda la semana. Dudas y críticas de la oposición.
En Costa Salguero, epicentro del G20, las reuniones del domingo se apilaron por la mañana y al mediodía. Los huéspedes, vanguardia de las delegaciones presidenciales, quisieron acelerar las citas para tener libre la tarde y poder ver el River-Boca que luego, por segunda vez en 24 horas, se suspendió.
Esa curiosidad, que Clarín recogió de fuentes oficiales, se enlazó con otro dato: los funcionarios argentinos mantuvieron el domingo encuentros con tres delegaciones -entre ellas, la más numerosa- y, según trasmitieron, no hubo ninguna mención o crítica sobre el fallo de seguridad del Superclásico a pesar de que repercutió en los medios del mundo.
El gobierno, a través de Hernán Lombardi, que quedó a cargo de la Unidad Técnica G-20, martilló sobre una idea puntual: la “robustez” del inmenso operativo de seguridad que rodeará el encuentro que, además de la cumbre principal, tendrá múltiples citas anexas y capítulos paralelos.
Lombardi apuntó a la “especificidad” en torno al fútbol y de los “grupos violentos vinculados a ese deporte desde hace décadas”. En diálogo con Clarín, se enfocó en desvincular ambos hechos: “Lo que ocurre tiene especificidad con el mundo del fútbol”, le dijo a este diario.
El gobierno, de manera previsible, se esforzó en desconectar el escándalo del River-Boca con el G-20 para espantar el fantasma de la impericia en la tarea de protección de diecinueve mandatarios extranjeros que estarán en el país.
El atajo más sencillo fue descargar la culpa sobre el gobierno y la policía porteña para sacarle presión a la Nación a cinco días de la cumbre. Horacio Rodríguez Larreta se hizo cargo del papelón al decir que el fallido operativo, tan exagerado como ineficaz en torno al Superclásico, fue responsabilidad de la Policía de la Ciudad (ver página 13).
El jefe de Gobierno sobrevoló, a priori, las tensiones entre los ministros de Seguridad de la Nación y de la Ciudad.
Ese ruido viene de hace tiempo y reapareció en estos días: se asegura que Patricia Bullrich le negó personal extra a Martín Ocampo porque no quería desgastar a los efectivos que participarán en la primera línea de custodia del G-20.
El operativo que coordina Bullrich desplegará 22 mil efectivos de fuerzas federales. Habrá, además, personal de la Policía de la Ciudad y de la Policía Bonaerense, además de 15 mil empleados porteños.
En paralelo, actuarán los custodios que traerá cada comitiva extranjera. Como relató Clarín, EE.UU desplegará mil efectivos para la protección de Donald Trump que, se presume, tendrá bilaterales con Vladimir Putin y Xi Jinping.
Desde la organización local, se explicó que los preparativos de la cumbre están definidos desde hace meses por la diversidad y complejidad de las agendas y actividades. En criollo: no hay margen ni tiempo para cambios ni redefiniciones.
El puzzle de la cumbre parece insondable: además del encuentro del viernes de los veinte mandatarios, habrá diversas bilaterales y multilaterales, y actividades conexas como la presencia de la reina Máxima de Holanda en el CCK o la participación del primer ministro de la India, Swami Paramtej, en la Rural en el megaevento “Yoga por la Paz” .
Así como el gobierno trató de desconectar las fallas del operativo de seguridad en Núñez con las tareas de protección en el G-20, la oposición apuntó sobre ese flanco. El ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández trató de “mamarracho” a la ministra Bullrich y la diputada Victoria Donda cuestionó a la responsable de Seguridad que unos días antes, en un programa de TN, se ufanó de que no podía haber incidentes en el Superclásico.
“No puede asegurar que el plantel de Boca llegue bien al Monumental y quiere hacer creer que está capacitada para organizar el G-20”, la castigó Donda.
Emilio Pérsico, jefe del Movimiento Evita, pegó en el mismo punto: “Este gobierno no puede garantizar ni un partido de fútbol”.
El dirigente, junto a otros referentes, encabezará este lunes una marcha por el centro porteño por el asesinato de Rodolfo Orellana durante una toma de tierras en Villa Celina, por el que inculpó a policías bonaerenses. Además, el día de la cumbre de mandatarios, habrá una concentración en el Obelisco en rechazo al G-20 ( ver más información en página 16). ■