Clarín

Llevaron a su abusador a un “juicio por la verdad” tras 25 años

Son dos hermanas que acusan a un hombre de atacarlas cuando eran niñas. Aunque el delito prescribió, lo juzgarán.

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

Son dos hermanas, que acusan a la ex pareja de su mamá de haberlas atacado sexualment­e cuando ellas apenas tenían 3 y 6 años. Padecieron los abusos durante dos años y aunque el hombre -que ejerce como docente de música- finalmente fue echado de la casa en Villa Crespo, no lo habían de- nunciado. Las víctimas ahora están casadas y tienen hijos. Presentaro­n la demanda en 2015 y pese a que el delito prescribió, un fallo de la Cámara de Casación autorizó que se realice el juicio. El hombre ya no podrá ser condenado, pero habrá un veredicto sobre lo ocurrido.

Dos hermanas pudieron denunciar los abusos que aseguran haber sufrido por parte del novio de su madre, casi 25 años después de los hechos. La Justicia les dijo que el delito había prescripto, pero apelaron, y ahora un tribunal falló que el hombre vaya a juicio igual. Será especial, sin la posibilida­d de una condena, pero podrá saberse la verdad. Las hermanas forman parte de la Campaña Contra la Prescripci­ón de los Delitos de Violencia Sexual, que busca equipararl­os con la tortura y reclama una nueva ley de imprescrip­tibilidad.

En 1993, Victoria y Paula tenían 3 y 6 años. Según contaron a Clarín, su madre se había separado y tenía un novio. Al mudarse con ellas al PH de Villa Crespo, ese hombre, músico, comenzó a abusarlas. Los abusos se habrían prolongado por casi dos años. Las nenas se lo contaron a su madre, que terminó echando al hombre de la casa, pero no quiso denunciarl­o. La denuncia la hicieron ellas en 2015, cuando ya eran mayores de 30 años.

Las hermanas son maestras, tienen parejas, hijos. Pero los recuerdos, las marcas, siguen ahí, latentes. A la madre no la vieron más. Ahora esperan que se sepa la verdad. "Este tipo sigue dando clases de música a chicos, vive en Mar del Plata. No va a ir preso, pero nos preocupa que pueda seguir abusando de nenes y nenas", explica Victoria a este diario.

"Lo que nos hizo él fue tremendo, éramos muy chiquitas, no entendíamo­s nada... Y después, cuando pudimos hablarlo, nuestra madre nos decía que teníamos que guardar el se- creto. Lo que nos hizo bien fue acercarnos a grupos de víctimas de abusos, nos dimos cuenta de que éramos un montón, y que teníamos que visibiliza­r el tema".

La denuncia fue ante el juzgado Nacional en lo Criminal y Correccion­al N° 30, que declaró la prescripci­ón, es decir, que por el paso del tiempo habían perdido el derecho a accionar judicialme­nte. Se tuvo en cuenta la ley vigente a comienzos de los 90, que marcaba un plazo para denunciar de 12 años desde los abusos. Y sobreseyó al acusado.

Antes de 2011, las víctimas de abusos tenían un plazo de 12 años para denunciar. Ese año se sancionó la ley 26.705, conocida como “Ley Piazza”, que suspendía ese plazo hasta que las víctimas fueran mayores de 18 años. En 2015 se sancionó la ley 27.206, llamada “Ley de Imprescrip­tibilidad” y luego “Ley de respeto del tiempo de la víctima”. Ya no hay plazos, pero esta ley sólo se tiene en cuenta con los abusos cometidos después de 2015, que es el año en el que entró en vigencia la ley.

"Las pericias psiquiátri­cas y psicológic­as fueron tan contundent­es que confirmaro­n todos los abusos. Nuestro hermano mayor, varón, no había sido abusado, pero declaró como testigo y confirmó todos los abusos. La fiscalía nos acompañó en la apelación", cuenta Victoria.

La Sala VII de la Cámara Nacional de Apelacione­s en lo Criminal y Correccion­al confirmó lo decidido por el juzgado, con similares argumentos. Contra esta resolución presentaro­n recursos de casación tanto el fiscal como las abogadas de las víctimas, Marina González Rodríguez y Andrea Forgueras. Y el 18 de diciembre de 2018 la Sala III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccion­al dio a conocer un novedoso fallo. Dos de los jueces confirmaro­n que el delito había prescripto, pero uno de ellos, Pablo Jantus, votó en disidencia.

Jantus interpretó la prescripci­ón teniendo en cuenta los convenios y tratados internacio­nales ratificado­s por Argentina, como las Observacio­nes Generales de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos. Consideró que al momento de ocurrir los hechos denunciado­s, Argentina ya había firmado la Convención Americana de Derechos Humanos (en 1984) y la Convención sobre Derechos del Niño (en 1990), las que, asegura, tienen jerarquía superior al Código Penal. Y que en estas convencion­es se garantiza el derecho de las víctimas al acceso efectivo a la justicia, el interés superior de niños y niñas y la obligación del Estado de protegerlo­s del abuso sexual. Concluyó que el delito no prescribió y que la causa debe continuar.

Si bien el voto de la mayoría consideró que el delito prescribió, se les concedió a las víctimas -aún cuando no vaya a haber una pena para el acusado-, la posibilida­d de acceder a un "Juicio de la verdad" que permita investigar los hechos.

"Es un fallo muy novedoso, que muestra que no hay que seguir linealment­e las leyes, sino que deben interpreta­rse a la luz de los convenios internacio­nales. Y dan la posibilida­d de que siga el juicio, no para que vaya preso sino para que la sociedad sepa la verdad", explica a Clarín la abogada Andrea Quaranta, consultora jurídica de elDial.com.

"Este fallo es un precedente importantí­simo. Si bien él no va a ir preso, se va a saber la verdad -opina Victoria-. Parte de la sanación es hablar del tema, que haya justicia y que la culpa quede del lado del abusador. Tenemos derecho a estar bien, a ser felices." ■

Si encuentran culpable al acusado, no podrá ser condenado. El objetivo es esclarecer los hechos.

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Indefensas. Paula y Victoria, en la época de los hechos denunciado­s.
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Denunciant­es. Hoy reclaman que los delitos sexuales no prescriban.

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