Expulsan a cuatro colombianos, detenidos por robo
Asaltaron una bicicletería en Vicente López y los detuvieron.
Los buscaron durante dos meses por robar una bicicletería en Vicente López hasta que cometieron un error fatal: volvieron a pasar por la zona con la misma camioneta con pedido de secuestro que habían usado en el asalto. Los cuatro ladrones son extranjeros y ahora están a un paso de ser expulsados del país.
Se trata de cuatro ciudadanos colombianos -tres hombres y una mujer- detenidos el martes, acusados de formar parte de una banda que usaba inhibidores de alarmas para robar autos. Los delincuentes habían quedado grabados por las cámaras de seguridad de una bicicletería ubicada en Libertador al 1100, en Vicente López, asaltada el 7 de noviembre. Al local entraron cuando estaba vacío, rompiendo un blíndex.
En uno de los videos quedó registrado que los asaltantes habían usado una Peugeot 3008 para escapar con computadoras y otros elementos de valor. Entonces los investigadores cargaron los datos de la camioneta en el sistema de lectores de patente de ubicado en los principales accesos que comunican la Ciudad con el Conurbano, conocido como Anillo Digital. Los delincuentes hicieron el resto: el martes volvieron a pasar con el vehículo y dispararon el alerta.
Así, agentes de la comisaría 5° de Balneario salieron a buscar al Peugeot 3008 por la zona y lo encontraron. Adentro estaban los cuatro detenidos, que entre sus pertenencias llevaban un inhibidor de señal de alarmas y trabas de vehículos, sus teléfonos celulares y herramientas.
Los sospechosos quedaron a disposición del fiscal de Vicente López Este, Martín Gómez, que pidió sus antecedentes penales. Los cuatro colombianos, con domicilio en Capital, fueron imputados por “robo calificado en poblado y en banda” y se inició el trámite de expulsión del país. De no haber objeciones judiciales, serán deportados. “Los delincuentes se encuentran, desde el punto de vista técnico procesal y migratorio, pasibles de la expulsión del país”, señaló la Dirección Nacional de Migraciones en un comunicado.
Uno de los ladrones resultó ser José Antonio Castiblanco Florez (33), quien ya contaba con una orden de expulsión dictada por Migraciones. Había sido condenado por un juzgado porteño a tres años de prisión por un robo agravado en 2016 y ahora será deportado cuando la Justicia lo disponga, según informaron fuentes del organismo a Clarín.
Un segundo integrante de la banda fue identificado como Jorge Arturo Ochoa (51). En Migraciones señalaron que su situación es “irregular” y que además “tiene una causa por robo en Provincia y varios antecedentes de delitos en Colombia que no fue- ron debidamente informados por ese país a Interpol”.
Otro de los sospechosos detenidos es Rafael Humberto Vega Espitía (36), que actualmente se encuentra en el país como residente temporario. No tiene antecedentes en Colombia pero en el poco tiempo que lleva en la Argentina ya cuenta con dos causas en trámite. Una fue iniciada en diciembre, tras un robo.
La mujer de la banda, Jenny Daryani Díaz Huertas (36), no tiene antecedentes penales, pero su situación en la Argentina es “irregular”, señalaron fuentes de la investigación. En su caso y el de Vega Espitía tomó intervención la Dirección de Extranjeros Judicializados de Migraciones para “poner en marcha el procedimiento de expulsión en función de lo establecido por la Justicia y las instancias que tengan los sumarios”.
La decisión de expulsar a los detenidos se da luego de varias polémicas judiciales que involucraron a extranjeros con antecedentes.
El primer caso fue el de Jair Stevens Jurado Mora (25), un motochorro colombiano que le robó el celular a una joven en avenida La Plata al 100, en Caballito, el 21 de enero. El ladrón fue perseguido y detenido por agentes de la Policía de la Ciudad. Pero a pesar de haber sido atrapado infraganti, estar en condición irregular en la Argentina y tener condenas pendientes en Colombia, la jueza Patricia Guichandut lo liberó a cambio de una probation de 700 pesos. Migraciones decidió expulsarlo del país y otro juez ordenó detenerlo para deportarlo, pero todavía no lo encuentran.
Una semana después, dos motochorros -uno argentino y otro uruguayo- fueron detenidos en Boedo tras esconderse de la Policía. El uruguayo, identificado como Antonio José Franco (36), tenía tres condenas en el país y una orden de expulsión, que había apelado. La jueza Guichandut lo liberó pero fue recapturado a los tres días, acusado de un robo. ■