España anticipa sus elecciones
PEDRO SÁNCHEZ Los separatistas catalanes dejaron de apoyarlo y el gobierno socialista convocará a nuevos comicios.
Con su “no” en el Congreso, el independentismo firmó ayer la partida de defunción de Pedro Sánchez como presidente del gobierno español.
En una votación que alineó a constitucionalistas y soberanistas en contra de los presupuestos presentados por el gobierno socialista, Sánchez quedó al borde del abismo. No logrará cumplir su mandato y convocará a elecciones anticipadas. Anunciará mañana, luego de su reunión de Consejo de Ministros, la fecha en la que los españoles volverán a las urnas para elegir presidente.
“Sí, 191; no, 156 más dos votos emitidos telemáticamente; abtenciones, 1; hizo el recuento de votos la presidenta del Congreso español, Ana Pastor. En consecuencia, quedan aprobadas las enmiendas de devolución y por lo tanto rechazado el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para el año 2019.”
En un escenario político sensible por el juicio a los líderes independentistas catalanes, el separatismo cum- plió su amenaza de quitarle el apoyo a Sánchez y sucedió lo impensado: terminó uniendo sus votos a los del Partido Popular y Ciudadanos para darle la espalda a un presidente para el que comenzó la cuenta regresiva.
Con sus prepuestos hechos añicos, Sánchez deberá disolver las Cortes y convocar a elecciones. Ayer, algunos socialistas deslizaban la posibilidad de que el presidente siga gobernando a través de decretos ley pero a última hora esta idea quedó descartada.
En el escenario de un adelanto electoral precipitado por el voto en contra del nacionalismo catalán, las posibles fechas que circulaban por La Moncloa eran abril -se habló del 14 y del 28-, mayo -cuando también habrá elecciones municipales y europeasu octubre. “Que las convoque cuanto antes. Esto ya está absolutamente acabado”, dijo el ex portavoz parlamentario del PP Rafael Hernando.
Esta derrota de Sánchez tiene sabor a deja-vu para el Partido Socialista, que aún conserva la amargura de lo que sucedió en 1995, cuando el presidente Felipe González no logró sacar adelante su primer proyecto presupuestario y debió convocar a elecciones anticipadas para el año siguiente. Así, 1996 fue el año de la derrota en las urnas de Felipe González frente a José María Aznar, del PP.
Ayer, en el Congreso de los Diputados, los mismos soberanistas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y del Partido Demócrata Europeo Catalán (PdeCAT) que apoyaron a Sánchez hace ocho meses en la mo- ción de censura con la que el líder del PSOE desalojó de La Moncloa a Mariano Rajoy, rechazaron sus presupuestos. Tienen a varios de sus líderes en el banquillo de acusados en el juicio que se está llevando a cabo en el Tribunal Supremo por la fallida declaración de independencia en 2017, y su voto en contra no fue más que el coletazo ante la ruptura de diálogo entre el gobierno y la Generalitat que Sánchez hizo pública el viernes.
El portavoz de Esquerra en el Congreso, Joan Tardá, calificó de “gran error histórico” que el presidente socialista se haya asustado “ante el alcance de sus conversaciones con las fuerzas independentistas catalanas.”
El presidente cortó las conversaciones que mantenía con los independentistas cuando su aprobación de un relator en la mesa de negociaciones con los partidos políticos catalanes -figura que había sido solicitada por el presidente catalán Quim Torra en un documento de 21 puntos presentado a Sánchez en diciembredesencadenó la ira de PP, Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox, que pusieron el grito en el cielo y organizaron la marcha del domingo pasado en Madrid, donde unas 45.000 personas, según fuentes oficiales -200.000 para los organizadores- gritaron “Fuera Sánchez” y “Elecciones ya”.
El lunes hubo un último intento por sacar adelante los presupuestos del gobierno. Fue Pablo Iglesias, líder de Unidos Podemos -socio de Pedro Sánchez en el Congreso-, quien llamó por teléfono al ex presidente ca-