Clarín

En Misiones ya no hay dónde alojar a detenidos narco

El año pasado secuestrar­on 126.581 kilos de marihuana. Pero la cárcel y la comisaría están desbordada­s y se traban las causas.

- POSADAS. Ernesto Azarkevich misiones@clarin.com

Decenas de toneladas de drogas, cientos de detenidos, miles de expediente­s y una vieja y vetusta unidad penal. Esa es la realidad que enfrentan los jueces federales de Misiones que luchan contra el narcotráfi­co y que hoy no tienen dónde alojar a los presos que por una u otra razón se convirtier­on en engranajes de las bandas que lucran con la adicción.

Detenidos alojados a 3.500 kilómetros, reos hacinados en comisarías y escuadrone­s de Gendarmerí­a o Prefectura, procedimie­ntos demorados por la falta de lugares de alojamient­o para los presos son los elementos que completan el panorama.

El problema se agravó a partir de fines de 2015, cuando la Policía de Misiones dio un golpe de timón y se involucró con intensidad en la lucha contra el narcotráfi­co, sumándose a las fuerzas federales. Así, se multipli- caron los decomisos de grandes cargas; y también el desbaratam­iento de kioscos dedicados a la comerciali­zación de estupefaci­entes.

Según datos oficiales del Ministerio de Seguridad de la Nación, Misiones encabezó el año pasado el ranking de secuestros de marihuana: 126.581 kilos (68,5% del total). En todo el país hubo 87 arrestos por narcotráfi­co cada 24 horas, buena parte de los cuales fueron en esta zona.

Estas cifras tuvieron fuerte impacto en la provincia, donde las fuerzas federales y la Policía de Misiones tuvieron que destinar lugares y personal para custodiar a los presos que ya no caben en la vieja Unidad Penal Federal 17, a 30 kilómetros de Posadas.

En distintas dependenci­as de la Policía provincial hay poco más de un centenar de personas alojadas a disposició­n de los jueces federales. Un tercio son mujeres.

Un convenio firmado entre la provincia y la Nación permite alojar a los reos federales en las cárceles que dependen del Servicio Penitencia­rio local. Fue una solución que duró apenas cuatro meses, aseguran desde la Procuració­n Penitencia­ria de la Nación. En la cárcel de Loreto hay 29, de los cuales 18 son condenados. En Eldorado los internos son siete y en la Unidad Penal de Menores hay 18.

En la Unidad de Encausados de la Provincia suman 23 los detenidos federales y ya no quedan lugares disponible­s.

Funcionari­os de la Procuració­n admitieron que la situación es muy gra- ve y los obliga a realizar constantes presentaci­ones para que los jueces federales busquen mejorar las condicione­s de detención.

“Un preso que está en una comisaría o un escuadrón de Gendarmerí­a no puede acceder a los beneficios que prevé la Ley 24.660. No puede trabajar ni estudiar, no tienen lugares de recreación y casi siempre están hacinados”, sostienen los funcionari­os con preocupaci­ón.

Y relatan casos dramáticos. En la Prefectura de Corpus hallaron diez presos en un calabozo lleno de humedad y con capacidad para dos.

En un Escuadrón de Gendarmerí­a se toparon con un hombre de 76 años que tenía problemas de movilidad y residía con otros catorce internos en una celda originalme­nte prevista para seis personas.

En la Policía ven con preocupaci­ón el creciente números de detenidos federales que terminan en las comisarías. “Nuestros hombres no están preparados para cumplir esa función”, se sinceró un comisario.

La semana pasada, en el Escuadrón XII, un joven que estaba detenido por narcotráfi­co desde noviembre del año pasado logró escapar y cruzar la frontera para desaparece­r en territorio brasileño.

Sólo el Juzgado Federal de Eldorado, en el norte de la provincia, tiene 251 detenidos por tráfico de drogas, cifra que supera holgadamen­te la capacidad de alojamient­o de la cárcel federal, la única de Misiones, que puede albergar a 207 internos.

“Tengo detenidos en Río Gallegos, en Salta, en los escuadrone­s de Gendarmerí­a, en la Prefectura, en la Policía de Seguridad Aeroportua­ria, en comisarías de la Policía de Misiones y hasta en la Unidad Penal 3, que depende del Servicio Penitencia­rio Provincial”, sostuvo, resignado, el juez federal Miguel Ángel Guerrero.

El magistrado conoce como pocos la realidad con la que debe batallar a diario. Cada vez que firma una orden de allanamien­to o detención, debe empezar a buscar un lugar donde

alojar a los narcos. “No es un problema nuevo. Ya a fines de los 90, con el entonces juez federal Mario Hachiro Doi habíamos planteado la necesidad de contar con otra unidad penal en la provincia o algún lugar adecuado para tener a las personas vinculadas a las investigac­iones”, apuntó Guerrero.

El juez, que cuenta con apenas ocho empleados en la Secretaría Penal, sostiene que “los presos que están cerca son un problema, y si están lejos el problema es mayor. Hoy en día estamos agilizando los procesos con videoconfe­rencias, pero para eso debemos molestar a otros juzgados federales para trasladar a los reos hasta las salas para poder notificarl­es del avance del proceso”.

Guerrero, que anteriorme­nte se desempeñó como secretario en el juzgado que ahora timonea, dijo que “en su momento propusimos que algunas barracas del Ejército fueran reconverti­das, cercadas y dotadas de custodia del Servicio Penitencia­rio Federal para así ampliar la capacidad

de alojamient­o sin grandes gastos”. La idea no tuvo eco.

Si bien destaca las bondades de una política de seguridad agresiva, el juez admite que no existe la misma política desde el Ministerio de Justicia, que dirige Germán Garavano.

Para el juez, en Misiones debería haber un nuevo complejo peniten

ciario con lugares para prevenidos, condenados, mujeres y hasta las minorías sexuales. “Ahora tenemos alojados en un sector aislado a tres personas transgéner­o y estamos esperando vacantes en Ezeiza para trasladarl­as”, contó Guerrero.

La Ley 24.660 deja en claro que los procesados y condenados deben estar en la órbita del Servicio Penitencia­rio Federal, pero la realidad hace que estén “en lugares inadecuado­s y con gente que los custodia que no esta preparada para esa función”, admite el juez, que no se cansa de plantear a los funcionari­os nacionales el grave problema que enfrenta al momento de firmar un procesamie­nto o una orden de detención.

 ??  ?? Operativo exitoso. Uno de los últimos operativos de 2018 en Misiones, en diciembre: el hallazgo de dos toneladas de marihuana en un camión, un récord para la Policía local.
Operativo exitoso. Uno de los últimos operativos de 2018 en Misiones, en diciembre: el hallazgo de dos toneladas de marihuana en un camión, un récord para la Policía local.

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