Tras un viaje de 41 años, la sonda Voyager 2 logró llegar al espacio interestelar
Entró en una región en la que ya no hay viento solar, a 18 mil millones de km. Es la misión más extensa de la NASA.
Tras 41 años de viaje por el sistema solar, la sonda Voyager 2 llegó a una zona del espacio donde ya no sopla el viento del sol, a 18.000 millones de kilómetros de la Tierra, según informó la NASA. Se trata de una distancia tan grande que cada mensaje de la Voyager 2, yendo a la velocidad de la luz, tarda 16 horas y media en llegar a la Tierra; mientras que, por ejemplo, el tiempo de comunicación con Marte es de ocho minutos.
Lo que ayer confirmó la NASA es que la Voyager 2 había salido de la heliosfera, la burbuja protectora de partículas y de campos magnéticos creada por el sol, y que ya había atravesado la heliopausa, el limite más allá del cual ya no llega el viento solar.
Técnicamente, sin embargo, la sonda sigue estando en el Sistema Solar, cuya frontera está establecida en los confines de la nube de Oort, bastante más allá de Plutón.
Al comparar los datos de diferentes instrumentos a bordo de la Voyager 2, los científicos de la misión determinaron que la sonda cruzó el borde exterior de la heliosfera el 5 de noviembre. Ese límite, llamado heliopausa, es donde el viento solar caliente y tenue se encuentra con el medio interestelar frío y denso. Su gemela, la Voyager 1 , cruzó este límite en 2012, pero la Voyager 2 lleva un instrumento de trabajo que proporcionará observaciones únicas de la naturaleza de esta puerta de entrada al espacio interestelar.
La Voyager 2 observó un fuerte des- censo en la velocidad de las partículas del viento solar el 5 de noviembre. Y desde esa fecha, el instrumento no ha observado ningún flujo de viento solar en el ambiente, lo que hace que los científicos de la misión confíen en que la sonda dejó la heliosfera.
Lanzada el 20 de agosto de 1977, cuando Jimmy Carter era presidente de Estados Unidos (1977-1981), y en plena Guerra Fría con la Unión Soviética, la misión Voyager sobrevoló Júpiter en 1979, y luego Saturno (1981), Urano (1986) y Neptuno (1989).
Luego de eso, como seguía funcionando, la NASA decidió continuar con la misión, pero los ingenieros apagaron sus cámaras para ahorrar energía. Así, en 2012 la misión Voyager se convirtió en la más larga de la agencia espacial estadounidense.
Según informó la agencia AFP, Nicky Fox, director de la división de heliofísica de la NASA, consideró que "las informaciones enviadas por las Voyager sobre los límites de la influencia del sol aportan una visión inédita de un territorio verdaderamente virgen".
Las dos sondas van "muy bien", dijo Suzanne Dodd, directora del departamento a cargo de las comunicaciones interplanetarias de la agencia. Según ella, las sondas todavía podrían durar cinco o seis años más. ya que su único límite es la pérdida progresiva de capacidad de su generador de radioisótopos, que proporciona la energía necesaria para la desintegración de materiales radioactivos.
Cada una lleva grabaciones de sonidos e imágenes de la Tierra en unas placas de oro y de cobre, y aunque estuvieran apagadas, los aparatos seguirían viajando potencialmente durante miles de millones de años con sus discos, "cápsulas temporales que un día podrían ser los últimos restos de civilización humana", señala la NASA en su comunicado. ■