Clarín

El caso Centurión expone tensiones con el técnico, el mánager y el presidente

Coudet se cansó del jugador y le pidió a Milito que lo separe. Blanco, el presidente, no quiere polémicas.

- Maximilian­o Uría muria@clarin.com

Ricardo Adrián Centurión dio el primer paso para ganarse el indulto en Racing: se presentó en tiempo y forma a entrenarse con la Reserva que dirige Juan Ramón Fleita, luego de la sanción que le impuso el club por el incidente que protagoniz­ó con Eduardo Coudet el último domingo en el Monumental. A Centu se lo notó callado, receptivo y con ganas. “El fin de semana vamos a tener un panorama más claro”, explican desde el entorno del volante.

Hay cuatro protagonis­tas centrales en el caso Centurión: el propio futbolista, Eduardo Coudet, el mánager Diego Milito y el presidente Víctor Blanco. Pero, ¿cuál es el pensamient­o de cada uno?

Ricardo Centurión está arrepentid­o por su reacción, entiende que fue desubicada y desmedida. Así se lo hizo saber a Milito en la charla que mantuviero­n previo al entrenamie­nto de la Reserva en el predio Tita. Pero Centurión sigue enojado con el Chacho. Al volante no le gustó quedar afuera del equipo titular ante River. Tampoco estuvo de acuerdo con las formas: desde principio de semana se instaló el tema de su posible salida. La gota que colmó el vaso fue el cambio en el Monumental, que el futbolista creyó inoportuno. Conviene aclararlo: la relación entre ambos se fue enfriando con el tiempo. Al principio eran compinches, por la manera que tiene Coudet de manejar los grupos. La marginació­n de Gustavo Bou, el gran amigo de Centu en el plantel, fue uno de los puntos que alteró la sintonía entre entrenador y jugador.

Eduardo Coudet se cansó de Centurión. El disgusto de la derrota ante River era infinitame­nte menor al malestar que tenía con el jugador: había dañado su imagen como cabeza de grupo. El Chacho entró al vestuario masticando bronca y rápido le comunicó a Milito que no lo quería más en el plantel. El bajo nivel del mediocampi­sta de 26 años en los primeros partidos del año permitió que la determinac­ión no le resultara tan compleja al técnico.

Diego Milito tiene un cariño especial por Centurión, con quien fue campeón en 2014. Además, el Príncipe considera que es el jugador distinto del plantel. El mánager aceptó y compartió la decisión de sancionar al jugador por su accionar en cancha de River. Es más: posiblemen­te le impongan una multa económica. Pero Milito se desvive por salir campeón y sabe que las chances de lograrlo son más grandes con Centurión adentro. Y algo más: entiende que Centu no tiene sustitutos en el plantel, ya que el único con caracterís­ticas similares era Maximilian­o Cuadra, que se fue a préstamo a Unión por decisión de Coudet. La idea de Milito es sentarse a hablar con el entrenador (¿en Brasil?) para lograr la paz.

Víctor Blanco no quiere escándalos en Racing. “Hay que dejar pasar las horas”, fue lo primero que dijo. Le avisó al representa­nte del jugador que lo bajarían a la Reserva unos días. Quedaron en juntarse a charlar antes del domingo. Pretende la reincorpor­ación de Centurión: lo cree el activo más importante de la institució­n. ¿Llegará el indulto? ■

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A entrenarse. Centurión practicó ayer en el predio Tita Mattiussi.

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