La inflación, al ritmo del dólar: cedió en diciembre y cerró 2018 en 47,6%
La calma del dólar fue clave para la lograr la desaceleración. El cierre anual fue el mayor desde 1991.
La calma cambiaria se reflejó en el 2,6% del último mes del año. El ajuste de tarifas y la crisis financiera incidieron en el índice anual. En 2019 esperan que caiga por debajo del 30%.
Con la variación de diciembre, que mostró una suba del 2,6%, 2018 finalizó con una inflación acumulada del 47,6%, según informó ayer el Instituto de Estadística y Censos (INDEC). La cifra es la más alta desde 1991 y fue empujada, principalmente, por la fuerte devaluación del peso. De esta manera, la inflación anual superó al 38,5% que se había registrado en 2014, cuando se produjo una devaluación del 30%, también al 40,9 % del 2002, con la salida de la Convertibilidad, y se mantuvo sólo por debajo del 84% de 1991.
En diciembre, los aumentos de precios mostraron una desaceleración respecto de noviembre, cuando la suba fue del 3,2%. Pese a ser todavía un número elevado, es el cuarto mes consecutivo de desaceleración en los precios, desde el pico de 6,5% en septiembre, mes en el que se registró el mayor traslado de la suba del dólar. Justamente, la desaceleración del último trimestre está también, muy li- gado a la calma cambiaria.
Con estos datos, y pese a la aspiración oficial, los economistas prevén que será complicado que para los próximos meses la inflación se ubique por debajo del 2% debido, principalmente, a los aumentos ya previstos en las tarifas de los servicios públicos. En la ley de Presupuesto se estimó una suba inflacionaria del 23%. Sin embargo, los economistas (según el relevamiento de expectativas del mercado del BCRA) esperan que la suba llegue al 28,7%.
La suba anual del 47,6% muestra una aceleración de casi 23 puntos respecto del 2017. "En la primera mitad del año incidieron las correcciones de las tarifas y en la segunda la inestabilidad cambiaria", advierte Melisa Sala, economista de la consultora LCG. Los bienes se apreciaron por encima de los servicios, al subir 50,5% y 42,8% respectivamente.
Entre los rubros que tuvieron aumentos más altos en el año figuran: Transporte (66,8%); Comunicación (55%) y alimentos y bebidas no alco- hólicas, que se apreciaron 51,2% en los 12 meses. Es decir, por encima de la inflación.
"En este último año se sucedieron varios ajustes de precios relativos y también varios desajustes", explica Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). "Las tarifas y el precio del dólar aumentaron más que el IPC en parte tratando de recuperar una porción del “atraso” que tuvieron en los últimos 10 años. Sin embargo, en una economía que se expande nominalmente a ni- veles cercanos al 50% en un año, resulta difícil seguir un ritmo armonioso de los precios, y los desfasajes son característicos", señaló. Por eso, según el, "los planes de estabilización para combatir la inflación deberían abordar las principales distorsiones de los precios relativos", opinó.
De acuerdo con la información oficial, en diciembre, en particular, los aumentos más fuertes se dieron en el rubro Comunicación (7,7%), por subas de telefonía móvil y Salud (5,2%), por incrementos autorizados en las cuotas de prepagas y en medicamentos. Entre ambos explicaron un cuarto de los aumentos del mes. también Vivienda, servicios y combustibles, se apreciaron un 3% en promedio.
Los alimentos y bebidas, en medio de una fuerte retracción del consumo masivo que primó en noviembre y diciembre, aumentaron por debajo de otros rubros: 1,7% en el mes.
En cuanto a la inflación de 2019, los anunciados ajutes de tarifas de los servicios públicos y el costo del transporte anunciados a fines de diciembre, ya le agregan cinco puntos de inflación. En enero, la suba sería del 2,5%. "No descartamos que vuelvan a darse nuevos ajustes de tarifas hacia finales de año (sobre todo después de las elecciones), porque, por ejemplo, aún queda pendiente definir los senderos de recomposición de ingresos para transporte y distribución de gas y electricidad", advirtió LCG.
Ecolatina advierte, además, que "pese a que en el acumulado del año los salarios le ganarían la carrera a los precios, el consumo no despegará en el año electoral", porque el salario real permanecerá por debajo del promedio de 2018. También porque el crédito continuará deprimido y porque las subas tarifarias ya anunciadas provocarán que la mejora del “salario real disponible para consumo” sea menor a la efectiva. ■