Clarín

Izal: sólo querían ganar mil euros y hoy llenan estadios

Son la nueva esperanza española del pop. Su líder habla de su presente, de feminismo y de sus influencia­s.

- Eduardo Barone

Izal es la nueva esperanza española del pop, una banda auto-gestionada que desde 2010 viene agitando banderas por todo el territorio ibérico y cuyo nombre remite al líder, cantante y compositor Mikel Izal Luzuriaga, un pamplonés de 36 años de edad que luego de trabajar durante cinco como ingeniero en telecomuni­caciones un día se decidió a tomar la música por las astas.

Hoy es un reconocido compositor y letrista, tiene cuatro discos publicados, llena estadios y está considerad­a el último grito del indie en su terruño.

-Esta va a ser su segunda visita a la Argentina, ¿que experienci­a recogieron en la primera, hace tres años? -Fue una primera toma de contacto con el publico argentino, ver qué se cocía por ahí. Esta vez será algo diferente, todo ha cambiado mucho para nosotros en tres años. Volvemos a la Argentina con más ganas de enseñar nuestro trabajo, y sobre todo porque vamos a participar de un festival como el Cosquín Rock.

Izal se formó en Madrid en 2010, y ese mismo año publicaron un EP titulado Teletransp­orte. El trabajo que los trae de regreso es su cuarto disco, Autoterapi­a, que como el anterior ( Copacabana, 2015) fue alabado por la crítica española.

“Nosotros fuimos y somos autogestio­nados porque cuando comenzamos nadie nos ofreció otra cosa; ninguna gran disquera se interesó por nosotros y eso hizo que empezáramo­s a caminar solos. Nos rodeamos de unas poquititas personas que son la familia Izal. Luego se añadieron otros más porque Izal creció y ya daba muchos quebradero­s de cabeza, pero la estructura y la forma de trabajar, nueve años des- pués, sigue siendo la misma.

-¿Se imaginaban que el proyecto se iba a desmadrar tanto?

-No estábamos preparados en absoluto. Nuestro pequeño sueño era ganar mil euros al mes con la música, lo que aquí se llama un “mileurista”, que es esa persona que llega a fin de mes justito, pero que tiene para comer y para ser mínimament­e felices, cosa difícil ahora mismo en España. Pagar el alquiler, la comida y la luz, y ser músicos sin tener que hacer otro trabajo. Pero como dijiste, se ha desmadrado mucho la aventura. Obviamente, estamos felices, porque todo ha sido a base de nuestro propio trabajo, esto ha sido guisárnosl­o nosotros, cocinárnos­lo nosotros, para comérnoslo nosotros y creo que esa es una forma tan maravillos­a de crecer que ahora nos alegramos mucho de que en los comienzos nadie nos hiciera caso, porque nos obligó a trabajar de esta forma.

-¿Conocen algo del rock argentino? -Coincidimo­s en Colombia con Eruca Sativa, que es un power trío espectacul­ar, pero no soy consciente de la escena. Es otra asignatura pendiente.

-Tu letras parecen bastante autorrefer­enciales

-El nuevo disco se llama Autoterapi­a, así que imagínate hasta que punto lo son. Tiene más carga introspect­iva. Yo siempre he escrito para mí, y casi siempre de mí mismo. Aunque utilizara vehículos que parecieran hablar de planetas lejanos, al final siempre se habla de lo que tienes más cerca, y lo que tienes más cerca eres tú mismo.

En mayo del año pasado Mikel fue acusado por una fan de haberla acosado en las redes. Y a partir de allí se desató lo que la prensa amarillist­a española etiquetó como el “Izalgate”. Esto obligó al músico a emitir un comunicado oficial desmintien­do esa circunstan­cia, y unos días después la fan en cuestión intentó suavizar la situación diciendo que las cosas se habían mal interpreta­do. Pero ya era tarde, porque Mikel estaba en las primeras planas de las noticias.

”Fue un delirio absoluto, se metieron con algo que es gravísimo, que es el machismo, y contra el cual he sido educado por mis padres. Aquello murió en 48 horas pero a mí me dejó muy en shock el poco control, la vulnerabil­idad, la fragilidad. Las redes mostraron ahí su cara mas peligrosa. Porque, además, hacía mucho daño a la causa, generaba una sensación extraña de que eso que me estaba pasando, de que esa injusticia era feminismo. Y no lo era”, recuerda.

-¿Y cómo te resuena todo este auge del feminismo?

-Pues muy bien, es una revolución necesaria. Mientras no sea una sociedad absolutame­nte ecuánime independie­ntemente del sexo, estará muy bien esta revolución. Se van dando pasos, y me alegro de ello. -En algún reportaje dijiste que escuchabas mayoritari­amente música extranjera. Sin embargo en tu música se oyen resabios de Sabina, de Ismael Serrano, distintos poetas... -Me forjé con Queen. Y lo combiné con Joaquin Sabina, con Ismael Serrano, Serrat; mi madre y mi padre escuchan mucho Ana Belén y Víctor Manuel. Combino esas dos vertientes. Tengo muchas referencia­s. Incluso Jorge Drexler, con quien hemos tocado en vivo un par de veces. -¿Cómo van a ser estos próximos shows en Argentina 2019

-El repertorio va a tener un poco más de carga del disco y lo vamos a combinar con los grandes temas que sabemos que quiere escuchar la gente de los discos anteriores, intentando ser generosos y que no se quede nada en el tintero. Que el fan argentino, los poquitos o muchos fans argentinos que podamos tener, salgan muy satisfecho­s. ■

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Una familia. La banda creció, pero sigue trabajando como al principio.

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