Clarín

Se vive como se juega y se vive como se habla

- Marcelo Guerrero mguerrero@clarin.com

La Real Academia Española, que en sus periódicas intervenci­ones corrige grafías, acepta desviacion­es de vocablos originales e incorpora palabras, podría ocuparse de vedar el uso de algunas metáforas. Ponerse los pantalones largos, por ejemplo, carece de vigencia desde hace varias décadas. La frase, para informació­n de millennial­s o centennial­s, representa­ba la maduración de una persona, su paso a la adultez. Co- mo tantas otras, analizada con una perspectiv­a contemporá­nea de género, tenía un carácter machista. Los que usaban (usábamos) pantalones cortos éramos los varones. Lo cantaba Leonardo Favio: “Pantalón cortito, con un solo tirador...”. Desde ese punto de vista, la metáfora tampoco tiene actualidad. Hoy, además, el hijo de Marley, de apenas un año y pico pero más viajado que un ministro de Relaciones Exteriores y Culto, usa pantalones largos desde su primera publicació­n en las redes sociales. A la inversa, muchos hombres maduros van por la vida en bermudas. Días atrás, en una de las fotos que suele difundir, al presidente de la AFA se lo veía junto a Roberto Ayala, flamante integrante del cuerpo técnico de la Selección. Sobre la mesa apenas había un monitor, sin teclado cerca... Lo más llamativo de la imagen, sin embargo, era el atuendo de Ayala: había ido a la reunión con pantalones cortos. En una de esas se confundió y creyó que Tapia, ante la escasez de centrales, lo invitaba a sumarse al plantel de la Copa América, pero no: lo había llamado para conducirlo, junto con Scaloni y Samuel. Ayala cumplirá 46 años, luce barba entrecana y sabe cómo vestir. Lo importante es que la Selección se ponga los pantalones largos. El recién designado César Menotti entenderá este arcaísmo. ■

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