El PRO busca que el traspié en la interna pampeana no dañe la imagen de Macri
En la Casa Rosada culpan a Mac Allister de rechazar la unidad. Ahora intentan más acuerdos con la UCR.
Con Mauricio Macri a más de 15 mil kilómetros, los funcionarios políticos y armadores del PRO buscaron amortiguar el ruido de la derrota de Carlos Mac Allister en La Pampa. Se trató de la confirmación del daño que puede generar una interna y la conveniencia de evitar la confrontación con candidatos radicales mejor posicionados.
“Lo veíamos venir, pero fue un capricho personal”, dijo a Clarín un dirigente macrista con la intención de dejar al Presidente fuera del impacto de la derrota. En la Casa Rosada trazaron como objetivo dar vuelta la página y avanzar con la menor cantidad posible de disputas con los socios de Cambiemos: “El 95% de las provincias que adelantan elecciones ya están cerradas, y en la mayoría los candidatos son radicales”.
El calendario electoral con las primarias en La Pampa arrancó torcido para el PRO: aun cuando en la previa la Casa Rosada no transmitía optimismo, el triunfo del radical Daniel Kroneberger -enfrentará por la gobernación al peronista Sergio Ziliotto, el 19 de mayo- por más del 65% de los votos implicó un golpe y provocó movimientos destinados a mitigarlo.
El propio Mac Allister habló del peso de la caída en la imagen del Presidente: admitió una “situación complicada” para los candidatos identificados con él por la falta de síntomas de la esperada recuperación económica. “Perdió el Colorado”, replicó en privado un funcionario encima de los armados políticos en las provincias, y cuestionó al ex secretario de Deportes por “no escuchar” las recomendaciones de buscar una salida consensuada para evitar la interna.
“No puede haber una lectura nacional cuando votaron 27 mil personas, una cifra con la que en la Ciudad de Buenos Aires no llegás a un legislador”, no ocultó otro referente la repercusión a su criterio desmedida del resultado, y sugirió que al no ser obligatorias hubo intervención del peronismo en el duelo de Cambiemos.
El anuncio del acuerdo en Santa Fe, donde el candidato macrista Federico Angelini se bajó para apoyar al radical José Corral, funcionó como la hoja de ruta a seguir en la mayor canti- dad de distritos ( ver página 11). Marcos Peña y Rogelio Frigerio llamaron el viernes a Angelini con esa instrucción y el dirigente del PRO negoció con Corral, que llevaría de vice a la macrista rosarina Anita Martínez.
El jefe de Gabinete y el ministro del Interior, determinantes en la mesa nacional de Cambiemos, también indicaron a Ramón Mestre que Macri se inclinó por Mario Negri para pelearle la gobernación de Córdoba a Juan Schiaretti y que todo el PRO apoyará esa opción, aunque el intendente aseguró que no se bajará de la interna (ver página 12). “Es una disputa entre radicales”, se desmarcaron en la Casa Rosada.
En la UCR sacaron pecho por el triunfo en La Pampa y en la conducción partidaria lo resaltaron como una señal para el Gobierno sobre la “fortaleza” de sus postulantes. Funcionarios macristas volvieron a desestimar una eventual interna por la candidatura presidencial: “Nadie lo planteó, no tiene entidad”.
Para despejar el panorama, el Gobierno busca en Entre Ríos una lista de unidad encabezada por el radical Atilio Benedetti y en otros distritos definir por encuestas. Como la puja en La Rioja entre Julio Martínez (UCR) y el peronista Alberto Paredes Urquiza. En Mendoza, el macrista Omar de Marchi desafía al radical Rodolfo Suárez. “Ahí tenemos tiempo para acordar”, estimaron en Balcarce 50. Con Humberto Schiavoni en Misiones, serían los únicos candidatos del PRO fuera de María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. ■