Ganaron por un proyecto que busca que los chicos de primaria sepan programar
Crearon un sistema informático que ayuda a los docentes en el aula. Lo aplicaron en una escuela de Tandil.
Como un equipo de fútbol cuando espera una definición por penales. Abrazados, así vivieron el momento de la premiación Leonardo Vidarte y Emilce Bartoli, cuando escucharon sus nombres al ser seleccionados como los ganadores al mejor proyecto en el Premio Clarín-Zurich a la Educación que ayer cerró su décima edición. Ellos son parte del equipo de “Minirobots’” una propuesta de capacitación enfocada en una escuela de Tandil que tuvo por objetivo promover la enseñanza de programación y robótica en chicos de la primaria.
Este año el eje del premio fue el “pensamiento científico y tecnológico en la escuela primaria”, y el jurado estuvo compuesto por María Marta García Negroni, Beatriz Hall, Pablo Miguel Jacovkis, Guillermo Jaim Etcheverry, Diego Golombek y Melina Furman. Para esta edición se recibieron más de 90 proyectos provenientes de distintos puntos del país. Las 10 propuestas elegidas como finalistas llegaron desde diversas localidades de la provincia de Buenos Aires, de Mendoza, de Río Negro y de la Ciudad de Buenos Aires.
El ganador es un proyecto destinado a la inclusión de contenidos de programación en la Escuela N°53 “Eduardo Olivero”, de Tandil, a través del uso de un sistema de software y hardware libre desarrollado por la organización “Minirobots”. “El objetivo es favorecer la incorporación de la programación en la enseñanza pri- maria a través del desarrollo de instrumentos pedagógicos innovadores. Para la primera etapa de trabajo habrá un espacio colaborativo con docentes para la elaboración de propuestas educativas para el aula. La idea es acercar la robótica a los más chicos”, explicó Vidarte, el ideólogo.
“Trabajamos hace tres años con esta idea, es una forma de validar lo que hacemos. Veníamos ejerciéndolo en talleres con cursos específicos y alumnos puntuales, ahora la idea es aplicarlo en todo el colegio. Queremos que los chicos aprendan conceptos basicos de programación”, añadió Bartoli visiblemente emocionada minutos después de la premiación.
En total se entregaron $ 600.000 El primer premio de $ 360.000: 60.000 para sus autores y 300.000 para la implementación del proyecto. Además se entregaron tres Menciones de Honor que recibieron $ 80.000 para desarrollar sus proyectos.
Clarín y Zurich Argentina crearon el Premio Clarín-Zurich a la Educación hace diez años con el objetivo de incentivar la realización de proyectos innovadores que contribuyan a solucionar los principales problemas que vive la educación en el país, como la falta de inclusión y la desigualdad de oportunidades, la baja calidad, la deserción, la escasa capacitación docente y el limitado vínculo de la escuela media con la universidad y el de ambas con el trabajo.
En ese sentido, Martín Etchevers, gerente de Relaciones Externas del Grupo Clarín, remarcó que “el gran desafío es mejorar la calidad de la educación, que es uno de los profundos y pendientes problemas de la Argentina”. Además destacó que esta edición del concurso es clave para “enfocar el trabajo de las aulas en las nuevas tecnologías, fundamental para el futuro no tan lejano en que las nuevas generaciones serán quienes sean el motor del país”, dijo
Conducida por María Laura Santillán, la ceremonia se llevó a cabo en el auditorio del Museo de Arte Moderno, en el barrio de San Telmo. En ese lugar repleto de obras artísticas y con un piso vidriado en donde pueden verse resto arqueológicos de lo que eran los inicios de una antigua Buenos Aires, se llevó a cabo la entrega de los premios que se vivió a pura emoción.
Primero se leyeron los 10 finalistas que fueron aplaudidos por toda la sala, entre ellos Marcela Noble Herrera, accionista del grupo Clarín, referentes del ámbito educativo y los ministros de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, y de la Provincia, Gabriel Sanchez Zinny. “Me siento emocionado, este es un premio pensado para la reivindicación del trabajo de los docentes, que a pesar de las dificultades todos los días se preocupan por la educación”, dijo Finocchiaro y continuó: “Hay que prepararse para los cambios, tenemos que modificar la forma de enseñar y el futuro se enseña en la escuela”. ■