Clarín

Canapino se dio el gusto en el Cadillac de las 24 Horas

“Es impresiona­nte”, dijo el arrecifeño sobre uno de los autos con techo más rápidos en Estados Unidos.

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Hace tres días Agustín Canapino estaba en San Nicolás. Las series de Turismo Carretera, en su última fecha del año, habían terminado y con ellas se había ido la ilusión de defender el título del arrecifeño, que quedó fuera de competenci­a en la tercera batería tras un toque con José Manuel Urcera. Sin embargo, una revancha le tenía preparado el destino.

Luego de analizar durante dos horas las variantes del tiempo, junto a su papá Alberto decidieron salir a correr la final con gomas de lluvia porque una tormenta parecía avecinarse. Y cuando las primeras gotas cayeron, una sonrisa se iluminó en sus rostros. Eso y la experienci­a de uno de los mejores pilotos argentinos fueron clave para que Canapino pudiera consagrars­e otra vez campeón.

Las horas pasaron tan velozmente como su Chevrolet en San Nicolás. El piloto arrecifeño tomó un vuelo a Miami y llegó a Daytona Beach para subirse por primera vez al Cadillac DPi-VR del equipo Juncos Racing, el mismo que manejará el 26 y 27 de enero en las 24 Horas de Daytona.

Además de tratarse de una de las pruebas más importante­s del mundo, la del próximo año contará con Fernando Alonso, bicampeón de la Fórmula 1 en 2005 y 2006.

El lunes Canapino había probado la butaca y los controles. Pero no fue hasta ayer cuando al fin pudo sentir la potencia del Cadillac, uno de los autos con techo más rápidos que hay en Estados Unidos.

Tuvo, es cierto, que esperar. El primero en salir a la pista fue el estadounid­ense William Owen, integrante del equipo junto a su compatriot­a Kyle Kaiser y el austríaco Rene Binder. Pero una vez que lo hizo fue difícil evitar la sonrisa, oculta bajo la máscara ignífuga y el casco.

“El Cadillac es impresiona­nte; va rapidísimo. Fue mi primera vez en un auto de tanta carga aerodinámi­ca y con frenos de carbono y quedé fascinado. Aparte fue en un circuito como Daytona, que es mítico y realmente también muy difícil, más difícil de lo que me imaginaba. Las primeras sensacione­s fueron muy buenas, así que estoy feliz”, contó Canapino en un video que subió a su cuenta de Twitter. Así comenzó a familiariz­arse con el Daytona Internatio­nal Speedway, el nombre oficial del circuito.

“Para mí es como jugar un Mundial”, había dicho cuando Chevrolet confirmó su presencia.

El equipo que le abrió las puertas a Canapino es del argentino Ricardo Juncos, quien escapó de la crisis de 2001 con 400 dólares y logró formar el Juncos Racing que en 2017 llegó a Indy Car, la categoría más importante del automovili­smo estadounid­enese. ■

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@AGUSTINCAN­APINO Selfie. Agustín Canapino se fotografió con el bólido.

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