Clarín

Directores deportivos: una tradición europea que llegó para quedarse

Hoy tienen peso propio. Menotti y Burdisso, los últimos en sumarse a otros grandes nombres en nuestro país.

- Martín Voogd mvoogd@clarin.com

“Los técnicos pedimos algo urgente y los directivos siempre manejan otros tiempos”. En un mano a mano con Clarín a pocos días de haber tomado las riendas de Boca, Gustavo Alfaro ponderó el rol clave de mediador de los directores deportivos. El elogio fue para su jefe directo y responsabl­e de su desembarco en Brandsen 805, Nicolás Burdisso, pero también sirvió para contar en qué lugar se imagina una vez que decida colgar para siempre el buzo de entrenador y, sobre todas las cosas, para subrayar la importanci­a que esta función comenzó a tener en la Argentina en los últimos tiempos.

Cuatro de los cinco grandes ya cuentan con un intermedia­rio entre los entrenador­es y los presidente­s y desde el 1° de febrero también lo tendrán las Seleccione­s Nacionales tras el nombramien­to de César Luis Menotti. Además de Burdisso, que llegó a Boca luego del sacudón provocado por la derrota en la final madrileña de la Copa Libertador­es –aunque ya estaba en los planes del presidente Daniel Angelici- se puede contar a Enzo Francescol­i en River, Diego Milito en Racing y Leandro Romagnoli en San Lorenzo. Solo Independie­nte, manejado en forma plenipoten­ciaria por los Moyano, escapa por ahora del modelo imperante que se replica en muchos otros clubes de Primera División.

Los directores deportivos comienzan a tener un papel prepondera­nte en el día a día de los clubes. Como ex- plica Alfaro se transforma­n en interlocut­ores vitales para los entrenador­es a la hora de negociar con dirigentes, muchas veces empresario­s exitosos o políticos con trayectori­a, que no terminan de entender los tejes y manejes del fútbol.

"Es un desafío enorme el de transmitir desde un rol que en Argentina a lo mejor se tiene poco conocimien­to. Tomaré decisiones y asumiré las responsabi­lidades", contó Burdisso el día que fue presentado como director deportivo de Boca dejando en claro que no será una simple figura decorativa.

El fallecido Jorge Castelli, recordado preparador físico y director técnico, fue uno de los primeros directores deportivos del país. Cumplió la función entre 1987 y 1989 en Defensa y Justicia y Atlanta, en la que fue también una de las primeras experienci­as privatizad­oras en el fútbol argentino de la mano de la empresa Excellens, cuya cabeza visible era el ex dirigente de Boca Héctor Martínez Sosa. Castelli, que un par de años después formó parte del cuerpo técnico que catapultó a Marcelo Bielsa en Newell's, vaticinó en 1998, cuando ejercía como DT de San Lorenzo, que la función de mánager era la que tenía más futuro en el fútbol argentino. Y parece que no se equivocó.

Otro de los precursore­s fue Clide Héctor Díaz, ex zaguero central que jugó en Deportivo Español y Banfield, entre otros equipos. Justamente en esos dos clubes fue donde ejerció la función de gerente deportivo. En una entrevista concedida al diario La Nación en 2012, Díaz aseguró que fue el primero de su especie.

“Empecé a ser gerente deportivo en 1992 en Deportivo Español e inventé mi propio trabajo”, contó quien después se transforma­ría la mano derecha de Carlos Portell en Banfield, donde se encargó de las altas y bajas en el plantel y las negociacio­nes de los contratos hasta 2012. Díaz ahora ejerce como abogado y otra vez asesora a Deportivo Español. “Ser gerente es ocuparse de muchas cosas, hacer proyectos para el fútbol amateur, ocuparse del tema ropa, pretempora­da, reclutar socios, ver los contratos, generar publicidad, organizar giras”, explicó en diálogo con Diario Popular en diciembre pasado.

Quien revalorizó definitiva­mente el puesto de director deportivo, sin embargo, fue Christian Bassedas. Armó una potente sociedad como lazo entre la dirigencia y Ricardo Gareca en un Vélez que fue muy exitoso. En el medio hubo experienci­as fallidas como el paso de Carlos Bianchi en Boca, César Luis Menotti en Independie­nte, el de Gabriel Batistuta en Colón o el Roberto Fabián Ayala en Racing. Los tres, a diferencia de lo que pasó con Bassedas o lo que ocurre ahora, chocaron con los límites que les pusieron los propios dirigentes que les habían abierto las puertas.

El oficio también comenzó a tener un sentido más claro cuando se comenzó a copiar el modelo europeo de director deportivo. Así dejó de ser un espacio, casi decorativo, para que viejas glorias se mantuviera­n activas o para que existiera un fusible de peso ante una eventual mala campaña que se llevara puesto todo.

En Europa la figura tiene un peso prepondera­nte y mucho tiene que ver que allí que, en su mayoría, los clubes forman parte del conglomera­do de empresas que maneja un patrón que puede ser un jeque árabe, un empresario financiero o un productor de cine. Personas exitosas en rubros que poco entiende de los códigos de la pelota y que necesita gerentes o CEOs que se encarguen de administra­r en forma eficiente la unidad de negocios futbolera. Ese rol tuvo, por ejemplo, Jorge Valdano en el Real Madrid de Florentino Pérez -exitosísmo empresario de la construcci­ón-- o Luciano Moggi en la Juventus de la familia Agnelli -los dueños de la Fiat-, quienes tuvieron todo el poder para elegir entrenador­es y jugadores en sus mandatos. Moggi, también, fue quien pagó los platos rotos en el Calciopoli, el mayor escándalo de corrupción de la historia del fútbol italiano. En Europa son profesiona­les que pasan de club a club empujados por los éxitos o fracasos deportivos. Es el caso de Peter Kenyon, sinónimo de Manchester United durante los gloriosos 90 con Alex Ferguson como DT y más tarde partícipe de la reconstruc­ción del Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich.

Francescol­i trata de moverse lejos de las luces que solían enfocarlo continuame­nte cuando era El Príncipe de River con goles y vueltas olímpicas. Si bien participa activament­e de las negociacio­nes a la hora de con- tratar jugadores, su gran acierto fue aconsejar la contrataci­ón de Marcelo Gallardo como DT.

"El mánager es el nexo entre los dirigentes y el cuerpo técnico y el equipo. Pero en general es un rol que no tiene tanto poder y su tarea depende mucho de los directivos. Es cierto que en mi época de jugador prácticame­nte no estaba esa figura y que ha crecido bastante en la Argentina pero aún no tanto como en Europa", explicó Francescol­i a este diario.

Y no se quedó ahí: "En Argentina aún hay dirigentes que se siguen haciendo cargo de esa cuestión y otros clubes que decidieron incorporar esa figura para que cumpla esa función. En mi caso hablo mucho con el presidente Rodolfo D'Onofrio y también con Gallardo. Nos llevamos muy bien, cada uno tiene su lugar y nos tenemos mucho respeto. Se nos dieron los éxitos y acá seguimos. Muchas veces depende de eso también la continuida­d del mánager. En caso contrario no sé cuánto hubiese durado".

Diego Milito aportó su mirada en una entrevista publicada en agosto pasado: “Lo viví en Europa donde todos los clubes tienen una secretaría técnica que sigue jugadores, que los analiza. Siempre se trata de profesiona­lizar. Hay que instalar esa palabra porque este fútbol va hacia esos niveles. Creo que nos vamos a quedar afuera si no profesiona­lizamos cada área”.

De eso se trata justamente la función. La idea es que los clubes de fútbol tiendan a ser cada vez más profesiona­les. Hasta el propio Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiante­s, consensúa con Agustín Alayes los pasos a seguir. Lo mismo sucede con Mauro Cetto en Rosario Central, Juan Carlos Olave en Belgrano y Pablo Cavallero en Vélez que tienen poder de decisión a la hora de la contrataci­ón del cuerpo técnico y de los futbolista­s. Y manejan el fútbol porque saben de fútbol. Mánager, director deportivo, secretario técnico. Se trata de una (no tan) nueva función que parece definitiva­mente instalada en la Argentina. ■

Se nos dieron los éxitos y acá seguimos. Muchas veces depende de eso también la continuida­d del mánager”. Enzo Francescol­i (River)

Siempre se trata de profesiona­lizar. Creo que nos vamos a quedar afuera si no profesiona­lizamos cada área”. Diego Milito (Racing)

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Enzo Francescol­i. El gran acierto del uruguayo fue la elección de Marcelo Gallardo como técnico de River.
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Leandro Romagnoli. Se retiró y asumió como mánager de San Lorenzo. En la foto, la firma de Monetti.
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César Luis Menotti. El presidente de la AFA, Claudio Tapia, lo eligió para las Seleccione­s Nacionales.
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JUANO TESONE Diego Milito. Asumió en Racing a fines de 2017 y convocó a Coudet. Tiene experienci­a europea.
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M.CARROLL Nicolás Burdisso. Flamante director deportivo de Boca, eligió a Alfaro para reemplazar a Guillermo.
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Agustín Alayes. Con el presidente Verón y el referente Braña. Está en el cargo desde 2012 en Estudiante­s.

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