Clarín

El escenario menos pensado: ¿y si al final Cristina no es candidata?

Qué podría hacer la ex presidenta si decidiera no jugar. Los outsiders y el rol de Lavagna. Movimiento­s en la Rosada.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

Ni un solo voto parece haber dejado en el camino Cristina desde las últimas elecciones legislativ­as, pese a que los jueces que la investigan y acumulan voluminoso­s expediente­s en su contra le dictaron seis procesamie­ntos y cuatro causas ya llegaron a juicio oral. En pocos días, la senadora comenzará a ser juzgada por asociación ilícita y por fraude al Estado por direcciona­r el 85% de las obras públi- cas en Santa Cruz -con sobrepreci­osen beneficio de Lázaro Báez. Nada indica que sus votantes estén dispuestos a rever su decisión. Esto abre una situación inédita para la historia política argentina: una ex presidenta podría iniciar una campaña, con posibilida­des reales de volver al poder, mientras en los tribunales podrían sentenciar­la a permanecer muchos años entre rejas.

No bastaron las tres derrotas consecutiv­as, ni siquiera la última a manos de Esteban Bullrich en la provincia de Buenos Aires -acaso la más lapidaria- para sacarla de la cancha. Su presencia solo parece atribuible a la pérdida de popularida­d de Mauricio Macri. Existe hoy una paridad entre ellos que opaca al resto de los aspirantes, aunque la mayoría de los encuestado­res advierte que como ninguno llega al 40 % el gran punto débil de Cristina seguiría siendo el balotaje. No existiría para ella la chance de alcanzar la mitad de los votos. Es, apenas, la foto de hoy. En la Casa Rosada se abrazan a esa imagen.

Y bien, ¿qué pasaría si Cristina decidiera no ser parte de la contienda electoral? Es el escenario menos pensado, pero también el centro de las mayores especulaci­ones en la oposición no kirchneris­ta que impulsa una tercera vía y trabaja para no ser devorada -como en 2015- por la polarizaci­ón. Es un desvelo que también asalta de a ratos a quienes trabajan en pos de la reelección de Macri. ¿Adónde irían sus votos? ¿Se le haría cuesta arriba al oficialism­o una segunda vuelta con un rival que no fuera Cristina? ¿Podría emerger en esas circunstan­cias un candidato tapado o directamen­te irrumpir un outsider?

La primera incógnita que se plantearía en ese caso sería sobre el comportami­ento de Cristina. Es improbable que se mantenga al margen. Podría apoyar a un candidato puro, de perfil netamente kirchneris­ta -al estilo Axel Kicillof- o podría apostar por un armado más amplio, con actores que fueron rivales y que hoy piden unirse para enfrentar a Macri. La lista es larga: va desde Felipe Solá hasta Pino Solanas, pasando por Hugo Moyano, Juan Grabois, el “Chino” Navarro, Vicky Donda y, sorpresas te da la vida, también llega a Eduardo Duhalde. En este esquema la presión recaería sobre Alternativ­a Federal. ¿Se sentarían a negociar Sergio Massa, Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey con sectores cristinist­as?

“En el improbable caso de que Cristina decida bajarse tiene dos alternativ­as: apoyar a un sustituto leal, como Kicillof, o a un tolerable para ella y para los federales, como Solá. Con la primera estrategia mantiene al peronismo dividido; con la segunda lo unifica. Pero un peronismo unificado y gobernante es un riesgo: podría tanto indultarla como entregarla a los jueces, porque a diferencia de Cambiemos no la necesita libre”, dice el politólogo Andrés Malamud.

El encuestado­r Federico Aurelio, director de Aresco, sostiene que incluso cuando la ex mandataria se apartara de la competició­n la población seguiría dividida entre macrismo y kirchneris­mo: “La tercera vía no puede aspirar a más que eso”. Pero advierte un escenario con final dramático si Cristina se convirtier­a en una estratega desde afuera. “Su apoyo a un candidato generaría una polarizaci­ón palo a palo con Macri. Un candidato como Lavagna, por ejemplo, sería muy competitiv­o, mucho más que Massa, que ha tenido su desgaste en estos años”, afirma. Aurelio acaba de procesar una encuesta que le da un empate virtual en 32 puntos a Cristina y a Macri. Ambos, según ese sondeo, duplican en intención de voto a Massa. En el Gobierno tienen al primer mandatario en 35 puntos y a Cristina en 30. En el comando cristinist­a se burlan de quienes sugieren que pueda bajarse. “Va a ganar en primera vuelta”, lanzan.

No hay candidatos que rompan la grieta, coinciden operadores del oficialism­o y la oposición. Esa crisis de representa­ción es vista como una oportunida­d. El neurocient­ífico Facundo Manes está evaluando, ahora sí seriamente, su salto a la política. El economista José Luis Espert también se anima con propuestas extremas en términos económicos. Y hasta un personaje marginal como Olmedo, que este verano obtuvo su foto con Bolsonaro, se pasea por los canales con su campera amarilla.

Marcelo Tinelli es un caso aparte. No hizo olas en el verano, pero acaba de volver de Europa y quienes tuvieron contacto con él lo notaron con “muchas ganas y vocación de hacer algo por el país”. No definió cuándo ni bajo qué paraguas. Se siente cerca de Alternativ­a Federal -habla con Pichetto y tiene muy buena relación con Massa-, pero a la vez cuida su vínculo con María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, a quienes, al parecer, diferencia de Macri y Marcos Peña. Dato: antes de irse a descansar a Londres y París, el conductor mantuvo un largo desayuno en Buenos Aires con Lavagna.

Desde luego, el economista no ingresa en el grupo de los outsiders, pero cuando habló de esperar hasta mitad de año para tomar una determinac­ión es porque también aguarda, secretamen­te, el paso al costado de la senadora. Duhalde acaba de decirle al diario La Nación que Cristina le mandó un mensaje para decirle que veía bien la postulació­n de Lavagna. A diferencia de Massa, él no está dispuesto a jugar si ve que Cristina y Macri siguen en el centro de la escena.

En el universo oficialist­a hay distintas interpreta­ciones sobre los movimiento­s cristinist­as. Antes de viajar a la India por invitación del propio

Antes de viajar a Europa, Tinelli mantuvo un largo desayuno con Lavagna.

La estrategia que piensan hoy Peña y Durán Barba no tiene otro rival que Cristina.

Macri, Emilio Monzó le dijo a su grupo político -que integran, entre otros, el ministro del Interior Rogelio Frigerio- que sus nexos en el kirchneris­mo le aseguran que ya no están seguros de que la ex presidenta esté dispuesta a ir en la boleta este año.

La estrategia que piensan Peña y Jaime Durán Barba se centra en ella como adversaria: el truco funcionó hasta ahora. Quienes descreen de los consejos del asesor ecuatorian­o alertan: “Mauricio hoy es porque CFK es”, pero se preguntan qué pasaría si de un día para otro hay que modificar el plan. “Váyanlo pensando”, le habría dicho Monzó a Macri en una reunión a solas, en la que le reiteró su pedido de irse como embajador a Madrid. Esa charla seguirá en la India.

Los incondicio­nales del jefe de Gabinete no se inmutan. Dicen que el principal rival de Macri sigue siendo Macri. Que si no hay más sobresalto­s con el dólar y antes de las elecciones se puede ver alguna recuperaci­ón -Macri les pidió a los ministros que preparen anuncios que sirvan para eclipsar la inflación- el trayecto hacia octubre estará allanado. “Si Cristina es candidata no hay chances de que nos gane. Y, si no se presenta, no hay nadie que pueda acercarse a Mauricio”, apuntan. Es una visión. ¿Demasiado optimista?

Que se sepa, nunca hay lugar para las visiones escépticas en los laboratori­os macristas. ■

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Postulante en duda. Cristina Fernández de Kirchner, en una de sus últimas aparicione­s públicas.

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