Después de Madrid, River ya encara dos grandes objetivos: Abu Dhabi y la reinvención
Los de Gallardo están en Emiratos Arabes soñando con Real Madrid y el Mundial de Clubes. A la vuelta los espera la renovación del plantel para ir por nuevos desafíos.
River anda por las nubes. Flota por su triunfo reciente ante Boca en España y cruza Europa hacia el Golfo Pérsico para completar su viaje de conquistas. El Mundial de Clubes espera en Abu Dhabi, posiblemente en una definición con Real Madrid. Y de regreso a Buenos Aires empezará una nueva etapa, ya calmados los fervo- res de tanta victoria.
Pasaron dos noches largas, de madrugadas eternas. La posterior al 3-1 a Boca en el Bernabéu y la del lunes, cuando se flexibilizaron al máximo las leyes de convivencia. Los jugadores tuvieron hora libre, algunos estuvieron con sus familias, otros simplemente se repartieron entre los salones del Eurostar y sus habitaciones. Marcelo Gallardo habló por primera vez desde que River llegó aquí. Pasada la una de la madrugada recién le puso punto final a la rueda de prensa. Más por el cansancio de los cronistas y el apuro de la hora de cierre, que por imposición del propio entre- nador. Habló largo, suelto, relajado el Muñeco.
Más rédito no podía llevarse River de España. Al triunfo, a la Copa, le suma el reconocimiento unánime de los medios europeos sobre la legitimidad de su triunfo y la ratificación de que tiene jugadores realmente buenos. Algunos apetecibles para este mercado. A algunos de ellos, incluso, les queda poco tiempo con la banda roja.
Gonzalo Pity Martínez se irá a la Liga estadounidense, la MLS; Exequiel Palacios será del Madrid (todo lo indica) y sólo falta confirmar si será ahora o en junio y si ese será su desti- no final o será cedido a algún otro club para que termine de foguearse. Rafael Santos Borré es reclamado desde el Atlético de Madrid, propietario de parte de su pase, y más que seguro que vendrá al equipo del Cholo Simeone en el mercado de invierno. Al Aleti se le cayó Diego Costa, por largo tiempo.
Y puede haber más ventas. Todas las posibles, se harán, según deslizan cerca de la dirigencia de River. Campeones de América, del 1 al último número, saben que si hay que dar un salto, es el momento.
Mientras se confirmen, demoren o trasladen las cesiones, River no ten- drá descanso. Salió de Buenos el 7 de diciembre y retornará justo a tiempo para brindar en Nochebuena. Y casi no habrá vacaciones. La pretemporada en Punta del Este será del 4 al 17 de enero. Y la Superliga sigue en marcha con el añadido de los cuatro partidos postergados. Hay gloria, no hay descanso, ni paz.
En ese marco hay que ubicar la repetida afirmación de Gallardo acerca de su continuidad. Evalúa todo. Sobre todo los objetivos que, en un simplismo, pueden definirse con el trillado "ganar todo". También es una frase que enmascara el meollo del asunto. Gallardo tiene que armar un River nuevo.
Si se le van a ir jugadores importantes, también hay que meter en la lista el final inminente de la carrera de Leonardo Ponzio (¿ahora o en junio?), posiblemente la de Jonatan Maidana. Y en un análisis más fino, pero prematuro, también deberá calcularse cuántos hombres de River estarán disponibles para jugar todos los minutos en las condiciones que se avecinan. Pero están los pibes, claro. Y si Julián Alvarez es una prueba de que las Inferiores siguen siendo proveyendo calidad, también es cierto que a los pibes hay que esperarlos y madurarlos.
Ahora que son horas de emociones fuertes, de júbilo desmesurado, es temprano para que River se exija calma. Pero la búsqueda de equilibrio entre los objetivos y el armado del próximo plantel es el próximo desafío. Inexorable. Imprescindible. ■