Clarín

Shtisel

- Sergio Danishewsk­y sdanishews­ky@clarin.com 1

Entre la infinita oferta de Netflix hay una serie que se llama Shtisel. Es el apellido de una familia de ultraortod­oxos judíos que vive en esa parte de Jerusalén que parece quedada en el tiempo, como ellos. Los personajes se visten invariable­mente de blanco y negro, usan patillas, sombrero, pañuelo o peluca, reparten su vida entre la academia y la casa, entre la cocina y el dormitorio. Bendicen el nombre de Dios antes y después de comer, de saludar, de dar a luz. Nada más lejano a los orgullosos dueños de la modernidad que somos, creyentes o no, judíos o no.

Y sin embargo… Hay en esa pintura una colección de situacione­s, y de conflictos, que son los nuestros: la relación padre-hijo. La tensión entre deseo y deber. El amor permitido y el otro. El rol de la mujer, postergada en apariencia. Lo que pudimos ser y lo que somos. Empezamos a querer a Shulem, el padre, y en el mismo episodio lo mataríamos. Y así con el hijo pintor/soñador, y con la hija/madre severa, y con el yerno tramposo/buenazo. Hay referencia­s políticas que descolocar­ían a más de un pretendido experto en Medio Oriente, que por aquí abundan. Localismos que nos excluyen. Nada de eso importa: Shtisel nos dice que podrán cambiar las formas y las creencias, pero sufrimos y gozamos con las mismas cosas hace miles de años. Allá y acá. De blanco y negro y de barba o en Netflix.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina