La economía de Brasil creció 1,38% en los primeros once meses de 2018
El año anterior, había avanzado un 1% tras salir de la recesión de 2015 y 2016. Datos sobre petróleo y gas.
El recién llegado gobierno de Jair Bolsonaro comienza a recibir algunos datos auspiciosos de la economía. Se informó que Brasil creció 1,38 por ciento en los primeros once meses de 2018. Asimismo, en noviembre avanzó 1,86 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, según datos difundidos por el Banco Central.
El indicador forma parte del Índice de Actividad Económica del banco emisor brasileño (IBC), considerado una medición previa del comportamiento del Producto Bruto Interno (PIB) del país.
En el acumulado en los últimos 12 meses, el PIB brasileño creció un 1,44 por ciento, mientras que en noviembre lo hizo un 0,29 por ciento respecto al mes de octubre.
De acuerdo con los analistas del mercado financiero, la economía brasileña avanzó alrededor de 1,30 por ciento en 2018, después de subir un uno por ciento en 2017.
El crecimiento de los dos últimos años no fue, naturalmente, suficiente para que la mayor economía de Sudamérica se recupere de la dura re- cesión que atravesó en 2015 y 2016. En ese período el PIB acumuló una caída de casi ocho puntos porcentuales. Se trata de una de las mayores pérdidas de riqueza en la historia moderna de Brasil. El efecto adicional de esa crisis fue un desplome del orden del 10 por ciento en el PBI per cápita, es decir el ingreso promedio de la población, lo que promovió múltiples protestas sociales.
Entre tanto, también se informó que la petrolera Petrobras, durante el año pasado, produjo 2,63 millones de barriles de petróleo y gas natural equivalente. Un volumen que le permitió cumplir la meta que se impuso la compañía para 2018. Pero, sin embargo, el rendimiento estuvo por debajo del récord de 2017 de 2,65 mi- llones de barriles de crudo y de gas natural diario.
La empresa, la mayor petrolera de la región, acaba de inaugurar cuatro nuevos sistemas de producción en las cuencas de Santos y de Campos, donde tiene un gigantesco yacimiento en aguas muy profundas. El país no cesó el desarrollo en la producción del llamado “Presal”, que es una exploración y bombeo en profundidad superando una ancha capa de sal de dos kilómetros de espesor por debajo del lecho marino.
En este sentido, hay tres plataformas que fueron instaladas ahora en la cuenca de Santos, dos de ellas en los campos de Búzios y la otra en el campo de Lula, éste último considerado como uno de los mayores yaci- miento de aguas muy profundas.
En el “Presal”, en el Océano Atlántico existen gigantes reservas de crudo y gas que pueden convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores de petróleo.
Petrobras está atravesando una profunda reestructuración después de haber sido eje de una de los episodios de corrupción más graves de la historia brasileña que se inició durante el pasado gobierno de la ex presidente Dilma Rousseff, dirigente del PT. La empresa estaba en el centro de un escándalo de reparto de obras públicas entre firmas privadas que, además, sobrefacturaban los trabajos y de ahí se canalizaban las coimas a los partidos políticos, incluyendo especialmente el PT.
El flamante presidente Jair Bolsonaro había prometido en campaña una apertura privatizadora que incluía también a la firma petrolera. Pero posteriormente, tras haber ganado las elecciones, dio marcha atrás con el doble argumento de que se trata de un activo estratégico y el temor de que la firma pasara a manos de China, el mayor socio comercial de Brasil, pero que, por entonces, Bolsonaro cuestionaba. ■