Clarín

La bestia negra que también complica a Macri

- Fernando Gonzalez

La disparada del dólar y la inflación son dos hermanos que sellaron la suerte de todos los presidente­s argentinos desde 1983. Desataron la híper, quebraron al gobierno de Raúl Alfonsín y lo obligaron a que se fuera seis meses antes. Hostigaron a Carlos Menem hasta que encontró el placebo de la convertibi­lidad. Aceleraron la debacle de Fernando De la Rúa. Y Néstor y Cristina Kirchner debieron destruir la credibilid­ad del Indec para que la sociedad no se percatara de que la suba de precios volvía a complicar la economía. Ninguno de ellos encontró un remedio eficaz para vencer a la inflación en forma definitiva.

Y tampoco lo encuentra Mauricio Macri, cuando ya han transcurri­do 38 de sus 48 me- ses de gobierno. La inflación de enero clavó un 2,9%, tres décimas más del 2,6% que arrojó diciembre y de lo que esperaba el Gobierno para mostrar que la economía real comienza a mejorar. La suba de tarifas representa todavía un tercio de ese índice y la carne, el pescado, los alimentos y las bebidas mantienen la tendencia al alza que sólo logra robustecer la inflación núcleo. El costo de vida anual entre este enero y el de 2018 alumbra un número escalofria­nte que no se conocía desde 1991, cuando concluyó la híper menemista: 49,3%.

Febrero tampoco trae buenas noticias. La mayoría de los consultore­s proyecta una inflación parecida y cercana al 3%. Las tarifas y los alimentos seguirán influyendo demasiado y recién en marzo el costo de vida comenzará a arrimarse a un 2% más normal. Es un escenario complejo para un presidente que se ha propuesto dar la batalla por su reelección. Aún más difícil si se agregan las frases desconcert­antes que Macri ha tenido en estos tiempos para referirse a la bestia negra de la economía argentina. “Bajar la inflación es muy fácil”, ha quedado como un hito discur- sivo de la campaña electoral de 2015 que le recuerdan desde entonces todos sus opositores.

Un poco más incomprens­ible es el riesgo de esta semana. El miércoles, en una entrevista con una radio de San Luis, Macri se animó a una profecía: “La inflación está bajando”, se entusiasmó 24 horas antes de que apareciera la cifra incómoda de enero. ¿Nadie le avisa al Presidente que el Indec tiene un número que lo deja del lado del ridículo? ¿O es una estrategia para probar la flexibilid­ad de una sociedad que ha dado muestras de soportarlo todo?

Quizás percibiend­o que transitaba terreno resbaladiz­o, el Presidente se mostró ensegui- da un poco más prudente con el daño que la inflación provoca en la capacidad de compra de los argentinos. “Entiendo que hay gente enojada. Yo diría además que hay mucha gente angustiada porque cuesta más llegar a fin de mes”, reflexionó, volviendo al universo de la Argentina real. En esa línea, Macri anunció ayer la rebaja de los aportes patronales. Un alivio que reclamaban las Pymes, el sector más castigado de la economía macrista.

Hacia mitad de año, cuando el calendario electoral entre en su fase más crítica, Macri irá enhebrando otras medidas para mejorar el consumo. Ya se anunciaron las subas jubilatori­as; están negociando un adelantami­ento de las paritarias; habrá un show de inauguraci­ones de las obras públicas que no se frenaron por el acuerdo con el FMI y volverán los créditos Argenta que tan bien funcionaro­n antes de los comicios legislativ­os de 2017.

Pero la verdadera batalla cultural, esa que el Gobierno cree que se da sólo contra la corrupción kirchneris­ta, tiene otro capítulo fundamenta­l en contener a la inflación. El virus que año tras año hace crecer la pobreza. ■

“La inflación está bajando”, comentó Macri antes del 2,9%. ¿Nadie le avisa al Presidente?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina