“Busco empleo, pero me siento invadido por la angustia y desilusión”

Escribo por la carta “Buscando un trabajo digno, se topó con “un gran impedimento”, de la lectora Adriana Dorso, publicada en la sección dominical de Lectores, el domingo 13 de enero.

Aún no son las 6 de la mañana y un nuevo día me encuentra buscando una alternativa para poder conseguir un trabajo en relación de dependencia. Leyendo la carta de la lectora Adriana, pude entender qué triste es todo esto para algunos. Mi historia no sé por donde empezarla, pero me siento invadido por la angustia y la desilusión. Tal vez, en su inconsciente, Adriana y la mayoría de las personas pensamos que siendo profesional sería mucho mas fácil conseguir trabajo. Pues, eso no es tan así.

Tengo 51 años, soy contador público nacional, egresado de la UBA, profesor de inglés con título del High Lyceum of English Culture y desde hace casi 5 meses estoy detrás de un trabajo digno que no logro hallar. Cada día es un recorrer por todas las páginas Web que disponen de opciones, me he postulado a cientos de avisos, he concurrido a decenas de entrevistas, y todo queda en la nada. En septiembre de 2018 fue mi último trabajo, totalizando 29 años en distintas empresas, grandes y medianas, con una vasta trayectoria que supuse jugaba a mi favor, pues a mi edad cuido y valoro el trabajo como el oro. Sin embargo, aquí estoy otra vez, luchando con mi mente, tratando de ser positivo y buscando una chance. Y me pregunto si es que habrá una chance. Tengo dos hijos aún en edad escolar, maravillosos, que son mi orgullo y mi bandera para seguir, pero es tan desolador todo cuando uno ve que no hay una puerta que se abra. ¿Es acaso tan difícil esto?

No tengo pretensión salarial alta, pues entiendo que la situación es complicada, pero la respuesta es siempre “buscamos otro tipo de perfil, pues si lo tomamos a usted, en cuanto consiga algo, mejor se nos va”.

Cómo explicar que no quiero irme a ningún lado, que quiero la tranquilidad de saber que cada día tengo un lugar donde ir, una responsabilidad que asumir, un trabajo digno que hacer.

La ansiedad y las actuales perspectivas me hacen reflexionar a cada instante, pues quisiera desde lo más profundo ahuyentar esa preocupación que me persigue. En nombre de esas dos criaturas que amo con toda mi alma, termino estas líneas y he de volver a buscar alguna opción laboral. Al menos han de saber que su padre nunca ha dejado de intentarlo. Y, mil gracias a quien pueda darme una mano.

Adrián Quotteri adrian-quotteri@hotmail.com