Fallo inédito contra un limpiavidrios: le dieron prisión preventiva por agredir a una mujer
Ocurrió en Parque Patricios. Está acusado de intento de robo y violencia de género, y lo podrían condenar a entre 2 y 10 años de cárcel. La Legislatura porteña busca prohibir la actividad.
A sólo diez cuadras de la sede del Gobierno Porteño, una mujer vivió un tremendo hecho de violencia al negarse a darle dinero a un limpiavidrios. Fue la semana pasada en el cruce de las avenidas Colonia y Amancio Alcorta, en Parque Patricios, sobre uno de los lados del estadio de Huracán. Allí hay un domo con cámaras de seguridad que registraron todo el suceso. Duró sólo unos segundos, lo suficiente para que el hombre, con un objeto punzante en la mano, le destruyera el parabrisas y lograra desprender por completo la ventanilla de la conductora. El limpiavidrios se encuentra detenido con prisión preventiva porque el hecho fue investigado en un contexto de violencia de género. El fiscal y el juez entendieron que el agresor la eligió por su condición de mujer.
Este caso se conoce justo antes de que la Legislatura porteña finalmente vote, mañana, una ley que reforme el Código Contravencional y prohíba la actividad de los limpiavidrios y trapitos, sin necesidad de testigos, ni filmaciones; una norma que viene impulsando el Ejecutivo desde hace más de diez años, desde el primer mandato de Mauricio Macri como jefe de Gobierno. Con mayoría oficialista en el recinto, se votaría positivamente ( ver “Mañana...”).
El caso quedó enmarcado como “tentativa de robo agravado por el uso de arma”, por lo que la investigación seguirá su curso en el fuero penal nacional. Por otra parte, el hombre tenía antecedentes y se encontraba en situación de calle. Podría recibir una condena de entre 2 y 10 años de prisión. Como indicaron desde el Ministerio Público Fiscal, se trata de un caso inédito, porque habitualmente quedan empantanados en la investigación por la falta de testigos o a la dificultad de probar que hubo violencia o “aprietes”.
“La decisión de abordar a esta mujer, que se encontraba sola, no fue casual. De hecho, es algo que sucede de manera frecuente. Valoro mucho que el juez haya compartido esta visión", dijo a Clarín el fiscal Carlos Rolero, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°31 de la Ciudad. “Es interesante romper ciertos preconceptos relacionados con la violencia de género y la idea de que sólo suceden en una relación de pareja, por ejemplo. También se da en circunstancias como estas, en la que una persona elige a su víctima en función de su condición”, agregó el fiscal.
Cuando la mujer logró evadir al agresor, manejó hasta su casa. Luego, acompañada de su pareja, decidió hacer la denuncia y, en camino hacia la comisaría, vieron al limpiavidrios en la misma esquina. Desde allí llamaron al 911: cuando llegó el móvil la policía intentó identificarlo, pero, como no te- nía documentos, lo detuvo.
Una vez que se realizó la denuncia, comenzó la intervención del fiscal, que ordenó revisar las cámaras de la zona. El domo había registrado la agresión. Sobre la base de estas imágenes, el juez Carlos Bentolila, del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N°2, entendió también “que habiendo varios vehículos detenidos en la intersección, el limpiavidrios optó por acercarse al que era conducido por una mujer. Y en este sentido, consideró que el atacante dirigió su accionar a los efectos de intimidar a la víctima y coartar su voluntad de autodeterminación por su condición de mujer”, explicaron desde el Ministerio Público Fiscal.
El tema de los limpiavidrios volvió a cobrar interés porque la Legislatura porteña tratará mañana, en la última sesión ordinaria del año, una reforma integral del Código de Contravenciones. En ese texto, crearán la figura legal del limpiavidrios justamente para prohibirla, porque hoy ni siquiera está contemplada en la ley.
Se trata de un viejo reclamo de la Justicia. “Finalmente la Legislatura tomó la posta. Nosotros venimos reclamando desde hace años la modificación del Código, porque su redacción es deficiente. Así como está, es una figura destinada al fracaso, no sirve y se hace casi imposible aplicar sanciones”, opinó Rolero. ■