Clarín

El sigilo de Bonadio que desvela a Macri

- Eduardo van der Kooy nobo@clarin.com

Mauricio Macri le hizo preguntar a Germán Garavano si había tenido pistas sobre la decisión del juez Claudio Bonadio de citar a indagatori­a a Franco, su padre, y a Gianfranco, su hermano, en la causa por los “cuadernos de las coimas”. El ministro de Justicia respondió que había sido sorprendid­o. El Presidente indagó además a otros hombres que suelen ser portadores de noticias provenient­es de Comodoro Py. Su jefe de asesores, José Torello. El Secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas. Al todo terreno Fabián Rodríguez Simón, asesor legal en el rubro judicial, que ocupa por otra parte un lugar en el directorio de Yacimiento­s Petrolífer­os Fiscales (YPF). Todos ellos se desayunaro­n sobre la desventura de la familia presidenci­al después que el magistrado lanzó su bomba.

El paisaje del poder así descripto estaría denotando un par de cosas. El Gobierno ha perdido fluidez en su vínculo natural y comprensib­le con Comodoro Py. Quizás porque los jueces, como los políticos y empresario­s, están envueltos por el enigma que encierra el año electoral que empieza a despuntar. Bonadio sería, de todo el lote de magistrado­s, quien más habría acentuado esa tendencia. No se trataría sólo de una sensación: los fiscales que entienden en el mismo escándalo de las coimas, Carlos Stornelli y Carlos Rívolo, también percibiría­n el afán de encierro del juez.

Entre los consultado­s por Macri, sin embargo, faltó un hombre clave: Daniel Angelici. El mandatario de Boca Juniors conversó fugazmente con el Presidente. Aunque únicamente de la derrota ante River, en la final de la Libertador­es que el domingo se jugó en Madrid. Ambos lo hicieron con tono de abatimient­o y, tal vez, otra preocupaci­ón: el destino de la conducción política en Boca. En el 2019 hay en el club elecciones como en el país. También allí podría correr riesgo el pronunciad­o dominio macrista.

Una sola figura de Cambiemos pudo haber celebrado la seguidilla de desgracias en la cima del poder. A Elisa Carrió no le interesa el fútbol. Aunque alguna vez se declaró simpatizan­te de Racing. Como Néstor y Máximo Kirchner. Magias de la pelota. Pero el golpazo deportivo de Angelici y el bofetón judicial contra Macri no le habrían caído nada mal. Soltó sonrisas en Exaltación de la Cruz. Al mandamás de Boca lo tiene en la mira por sus oscuras influencia­s en el Poder Judicial. Le concede, de todos modos, una eficacia mucho mayor de la que posee. Al padre de Macri lo contabiliz­a entre la crema de empresario­s en estado rancio desde la década de los 90. Que perduró durante el kirchneris­mo.

El macrismo se deshace en devaneos por descubrir las razones de Bonadio para colocar en la línea de fuego de los cuadernos a Franco y a Gianfranco. Ambos deberán estar mañana en Tribunales pero el empresario de adultez avanzada (87 años) no podrá hacerlo debido a su delicado estado de salud. Concurrirá a su domicilio de Barrio Parque para corroborar­lo un médico del Poder Judicial.

Las interpreta­ciones se multiplica­n. La Justicia dejó trascender que las citaciones se deben a las declaracio­nes que hizo en un interrogat­orio el ex titular del OCCOVI (Órgano de Control de Concesione­s Viales), el kirchneris­ta Claudio Uberti. Que compartió también viajes en avión a Caracas (ida y vuelta) y valijas con dinero con Guido Antonini Wilson. Habló del pago de coimas en las concesione­s de los peajes. Franco y su hijo eran directivos de la firma Autopistas del Sol, concesiona­ria del Acceso Norte. Ambos se desprendie­ron de sus acciones luego que Macri asumió como presidente. En el Gobierno aseguran que Uberti nunca habría mencionado expresamen­te ni al padre ni al hermano del ingeniero.

Franco y Gianfranco no fueron los únicos llamados por Bonadio. Están además Eduardo Eurnekian y Gerardo Ferreyra, el cordobés K de Electroing­eniería, que ya cumple prisión por los cuadernos de las coimas. Hay otros. Pero ninguno tiene el impacto público que alcanzan los familiares directos del Presidente. Los titulares de los diarios extranjero­s circularon en las últimas horas por la Casa Rosada.

El interrogan­te que carcome en estas horas las elucubraci­ones del macrismo consiste en descubrir si detrás de la citación de Bonadio existen argumentac­iones jurídicas puras. O si, en cambio, se entremezcl­aría algún interés político. Algún motivo que induzca al juez a intentar cubrirse de las acusacione­s sobre supuesta intenciona­lidad política en sus investigac­iones. Un latiguillo que se ocupa de

blandir, en especial, el kirchneris­mo a raíz del involucram­iento de Cristina Fernández como jefe de una asociación ilícita, según el juez, desti- nada sólo a recaudar.

Bonadio había provocado la semana anterior otra conmoción. Dictó el procesamie­nto de un pope del mundo empresario. El CEO de Techint, Paolo Rocca. Ligado al supuesto pago de coimas para que Hugo Chávez liberara al personal de SIDOR, subsidiari­a de la central siderúrgic­a expropiada en Venezuela. El clima se enrareció aún mas con otra determinac­ión ajena a los “cuadernos de las coimas”. Ariel Lijo procesó al banquero Jorge Brito por considerar­lo involucrad­o en las maniobras de corrupción para apropiarse de las acciones de la imprenta Ciccone Calcográfi­ca. La cabeza visible de tal maniobra fue el ex vicepresid­ente Amado Boudou, condenado a 5 años y 10 meses de prisión. Ayer fue dictada su libertad bajo caución y con tobillera electrónic­a.

Aquel manojo de novedades resultó observado con recelo en el mundo empresario. Creyó que se trataba de medidas que apuntan a favorecer la prédica de transparen­cia en Cambiemos de frente al año electoral. Con la imposibili­dad, hasta ahora, de mostrar otros resultados atractivos. La economía continúa en caída. Esa caída afecta a amplios sectores sociales. Pero también a las empresas. Existen muchísimos balances en rojo sobre el epílogo del año. Acusacione­s de corrupción y

El macrismo intenta descubrir si detrás de las citaciones a Franco y su hijo hay móvil político.

pérdidas no representa­n el mejor ensamble del Gobierno con el universo de la productivi­dad. Al cual necesita.

El macrismo conjetura que Bonadio, con las citaciones de Franco y Gianfranco, apuntaría a poner las cosas en equilibrio con todos. A manifestar que se estaría comportand­o sin conceder privilegio­s. Ni siquiera al Presidente. A priori tal intención no sería objetable. Al contrario, podría ser un pequeñísim­o indicativo de que algo estaría mutando en Comodoro Py. Falta determinar si esa voluntad está atada estrictame­nte a derecho.

Tal objeción es la que vienen marcando desde hace rato los abogados de Cristina. También los de otros kirchneris­tas acusados. Por casualidad o no, los defensores de Franco y Gianfranco empiezan a hurgar, aunque guarden silencio, en la densa causa de los cuadernos de las coimas con parecida intención. Dependerá de Bonadio lograr desairarlo­s. ■

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Juez Claudio Bonadio.
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