Disyuntiva ante el hipotético regreso al poder de Cristina
Si no fuera por el enorme riesgo que corremos de malograr nuestra democracia por muchísimos años o, tal vez, hasta por décadas, sería incomprensible el temor de tantísimos argentinos ante el hipotético aunque muy poco probable regreso al poder de Cristina Fernández de Kirchner. Creo que los pueblos necesitan, casi de modo imperioso, transitar por ciertas vicisitudes y hasta sufrimientos para madurar como sociedad y dejar de encandilarse por los encantadores de serpientes. Hace falta, siempre, aprender que todo tiene su costo, que nada se logra sin grandes esfuerzos y que lo contrario a ello, el facilismo, es además de muy mal consejero un camino que no lleva nunca a buen puerto. Ese cambio cultural es el que necesitamos.
Si no fueron suficientes 12 años de populacherismo, pues entonces necesitaremos 4 años más, y si tampoco alcanzara, 8. El nuestro es uno de los pocos pueblos que requieren tropezar, ya no dos veces, sino cuatro, cinco, diez... “Tropezar no es malo, enamorarse de la piedra sí”, dice un autor anónimo. Hace más de 70 años que sufrimos dolorosos puntazos en el pie y siempre con la misma piedra; la demagogia, el facilismo, el cortoplacismo. Del que los Kirchner fueron y son cultores principalísimos de estos últimos tiempos.
Alberto Pintos Morel alberto-50-55@hotmail.com.ar