Molinos ingresa al negocio de tartas y empanadas: compró La Salteña
Con la operación se va la estadounidense General Mills del país. En un año Molinos sumó varias marcas.
Una es nacional, y varias veces aprovechó situaciones de crisis para hacerse de marcas emblemáticas, o venderlas. La otra es estadounidense, pareció querer despegar en el país en los 90 y comienzos de década, pero tiró la toalla. Molinos anunció ayer la compra de La Salteña, la tradicional marca para preparar empanadas, pascualinas y pastas.
La operación refuerza la estrategia de Molinos -de la familia Perez Companc- para seguir sumando marcas cuando detecta oportunidades de comprarlas y que General Mills está en retirada casi total del país.
Molinos posee etiquetas fuertes, líderes en sus categorías como Blancaflor, Nobleza Gaucha, Cocinero, Exquisita. Desde que el grupo Perez Companc lo compró -a fines de los 90no paró de sumar marcas. En 2001, aprovecharon la salida de la chilena Lucchetti para sumar su línea de pastas. Cuando casi se terminaba 2007, capturaron Química Estrella, con nombres como el café Arlistán, la yerba Cruz de Malta y el arroz Gallo. Esta última, junto con Chocoarroz (adquirida en 2012 a un exitoso emprendimiento familiar) conformó la plataforma de snacks “saludables”. El grupo Perez Companc divide su actividad en dos grandes áreas: energía y alimentos. Molinos, a su vez, se reparte entre su negocio de marcas y el de “graneles”, como exportadores.
La salida también marca la última etapa de General Mills en el país. Hace unos años, estuvo cerca de traspasarle La Salteña a Bimbo, pero la operación no se concretó. Lo que hizo la multinacional estadounidense fue traspasarle negocios de panificados.
En los 90, General Mills tuvo una estrategia agresiva en el país, con marcas como Pillsbury (para preparar empanadas, medialunas, pastelería, un éxito en países sajones), Häagen-Dazs (los helados con los que introdujeron el sabor dulce de leche en el mercado de los Estados Unidos) y las barras de cereales Nature Valley. En 2001/02, con la devaluación, General Mills utilizó la competitividad industrial para tratar de motorizar las exportaciones de las barras de cereales Nature Valley, que se trató de colocar en otros mercados. Pero la compañía empezó a perder interés en el país, con su management superior alejándose y sin reemplazo.
En 2018, con el desplome del consumo, se aceleraron las decisiones de algunos jugadores. Molinos recibió luz verde oficial para sumar pastas que le cedió Mondelez como Terrabusi, Don Felipe y Canale. Esa operación venía a su vez de una anterior: Molinos y Mondelez habían hecho un intercambio de activos, traspasando los caramelos (Billiken y DRF) a la ex Kraft y reforzando las pastas de la compañía nacional. ■