Una sorpresa que emocionó hasta al más duro
La sorpresa, que coronó la presentación del concierto en el que Aznar repasó los 35 años de su carrera solista (repite el domingo a las 22) , fue tomando forma de a poco. El músico acababa de cantar La Paz, cuando invitó a David Lebón, para recrear su clásico Dos edificios dorados, publicado en aquel álbum de 1973.
Luego llegó el turno de Charly García, su ex compañero de ruta en Serú y en los proyectos Tango y Tango 4, y juntos abordaron una despojada versión de las siempre vigentes Confesiones de invierno.
Había más. Era tiempo de hacer historia, y el regreso de Lebón al escenario puso frente a un público que saludó de pie el reencuentro a una de las formaciones musicalmente más trascendentes y exitosas de nuestro rock.
Allí estaba, una vez más, Serú Girán, entregando una versión de A cada hombre, a cada mujer, uno de los temas que el bajista aportó al disco Serú ‘92.
La postal del trío emocionó hasta al más duro. Hubo bromas, hubo un Lebón que “masajeó” los hombros de García, hubo un Aznar que le preguntó al guitarrista si no quería “armar una banda”... Y un “¡gracias!”, del público que acompañó la merecida ovación.