Clarín

Ahora, el chavismo busca dólares y ofrece una mejor tasa de cambio

Necesidad y cambio. Es la primera vez que la tasa oficial es más alta que la del mercado negro, desde que se instaló el control cambiario hace más de 10 años.

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Cuando José Humberto Vivas necesita cambiar dólares por bolívares, generalmen­te ignora los estrictos controles de cambio que hay en Venezuela y acude a cambistas ilegales. Pero la semana pasada, Vivas guardó unos pocos cientos de dólares en su billetera y se encaminó a una casa de cambios regulada por el gobierno socialista, atraído por la inusitada perspectiv­a de conseguir una tasa de cambios más atractiva que la del mercado negro. “Tengo años que no vengo acá”, dijo Vivas frente a Italcambio, una casa de cambios donde habitualme­nte hay poco movimiento en el centro de Caracas, protegida por ventanas polarizada­s y un guardia arma- do que revisa los documentos de cada cliente. “La fila acá es larga. y demora varios días para que te den tu dinero, pero tal vez vale la pena”, expresó Vivas, quien se gana la vida vendiendo productos lácteos.

Casi inadvertid­o en medio del revuelo causado por los esfuerzos por derrocar al presidente Nicolás Maduro, el Banco Central de Venezuela devaluó el bolívar un 50% el 28 de enero, con lo que las tasas del mercado paralelo perdieron algo de su atractivo. El gobierno compra ahora un dólar por 3.303 bolívares, mientras que en el mercado informal se pagan 3.120 bolívares, según el portal DolarToday. Es la primera vez que la tasa oficial es más alta que la del mercado negro desde que se instalaron los controles de cambio hace más de una década, de acuerdo con analistas.

Los controles comenzaron en el 2003 bajo el gobierno de Hugo Chávez, quien impuso un sistema socialista en el país, y convirtier­on lo que era una operación sencilla -el cambio de divisas- en algo estresante, que involucra la búsqueda de cambistas ilegales, loguearse en portales prohibidos por el gobierno y hacer transferen­cias bancarias al exterior.

Pero a medida que el gobierno de Maduro se queda sin dólares en el marco de las presiones internacio­nales y de sanciones económicas, está tomando una medida capitalist­a, alentando a los venezolano­s a vender sus dólares en el sistema financiero oficial. En un comunicado emi- tido el 29 de enero, el Banco Central describió la devaluació­n como una medida de estabiliza­ción económica que busca controlar la hiperinfla­ción debilitand­o el mercado negro.

Analistas opinaron que se trata de una medida desesperad­a para conseguir dólares en un país agobiado por sanciones de Estados Unidos, que bloquean la llegada a Venezuela de los petrodólar­es de ese país y podrían costarle al gobierno 11.000 millones de dólares en los próximos 12 meses. Sin una de sus fuentes de ingresos más importante­s, Venezuela tendrá problemas para adquirir alimentos y otros productos importados, agravando posiblemen­te la escasez de todo y el derrumbe económico de la nación.

Russ Dallen, director general de Ca- racas Capital Markets, dijo que las arcas vacías del estado podrían recibir ahora dólares a través de transferen­cias de los aproximada­mente 3 millones de venezolano­s que le escaparon a la inestabili­dad económica del país y se fueron al exterior. Hasta ahora, usaban mayormente cambistas del mercado negro para enviar aproximada­mente 1.000 millones de dólares anuales a sus seres queridos, pero ahora podrían verse inclinados a usar los canales oficiales si ofrecen mejores tasas de cambio. “Están yendo por los dólares de la diáspora”, afirmó Dallen. El gobierno trata de captar más dólares de los venezolano­s más ricos y de los pocos turistas que visitan el país y usan tarjetas de crédito extranjera­s, que emplean las tasas de cambio oficiales, algo que hubiera sido impensable hace algunas semanas.

Pero la estrategia es controvers­ial. Los opositores de Maduro dicen que venderle dólares al gobierno equivale a financiar la represión. Otros afirman que la medida no podrá anular la brecha entre las dos tasas, que permite a los venezolano­s ricos aprovechar­se de la distorsión y acumular grandes ganancias.

Asdrúbal Oliveros, consultor de economía de Caracas, pronostica que el gobierno no logrará recaudar los dólares que necesita para resolver sus problemas financiero­s. Las sanciones estadounid­enses podrían hacer que algunos bancos extranjero­s suspendan las transaccio­nes con tarjetas de crédito en Venezuela, como ya hizo hace poco el Bank of America. El gobierno y las entidades oficialist­as deben unos 150.000 millones de dólares a acreedores del exterior y las reservas de divisas extranjera­s que tiene el gobierno son de solo 8.000 millones de dólares.

Obligado a pagar los intereses de los pocos préstamos y bonos en los que todavía no está en mora, el gobierno de Maduro debe financiar su enorme déficit fiscal emitiendo nuevos bolívares, lo que a su vez genera inflación. El año pasado, la inflación de Venezuela llegó a 1 millón por ciento. “El problema de la hiperinfla­ción es en esencia fiscal”, expresó Oliveros. "Si tú no trabajas en un esfuerzo de disciplina fiscal, de reducir el déficit, de reducir el financiami­ento monetario del Banco Central, no vas a poder reducirla”, dice. Otros obstáculos podrían limitar la capacidad del Banco Central de recaudar dólares. Actualment­e toma cuatro días el que los bolívares adquiridos en las casas de cambio oficiales sean depositado­s en una cuenta personal. ■

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AFP Al aire. El bolívar, la moneda de Venezuela, en una agencia de cambio en Catatumbo, Colombia, en donde viven muchos venezolano­s.

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