Lágrimas y aplausos en el pueblo de Sala
Emotiva despedida en el pueblo donde vive la familia del futbolista que murió en un accidente aéreo.
Un grupo de jugadores infantiles del club San Martín de Progreso formados en hileras hacen un vulnerable vallado humano. Luego sobreviene el aplauso que contiene emoción, recuerdos, anécdotas, respeto, amor y dolor. Se sostiene por diez minutos, los necesarios para que familiares y amigos que llevan el cajón, ubiquen los restos de Emiliano Raúl Sala en el coche fúnebre.
Se detiene unos segundos todo el protocolo del servicio para que Mercedes, Horacio, Romina y Darío, madre, padre y hermanos respectivamente, y otros más cercanos al jugador, le den el saludo final. Horacio mira el cielo y Mercedes llora sobre el pecho de otro familiar. El auto fúnebre cierra sus puertas. La familia llora. El pueblo también. Es un día triste en Progreso. Todos lo dicen o lo expresan corporalmente. Emiliano ya no está y queda un vacío tan grande como el recuerdo que no lo olvidará.
Todo ese sentimiento quedó expresado en el aplauso final. Y, como se había comunicado, a las 15.30, el féretro con los restos de Sala fue retirado del gimnasio del club San Martín de Progreso, donde se hizo el velatorio, y trasladado a Santa Fe para ser cremado. “Era nuestro héroe, el que puso al pueblo en boca de todos”, le dijo a Clarín el entrenador de Emiliano en Progreso, Diego Solís.
Así como Emiliano sorprendía en la cancha, aquí quedaron impresionados con el rebote mediático, una cobertura internacional con pocos antecedentes en la región. “Con los homenajes que se hicieron en Europa y con todo este movimiento uno se da cuenta de lo que representaba y llama la atención porque cuando venía acá era uno más “, señaló Silvia, una vecina de Progreso.
A las 16.30 llegó el coche con los restos al cementerio de Santa Fe para que fuesen cremados ayer mismo y para que la familia tenga consigo las cenizas de Emiliano, el pibe que en el mejor momento de su carrera perdió la vida en un accidente aéreo lleno de interrogantes.
Sobre la ruta provincial N°6 está la entrada principal al pueblo. Su acceso, la calle 25 de mayo, es un cuidado bulevar de dos manos. Por esta vía se llega a la plaza principal de donde estallan diagonales en sus vértices. A 350 metros está el club San Martín, una institución centenaria identificada con los colores rojo y negro.
El club tiene un enorme gimnasio con unas aberturas amplias y modernas, todas compradas con el dinero que establece FIFA por el mecanismo solidario de la primera transferencia internacional de Emiliano Sala, el jugador formado en este sitio que, increíble y lamentablemente, fue despedido por sus seres queridos, vecinos y hasta enviados de los clubes europeos Nantes y Cardiff.
No fue un día más en Progreso. El ambiente lo hizo sentir. El sábado del último adiós al “embajador deportivo” tuvo un contexto inesperado para estas 3500 personas que conviven a diario. El chico que se hizo su carrera futbolística solo ya no está. Murió cuando sobrevolaba el Canal de la Mancha en lo mejor de su carrera, el 21 de enero pasado.
“Tengo el mejor de los recuerdos, soñaba con todo lo que logró, estaba en lo mejor de su carrera. Lo recuerdo sonriendo, un chico puro, humilde. Tenía amigos por todos lados. Es un día muy triste para nosotros” recordó Mirta, tía de Emiliano Sala.
Los restos llegaron al pueblo alrededor de las 5.30. Los progresinos pasaron y saludaron a los familiares que se encontraban desde la madrugada.
En el interior del gimnasio de San Martín de Progreso había dos imágenes de Sala. Tal vez sean las que lo definan. En una estaba con sus ojos saltones posando con timidez y humildad, con ropa casual y peinado prolijo. La otra refleja lo que era en la cancha: toda la furia emocional descargada gritando un gol con la camiseta del Nantes y los puños apretados. El sonido más fuerte es el silencio que se quiebra con algún llanto sentido. Dieciséis coronas rodearon el cajón cubierto de flores y una enorme bandera de San Martín.
Aquí ya tomaron la decisión de renombrar el estadio o el polideportivo bajo el nombre del ídolo que ya no está. “Seguramente y haremos una gigantografía o imagen de él”, anticipó el presidente Daniel Ribero. ■